05 Agosto 2016
“En otro mes de muy poco consumo, las cantidades vendidas por los comercios minoristas cayeron 8,1% anual en julio”, indicó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Es el séptimo mes consecutivo en que las ventas caen, a pesar de los descuentos agresivos que están haciendo los empresarios para atraer clientes y obtener la liquidez necesaria que les permita afrontar pagos de salarios, alquileres y reposición de mercadería. Con el resultado de julio, las ventas minoristas cayeron 6,6% en forma interanual, en los primeros siete meses.
La CAME señaló que en julio hubo mucho público en las calles, normal para épocas de vacaciones de invierno, “pero poca gente entrando en los locales con ánimo de compra. Los aguinaldos ayudaron por momentos, pero las familias casi sólo se limitaron a comprar productos de primera necesidad”.
Las ofertas del mercado -añadió- fueron tentadoras. Muchas rebajas de hasta 50% y en productos de buena calidad en rubros como indumentaria, calzados, marroquinería, bijouterie y textil blanco. “Pero aún así se vendió poco, porque el poder adquisitivo de las familias se derrumbó y se vuelven a establecer prioridades en los gastos”. Los descensos anuales más pronunciados en el mes ocurrieron en: ‘Electrodomésticos y artículos electrónicos’ (-18,1%), ‘Materiales para la construcción’ (-12,7%), ‘Ferreterías’ (-12,2%) y ‘Golosinas’ (-10,2%). “Julio trajo sus eventos especiales, como el ‘Día del Amigo’, donde hubo más gente celebrando que otros años, pero también se notaron bajos niveles de consumo. Entre jueves y domingo la venta se vio más estimulada con programas como el ‘Ahora 12’, que es una gran ayuda para el comercio, pero también se observó un público menos predispuesto a endeudarse porque tiene sus tarjetas sobrecargadas. Según comerciantes, aumentó la cantidad de gente que pagó una compra con más de un plástico”, dijo la entidad.
El rubro que más está sufriendo la retracción económica es ‘Electrodomésticos y Artículos Electrónicos’. Hubo muy poca venta, y lo que salió fueron pequeños electrodomésticos o artículos electrónicos de rango medio, además de los calefactores típicos de la época. “Las cuotas sin interés continuaron, pero tampoco terminaron siendo un factor de decisión en la compra para las familias, que están más que nada tratando de ordenar sus consumos, establecer prioridades y ajustar los gastos con tarjetas que se volvieron difíciles de pagar”, concluye CAME.
La CAME señaló que en julio hubo mucho público en las calles, normal para épocas de vacaciones de invierno, “pero poca gente entrando en los locales con ánimo de compra. Los aguinaldos ayudaron por momentos, pero las familias casi sólo se limitaron a comprar productos de primera necesidad”.
Las ofertas del mercado -añadió- fueron tentadoras. Muchas rebajas de hasta 50% y en productos de buena calidad en rubros como indumentaria, calzados, marroquinería, bijouterie y textil blanco. “Pero aún así se vendió poco, porque el poder adquisitivo de las familias se derrumbó y se vuelven a establecer prioridades en los gastos”. Los descensos anuales más pronunciados en el mes ocurrieron en: ‘Electrodomésticos y artículos electrónicos’ (-18,1%), ‘Materiales para la construcción’ (-12,7%), ‘Ferreterías’ (-12,2%) y ‘Golosinas’ (-10,2%). “Julio trajo sus eventos especiales, como el ‘Día del Amigo’, donde hubo más gente celebrando que otros años, pero también se notaron bajos niveles de consumo. Entre jueves y domingo la venta se vio más estimulada con programas como el ‘Ahora 12’, que es una gran ayuda para el comercio, pero también se observó un público menos predispuesto a endeudarse porque tiene sus tarjetas sobrecargadas. Según comerciantes, aumentó la cantidad de gente que pagó una compra con más de un plástico”, dijo la entidad.
El rubro que más está sufriendo la retracción económica es ‘Electrodomésticos y Artículos Electrónicos’. Hubo muy poca venta, y lo que salió fueron pequeños electrodomésticos o artículos electrónicos de rango medio, además de los calefactores típicos de la época. “Las cuotas sin interés continuaron, pero tampoco terminaron siendo un factor de decisión en la compra para las familias, que están más que nada tratando de ordenar sus consumos, establecer prioridades y ajustar los gastos con tarjetas que se volvieron difíciles de pagar”, concluye CAME.
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