12 Julio 2016
FANÁTICA DE LOS ZAPATOS. Detrás de May aparece su esposo. reuters
“Una Dama de Hierro en lista de espera”. Así bautizó hace un tiempo The Independent a Theresa May. El periódico no se equivocó, porque desde mañana May será primera ministra de Gran Bretaña. La aguarda una misión monumental: sacar a su país de la Unión Europea. “Brexit significa Brexit, y vamos a lograr que tenga éxito”, enfatizó la sucesora de David Cameron, cuya renuncia cambió el mapa político inglés.
May, ministra del Interior de Cameron, fue elegida líder del Partido Conservador tras el retiro de su única rival, Andrea Leadsom. Ambas debían disputar los votos de cerca de 150.000 miembros del Partido, resultado que se hubiese anunciado el 9 de septiembre. Pero la inesperada renuncia de Leadsom le permite a May asumir la dirección de los conservadores y el cargo de primera ministra mucho antes.
Cameron presidirá hoy la reunión de gabinete por última vez. Mañana responderá preguntas en el Parlamento antes de presentarle su dimisión a la reina, Isabel II. “Así que tendremos un nuevo primer ministro en ese edificio que está detrás de mí en la tarde del miércoles”, enfatizó. Estaba hablando frente al clásico 10 de Downing Street, hogar del mandamás británico en Londres.
Las miradas sobre ella
Es inevitable que cualquier mujer que ingresa en la política británica enfrente al fantasma de Margaret Thatcher. Pero en el caso May (59 años, canosa, fuerte y decidida) la comparación no parece para nada extraña. Poco más de 25 años después de que la verdadera “Dama de Hierro” dejó el poder, en 1990, May se convertirá en la segunda mujer que ocupa la oficina del primer ministro.
Presencia habitual en las revistas por sus atrevidos zapatos, sus colegas la describen como disciplinada, capaz y amigable. Estudió en Oxford (como Thatcher y Cameron), trabajó para el Banco de Inglaterra, ingresó a la política antes de cumplir 30 y cuenta con numerosos amigos dentro del Partido Conservador.
Asumió como ministra en 2010 y durante dos gabinetes consecutivos de Cameron lidió con asuntos como inmigración, lucha contra el terrorismo, vigilancia y abuso de menores. Casi nadie imaginó que duraría tanto en el puesto. Durante la campaña sobre la salida del Reino Unido de Europa, May estuvo a favor de la permanencia del país en el bloque, pero con una actitud moderada.
“Ella tiene la integridad, la fortaleza y el liderazgo que nuestro país necesita”, sostuvo el ministro de Economía, George Osborne. Hija de un vicario de la iglesia Anglicana, está casada y no tiene hijos. En 2013 reveló que padece diabetes de tipo 1. “No hago giras por los estudios de televisión. No cotilleo sobre las personas en el almuerzo. No me voy de copas a los bares del Parlamento -dijo una vez-. Simplemente me dedico a hacer el trabajo que tengo por delante”. (DPA)
May, ministra del Interior de Cameron, fue elegida líder del Partido Conservador tras el retiro de su única rival, Andrea Leadsom. Ambas debían disputar los votos de cerca de 150.000 miembros del Partido, resultado que se hubiese anunciado el 9 de septiembre. Pero la inesperada renuncia de Leadsom le permite a May asumir la dirección de los conservadores y el cargo de primera ministra mucho antes.
Cameron presidirá hoy la reunión de gabinete por última vez. Mañana responderá preguntas en el Parlamento antes de presentarle su dimisión a la reina, Isabel II. “Así que tendremos un nuevo primer ministro en ese edificio que está detrás de mí en la tarde del miércoles”, enfatizó. Estaba hablando frente al clásico 10 de Downing Street, hogar del mandamás británico en Londres.
Las miradas sobre ella
Es inevitable que cualquier mujer que ingresa en la política británica enfrente al fantasma de Margaret Thatcher. Pero en el caso May (59 años, canosa, fuerte y decidida) la comparación no parece para nada extraña. Poco más de 25 años después de que la verdadera “Dama de Hierro” dejó el poder, en 1990, May se convertirá en la segunda mujer que ocupa la oficina del primer ministro.
Presencia habitual en las revistas por sus atrevidos zapatos, sus colegas la describen como disciplinada, capaz y amigable. Estudió en Oxford (como Thatcher y Cameron), trabajó para el Banco de Inglaterra, ingresó a la política antes de cumplir 30 y cuenta con numerosos amigos dentro del Partido Conservador.
Asumió como ministra en 2010 y durante dos gabinetes consecutivos de Cameron lidió con asuntos como inmigración, lucha contra el terrorismo, vigilancia y abuso de menores. Casi nadie imaginó que duraría tanto en el puesto. Durante la campaña sobre la salida del Reino Unido de Europa, May estuvo a favor de la permanencia del país en el bloque, pero con una actitud moderada.
“Ella tiene la integridad, la fortaleza y el liderazgo que nuestro país necesita”, sostuvo el ministro de Economía, George Osborne. Hija de un vicario de la iglesia Anglicana, está casada y no tiene hijos. En 2013 reveló que padece diabetes de tipo 1. “No hago giras por los estudios de televisión. No cotilleo sobre las personas en el almuerzo. No me voy de copas a los bares del Parlamento -dijo una vez-. Simplemente me dedico a hacer el trabajo que tengo por delante”. (DPA)
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