03 Agosto 2016
BOGOTÁ.- La Policía de Colombia concluyó la destrucción de más de un centenar de laboratorios con capacidad de producir hasta 100 toneladas anuales de cocaína. Es parte de la nueva estrategia para golpear los principales eslabones en la cadena del narcotráfico.
Hasta ahora, la política antinarcóticos de Colombia se había enfocado en destruir los cultivos de hoja de coca, pero el Gobierno decidió atacar frontalmente a los productores de cocaína y a los traficantes.
“Es un golpe estructural a las finanzas del narcotráfico. Con el apoyo de la Fuerza Aérea destruimos 104 laboratorios de producción de cocaína en lo profundo de la selva”, explicó el director de la Policía Antinarcóticos, general José Ángel Mendoza.
Las factorías de cocaína fueron incendiadas por comandos especializados, apoyados por helicópteros UH-60 Black Hawk, en el departamento del Guaviare. Se trata de una región selvática en donde históricamente ha tenido presencia la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A diferencia de operaciones anteriores, en esta ocasión no hubo ataques con ametralladoras contra los helicópteros ni contra las tropas, un hecho que podría estar relacionado con el cese bilateral al fuego que firmaron en junio el Gobierno y las FARC, como parte de la negociación de paz para acabar un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.
Otro enfoque del tema
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos sostiene que los cultivadores de hoja de coca son los que menos ingresos reciben en la cadena del narcotráfico y que a pesar de esa actividad continúan sumidos en la pobreza.
Colombia, considerada uno de los principales productores mundiales de cocaína, tiene capacidad para fabricar anualmente 646 toneladas métricas de la droga, según las Naciones Unidas.
Al cierre del 2015, las plantaciones de hoja de coca subieron un 39% a 96.000 hectáreas, la mayor extensión en los últimos siete años, debido a la decisión del Gobierno de suspender la fumigación aérea con el herbicida glifosato y la expectativa de los cultivadores de recibir subsidios.
Como parte de la nueva estrategia contra el narcotráfico, las autoridades colombianas también han incrementado los decomisos de cocaína. En 2015 se incautaron de más de 253 toneladas, un aumento interanual de un 71%. Y en el primer semestre de este año confiscaron 175 toneladas.
De acuerdo con fuentes de seguridad, la guerrilla está implicada en el narcotráfico (aunque sus líderes lo niegan), además de bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha y pequeños carteles. (Reuters)
Hasta ahora, la política antinarcóticos de Colombia se había enfocado en destruir los cultivos de hoja de coca, pero el Gobierno decidió atacar frontalmente a los productores de cocaína y a los traficantes.
“Es un golpe estructural a las finanzas del narcotráfico. Con el apoyo de la Fuerza Aérea destruimos 104 laboratorios de producción de cocaína en lo profundo de la selva”, explicó el director de la Policía Antinarcóticos, general José Ángel Mendoza.
Las factorías de cocaína fueron incendiadas por comandos especializados, apoyados por helicópteros UH-60 Black Hawk, en el departamento del Guaviare. Se trata de una región selvática en donde históricamente ha tenido presencia la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
A diferencia de operaciones anteriores, en esta ocasión no hubo ataques con ametralladoras contra los helicópteros ni contra las tropas, un hecho que podría estar relacionado con el cese bilateral al fuego que firmaron en junio el Gobierno y las FARC, como parte de la negociación de paz para acabar un conflicto de más de medio siglo que ha dejado 220.000 muertos.
Otro enfoque del tema
El Gobierno del presidente Juan Manuel Santos sostiene que los cultivadores de hoja de coca son los que menos ingresos reciben en la cadena del narcotráfico y que a pesar de esa actividad continúan sumidos en la pobreza.
Colombia, considerada uno de los principales productores mundiales de cocaína, tiene capacidad para fabricar anualmente 646 toneladas métricas de la droga, según las Naciones Unidas.
Al cierre del 2015, las plantaciones de hoja de coca subieron un 39% a 96.000 hectáreas, la mayor extensión en los últimos siete años, debido a la decisión del Gobierno de suspender la fumigación aérea con el herbicida glifosato y la expectativa de los cultivadores de recibir subsidios.
Como parte de la nueva estrategia contra el narcotráfico, las autoridades colombianas también han incrementado los decomisos de cocaína. En 2015 se incautaron de más de 253 toneladas, un aumento interanual de un 71%. Y en el primer semestre de este año confiscaron 175 toneladas.
De acuerdo con fuentes de seguridad, la guerrilla está implicada en el narcotráfico (aunque sus líderes lo niegan), además de bandas criminales conformadas por antiguos paramilitares de ultraderecha y pequeños carteles. (Reuters)
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