15 Julio 2016
INCRÉDULOS. Tevez, Pérez y Lodeiro esperan a sacar del medio tras uno de los goles de Independiente del Valle. Los ecuatorianos se florearon en la semifinal. telam
BUENOS AIRES.- ¿Podía empezar mejor el partido para Boca? No. ¿Podía terminar peor el partido Boca? No. Los extremos del encuentro que determinó la eliminación del “Xeneize” en las semifinales de la Copa Libertadores a manos de Independiente del Valle (Ecuador) fueron tan diferentes uno de otro que lo que pasó en el medio resulta prácticamente inexplicable.
A fin de cuentas, los ecuatorianos ganaron 3 a 2 (5 a 3 en el global) en La Bombonera luego de arrancar ganando a los tres minutos con un error grosero de la defensa visitante y una buena definición de Cristian Pavón. El gol que tanto necesitaba el equipo de Guillermo Barros Schelotto y que por espacio de varios minutos lo metió en la final, llegó rápido para tranquilidad de todos.
Encima pareció que se vendrían otros más pero la impericia de los delanteros de Boca y un Carlos Tevez ausente, se lo negaron.
En la primera llegada de Independiente, Agustín Orión tuvo que reaccionar con sus pies para evitar el empate, algo que no pudo hacer en el córner de la jugada siguiente. Luis Caicedo lograba el tanto que habían venido a buscar.
Boca siguió enchufado pero seguía sin poder convertir. Librado Azcona volvió a montar un show de atajadas con habilidad y algo de suerte. Un gran resumen para la campaña de un equipo que nadie imaginó tener en la definición del torneo continental a nivel clubes más importante de América: clasificó a octavos de final atajando un penal en tiempo de descuento, soportó las decenas de llegadas de River en octavos, forzó los penales con Pumas (México) con un hombre menos de visitante y en el segundo tiempo ante Boca, aprovechó los horrores de Agustín Orión y su defensa.
Los nombres de sus víctimas, que quedaron en el camino incrédulas, dicen que no solo fue un equipo con suerte sino con la misma habilidad de su arquero para vulnerar redes rivales, asumir sus errores defensivos y hacer historia. Esa historia que quedó marcada tras los goles de Bryan Cabezas y Julio Angulo.
Para Boca, barajar y dar de nuevo tras desperdiciar semejante chance, quedará corto. (Especial)
BUENOS AIRES.- Ni los propios jugadores de Independiente del Valle podían creer lo que acababan de hacer: eliminar a Boca de la Copa en la mismísima Bombonera y clasificarse a la final, en la que enfrentarán a Atlético Nacional.
“Hemos logrado algo histórico. No todos los días se le gana a Boca en esta cancha, y nosotros lo hemos logrado”, remarcó Arturo Mina, uno de los centinelas con que contó el arquero Librado Azcona, tal vez la mayor figura del equipo en el torneo. “Es un arquerazo, por algo lo convocan a la Selección. Por suerte lo tenemos nosotros”, se alegró el mediocampisra Mario Rizzoto. “Este equipo sí que tiene huevos. Por eso estamos en la final”, aseguró el 1, quien le atajó un penal a Nicolás Lodeiro sin siquiera dar rebote.
“Es un triunfo que le dedicamos a todo Ecuador. Tenemos unos huevos bien grandes, a pesar de que muchos ya nos daban por eliminados. Vamos a darlo todo en la final y Dios quiera que podamos ser campeones”, completó el volante Junior Sornoza.
A fin de cuentas, los ecuatorianos ganaron 3 a 2 (5 a 3 en el global) en La Bombonera luego de arrancar ganando a los tres minutos con un error grosero de la defensa visitante y una buena definición de Cristian Pavón. El gol que tanto necesitaba el equipo de Guillermo Barros Schelotto y que por espacio de varios minutos lo metió en la final, llegó rápido para tranquilidad de todos.
Encima pareció que se vendrían otros más pero la impericia de los delanteros de Boca y un Carlos Tevez ausente, se lo negaron.
En la primera llegada de Independiente, Agustín Orión tuvo que reaccionar con sus pies para evitar el empate, algo que no pudo hacer en el córner de la jugada siguiente. Luis Caicedo lograba el tanto que habían venido a buscar.
Boca siguió enchufado pero seguía sin poder convertir. Librado Azcona volvió a montar un show de atajadas con habilidad y algo de suerte. Un gran resumen para la campaña de un equipo que nadie imaginó tener en la definición del torneo continental a nivel clubes más importante de América: clasificó a octavos de final atajando un penal en tiempo de descuento, soportó las decenas de llegadas de River en octavos, forzó los penales con Pumas (México) con un hombre menos de visitante y en el segundo tiempo ante Boca, aprovechó los horrores de Agustín Orión y su defensa.
Los nombres de sus víctimas, que quedaron en el camino incrédulas, dicen que no solo fue un equipo con suerte sino con la misma habilidad de su arquero para vulnerar redes rivales, asumir sus errores defensivos y hacer historia. Esa historia que quedó marcada tras los goles de Bryan Cabezas y Julio Angulo.
Para Boca, barajar y dar de nuevo tras desperdiciar semejante chance, quedará corto. (Especial)
BUENOS AIRES.- Ni los propios jugadores de Independiente del Valle podían creer lo que acababan de hacer: eliminar a Boca de la Copa en la mismísima Bombonera y clasificarse a la final, en la que enfrentarán a Atlético Nacional.
“Hemos logrado algo histórico. No todos los días se le gana a Boca en esta cancha, y nosotros lo hemos logrado”, remarcó Arturo Mina, uno de los centinelas con que contó el arquero Librado Azcona, tal vez la mayor figura del equipo en el torneo. “Es un arquerazo, por algo lo convocan a la Selección. Por suerte lo tenemos nosotros”, se alegró el mediocampisra Mario Rizzoto. “Este equipo sí que tiene huevos. Por eso estamos en la final”, aseguró el 1, quien le atajó un penal a Nicolás Lodeiro sin siquiera dar rebote.
“Es un triunfo que le dedicamos a todo Ecuador. Tenemos unos huevos bien grandes, a pesar de que muchos ya nos daban por eliminados. Vamos a darlo todo en la final y Dios quiera que podamos ser campeones”, completó el volante Junior Sornoza.