En Turquía comenzó un “operativo limpieza”

En Turquía comenzó un “operativo limpieza”

El Presidente dijo que el levantamiento militar contra el Gobierno fue “un regalo de Dios”, porque le permitirá depurar al Ejército “Pagarán un alto precio”, advirtió Erdogan. El Parlamento sesionó ayer, donde se cuestionó a los que atacaron el edificio

MILES DE ESTRELLAS Y MEDIALUNAS. Los turcos salieron a las plazas principales a celebrar el triunfo sobre los golpistas y a respaldar la democracia. reuters MILES DE ESTRELLAS Y MEDIALUNAS. Los turcos salieron a las plazas principales a celebrar el triunfo sobre los golpistas y a respaldar la democracia. reuters
17 Julio 2016
ESTAMBUL.- En la Plaza Taksim de Estambul se reunieron ayer cientos de seguidores del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para celebrar el triunfo sobre los golpistas. Muchos portaban la bandera turca y gritaban “Dios es grande”. También en la Avenida de la Independencia de la ciudad se veían personas con banderas, mientras numerosos coches pasaban tocando bocina. Tras el fracasado intento de golpe de Estado, con un saldo de 265 muertos, el Gobierno inició ayer la “limpieza” en las filas militares y procedió también con dureza contra jueces.

Fuerzas turcas leales a Erdogan fueron las que sofocaron el intento de golpe de Estado lanzado por filas rebeldes del Ejército, luego que multitudes respondieron a un llamado del mandatario de salir a las calles en respaldo del Gobierno y de que decenas de militares amotinados abandonaron sus tanques.

Decenas de personas murieron, entre ellos muchos civiles, después de que una facción de las fuerzas armadas intentó tomar el poder con tanques y helicópteros. Algunos militares irrumpieron en la sede de inteligencia turca y el Parlamento en la capital, Ankara, y otros se hicieron con el control de un importante puente en Estambul.

Erdogan acusó a los golpistas de tratar de asesinarlo y lanzó una purga de las fuerzas armadas, que hacía 30 años que no usaban la fuerza para llevar a cabo un golpe de Estado exitoso. “Pagarán un alto precio por esto”, dijo Erdogan, quien ya había aplacado protestas masivas contra su Gobierno hace tres años. “Este levantamiento es un regalo de Dios para nosotros porque será el motivo para limpiar nuestro Ejército”, agregó.

Un total de 161 personas murieron y unas 2.839 fueron detenidas, incluyendo quienes integraban la “columna vertebral” de la rebelión. Las autoridades iniciaron una purga en el sistema judicial por sospechas de vínculos con el clérigo musulmán, Fethullah Gülen - enemigo político del mandatario-, al remover de sus cargos y detener a casi 3.000 fiscales y jueces, incluyendo funcionarios de las cortes más influyentes.

Aún así, el golpe de Estado fallido podría desestabilizar al país miembro de la OTAN, que se encuentra entre la Unión Europea y el caos de Siria y ha sufrido atentados del Estado Islámico mientras libra otra guerra con los separatistas kurdos.

El presidente, que se encontraba de vacaciones en la costa sur occidental cuando empezó el alzamiento, viajó a Estambul la madrugada del sábado y apareció en televisión a su arribo en el aeropuerto de Ataturk. Dirigiéndose a miles de partidarios que ondeaban banderas, dijo que el Gobierno seguía en control del país, aunque aún se reportaban disturbios en Ankara.

Minuto de silencio
El Parlamento de Turquía retomó ayer su actividad. Los diputados de los cuatro partidos que tienen representación en el Parlamento (el islamista AKP, el socialdemócrata CHP, el nacionalista MHP y el pro-kurdo HDP) mantuvieron un minuto de silencio antes de escuchar las palabras del primer ministro y líder del AKP, Binali Yilidirim, quien felicitó a los parlamentarios que anoche permanecieron en la Cámara Bajo el lema “democracia o muerte”.

La sesión se celebró en el edificio del Parlamento de Ankara, que durante el violento golpe fue bombardeado por la aviación turca y parcialmente dañado, aunque sin causar víctimas mortales. De esta forma, señaló el primer ministro, se convirtieron en una ejemplo para los parlamentos y las democracias del mundo. “Aquellos que atacaron la Cámara no son soldados -prosiguió Yilidirim-, sino terroristas en uniforme de soldados”. (Reuters-Télam-DPA)

Comentarios