02 Agosto 2016
En tiempos de inflación, los precios bajos son determinantes en las decisiones y en la conductas de consumo masivo, sobre todo al momento de comprar alimentos. Durante el primer semestre del año, las familias tuvieron que adaptarse a los fuertes sacudones inflacionarios. Y en este período, para “estirar el mango”, se consolidó la elección de segundas marcas por sobre las de primera calidad. Sin embargo, también aumentó la demanda de marcas de bajo precio, es decir aquellas que son propias de los supermercados.
Un informe reciente que elaboraron la consultora Focusmarket y la firma de tecnología Scanntech remarcó que la demanda de marcas de bajo precio, medida en cantidades, creció el 8% durante la primera mitad del año. En paralelo, la compra de primeras marcas de alimentos cayó el 8%, contra una expansión del 5% en las compras de segundas marcas.
La consultora explicó en su estudio que el avance de estas opciones económicas, tanto las segundas marcas y como aquellas propias de los supermercados, ayudó a los consumidores a mejorar el rendimiento de los salarios, fuertemente afectados por la inflación. “Las marcas económicas de café, por ejemplo, permitieron un ahorro del 35%, mientras que las de pasta dental generaron un ahorro del 55%”, precisó el reporte.
Ante este escenario, y para ganar la atención de los consumidores, las grandes cadenas de supermercados se apoyaron en la estrategia de ofrecen las primeras marcas con descuentos que van del 35% al 70% en la segunda unidad. Según advirtió Damián Di Pace, director de Focusmarket y asesor de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), este plan de los grandes supermercados apunta a nivelar los precios de las primeras marcas con los de las marcas más económicas. “Las primeras marcas no bajan los precios de la primera unidad, para que sus estrategias de liderazgo no pierdan terreno contra las marcas más económicas”, cuestionó el experto durante una entrevista con LA GACETA.
Comparaciones
El consumo masivo se contrajo el 3% interanual en el país, durante el primer semestre del año, según consignó Focusmarket. Pero en las provincias del interior, la caída fue del 3,6% en promedio, contra el 1,5% de retroceso que registró el Gran Buenos Aires. Di Pace explicó que este resultado negativo en las provincias se debe, principalmente, a que la pérdida del poder adquisitivo de los salarios fue mayor en relación a los grandes centros urbanos del país.
“En el interior también hubo un fuerte impacto del ajuste en los precios finales de los bienes de consumo, porque la suba de las tarifas (de los servicios públicos privatizados) afectó los costos de la cadena de intermediación”, puntualizó el economista. Además, añadió el efecto negativo que provocaron, en los salarios, los últimos acuerdos paritarios que obtuvieron los empleados estatales, con gran representatividad en el mercado laboral de las provincias.
Finalmente, Di Pace reflexionó sobre las expectativas del consumo masivo para el segundo semestre del año. Y puso énfasis en la llegada de los incrementos paritarios que recibirán los asalariados. “La recomposición salarial, en virtud de los diferentes tramos de los acuerdos, debería mejorar el escenario del consumo masivo en el segundo semestre, en relación al primero”, analizó. No obstante, aclaró que esto no significará una recuperación de la actividad económica.
“La realidad es que el año terminará con una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del orden el 1,5%”, proyectó el economista. Sin embargo, fue optimista en relación a una posible recuperación del consumo masivo sobre el final del año. “Dentro de este escenario negativo, el último trimestre será mejor que los tres trimestres anteriores”, concluyó Di Pace. El comercio, en general, apuesta todas sus fichas, para recuperar parte del terreno perdido en materia de ventas.
Un informe reciente que elaboraron la consultora Focusmarket y la firma de tecnología Scanntech remarcó que la demanda de marcas de bajo precio, medida en cantidades, creció el 8% durante la primera mitad del año. En paralelo, la compra de primeras marcas de alimentos cayó el 8%, contra una expansión del 5% en las compras de segundas marcas.
La consultora explicó en su estudio que el avance de estas opciones económicas, tanto las segundas marcas y como aquellas propias de los supermercados, ayudó a los consumidores a mejorar el rendimiento de los salarios, fuertemente afectados por la inflación. “Las marcas económicas de café, por ejemplo, permitieron un ahorro del 35%, mientras que las de pasta dental generaron un ahorro del 55%”, precisó el reporte.
Ante este escenario, y para ganar la atención de los consumidores, las grandes cadenas de supermercados se apoyaron en la estrategia de ofrecen las primeras marcas con descuentos que van del 35% al 70% en la segunda unidad. Según advirtió Damián Di Pace, director de Focusmarket y asesor de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), este plan de los grandes supermercados apunta a nivelar los precios de las primeras marcas con los de las marcas más económicas. “Las primeras marcas no bajan los precios de la primera unidad, para que sus estrategias de liderazgo no pierdan terreno contra las marcas más económicas”, cuestionó el experto durante una entrevista con LA GACETA.
Comparaciones
El consumo masivo se contrajo el 3% interanual en el país, durante el primer semestre del año, según consignó Focusmarket. Pero en las provincias del interior, la caída fue del 3,6% en promedio, contra el 1,5% de retroceso que registró el Gran Buenos Aires. Di Pace explicó que este resultado negativo en las provincias se debe, principalmente, a que la pérdida del poder adquisitivo de los salarios fue mayor en relación a los grandes centros urbanos del país.
“En el interior también hubo un fuerte impacto del ajuste en los precios finales de los bienes de consumo, porque la suba de las tarifas (de los servicios públicos privatizados) afectó los costos de la cadena de intermediación”, puntualizó el economista. Además, añadió el efecto negativo que provocaron, en los salarios, los últimos acuerdos paritarios que obtuvieron los empleados estatales, con gran representatividad en el mercado laboral de las provincias.
Finalmente, Di Pace reflexionó sobre las expectativas del consumo masivo para el segundo semestre del año. Y puso énfasis en la llegada de los incrementos paritarios que recibirán los asalariados. “La recomposición salarial, en virtud de los diferentes tramos de los acuerdos, debería mejorar el escenario del consumo masivo en el segundo semestre, en relación al primero”, analizó. No obstante, aclaró que esto no significará una recuperación de la actividad económica.
“La realidad es que el año terminará con una caída del Producto Bruto Interno (PBI) del orden el 1,5%”, proyectó el economista. Sin embargo, fue optimista en relación a una posible recuperación del consumo masivo sobre el final del año. “Dentro de este escenario negativo, el último trimestre será mejor que los tres trimestres anteriores”, concluyó Di Pace. El comercio, en general, apuesta todas sus fichas, para recuperar parte del terreno perdido en materia de ventas.
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