01 Agosto 2016
Emilia Torrejón estaba en Buenos Aires el 16 de julio cuando levantó el teléfono y recibió la peor noticia que le pueden dar a una madre: su hija Lorena Sánchez, de 35 años, había muerto. En ese momento le dijeron que fue por inhalación de monóxido de carbono. Sin embargo, ahora está segura de que se trató de un homicidio. Al denunciar el hecho en la fiscalía de Arnoldo Suasnábar, la mujer dio el nombre y el apellido de quien sería el asesino.
Cuando murió Sánchez, en la familia se estaba dando una curiosidad. Torrejón, que vive en Tucumán, se encontraba en Buenos Aires por motivos de salud. Su hija, que vivía en la provincia más grande de la Argentina, estaba de vacaciones en el “Jardín de la República” con sus dos hijos más grandes, ambos adolescentes. Había alquilado una pieza en una pensión cercana a la Terminal de Ómnibus y en su primer día en Tucumán se juntó con su hermana.
“Fuimos a comer un asado con un amigo mío. Ellos se habían conocido hace poco, se habían agregado a Facebook y se escribían mensajes. Yo nunca había visto ninguna actitud violenta de parte de él en todos los años que lo conozco, pero estoy segura de que él lo mató”, explicó Mabel Sánchez, hermana de la víctima.
Según contaron los familiares de la mujer fallecida, el día que comieron un asado -en un galpón en el que trabaja el hombre, de sereno, en San Cayetano- ella le dejó su celular para que se lo arreglara. Tres días después fue a buscarlo y se quedó a comer con él.
“Ese día la noté muy distante a mi hermana. A la noche le pregunté si iba a volver a la pensión y me dijo que no. A las 8 de la mañana del otro día, él me llamó y me dijo que Lorena estaba muerta. Una doctora la vio y nos dijo que había sido por inhalación de monóxido de carbono”, agregó su hermana con lágrimas en los ojos.
Cuando les entregaron los restos, los familiares no pudieron creer lo que vieron en el cuerpo. “Tenía marcas de dedos en un brazo, como si la hubiesen agarrado fuerte, y en el cuello, como si la hubiesen estrangulado. Además tenía cortes en la boca y otros golpes”, comentó Torrejón. Inmediatamente le tomaron fotografías para probar que se había tratado de un asesinato. LA GACETA pudo acceder a las imágenes, en las que se pueden ver heridas en el cuerpo de Sánchez.
Tras la denuncia, la carátula del caso pasó de “muerte dudosa” a “homicidio” y desde la fiscalía se ordenó la detención del hombre acusado de homicidio. Se encuentra privado de su libertad en la comisaría 4°, a pocos metros de donde murió Sánchez. En tanto, la familia ahora se encuentra esperando que les otorgue el rol de querellantes en la causa.
Cuando murió Sánchez, en la familia se estaba dando una curiosidad. Torrejón, que vive en Tucumán, se encontraba en Buenos Aires por motivos de salud. Su hija, que vivía en la provincia más grande de la Argentina, estaba de vacaciones en el “Jardín de la República” con sus dos hijos más grandes, ambos adolescentes. Había alquilado una pieza en una pensión cercana a la Terminal de Ómnibus y en su primer día en Tucumán se juntó con su hermana.
“Fuimos a comer un asado con un amigo mío. Ellos se habían conocido hace poco, se habían agregado a Facebook y se escribían mensajes. Yo nunca había visto ninguna actitud violenta de parte de él en todos los años que lo conozco, pero estoy segura de que él lo mató”, explicó Mabel Sánchez, hermana de la víctima.
Según contaron los familiares de la mujer fallecida, el día que comieron un asado -en un galpón en el que trabaja el hombre, de sereno, en San Cayetano- ella le dejó su celular para que se lo arreglara. Tres días después fue a buscarlo y se quedó a comer con él.
“Ese día la noté muy distante a mi hermana. A la noche le pregunté si iba a volver a la pensión y me dijo que no. A las 8 de la mañana del otro día, él me llamó y me dijo que Lorena estaba muerta. Una doctora la vio y nos dijo que había sido por inhalación de monóxido de carbono”, agregó su hermana con lágrimas en los ojos.
Cuando les entregaron los restos, los familiares no pudieron creer lo que vieron en el cuerpo. “Tenía marcas de dedos en un brazo, como si la hubiesen agarrado fuerte, y en el cuello, como si la hubiesen estrangulado. Además tenía cortes en la boca y otros golpes”, comentó Torrejón. Inmediatamente le tomaron fotografías para probar que se había tratado de un asesinato. LA GACETA pudo acceder a las imágenes, en las que se pueden ver heridas en el cuerpo de Sánchez.
Tras la denuncia, la carátula del caso pasó de “muerte dudosa” a “homicidio” y desde la fiscalía se ordenó la detención del hombre acusado de homicidio. Se encuentra privado de su libertad en la comisaría 4°, a pocos metros de donde murió Sánchez. En tanto, la familia ahora se encuentra esperando que les otorgue el rol de querellantes en la causa.
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