Emotiva misa por el Bicentenario en la Iglesia Argentina de Roma

ROMA.- En la Iglesia Nacional Argentina se celebró la "Santa Maria Addolorata" para celebrar el Bicentenario.

Se oró por todos los argentinos: "para que podamos ser constructores de justicia y paz, así como por todos los que sufren en nuestra patria"

La misa fue presidida por el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y concelebrada por el arzobispo Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de Ciencias y otros sacerdotes argentinos, como monseñor Guillermo Karcher, que ofició de ceremoniero-concelebrante, entre otros.

En su sermón, el cardenal Sandri evocó las luces y sombras, los encuentros y desencuentros, así como los logros y los fracasos de la Argentina en sus 200 años de vida. Y destacó dos momentos: la mediación de Juan Pablo II para evitar una guerra con Chile en el Cono Sur en 1978, y la elección, en marzo de 2013, de un Papa hijo de la tierra argentina, un elemento de esperanza para el futuro del país.

A la hora de las intenciones, leídas por la cónsul general argentina en Roma, Lucía Dougherty, se pidió por el papa Francisco: "para que experimente en todo momento la asistencia del Espíritu Santo y la oración constante del pueblo de Dios; por la Iglesia de la Argentina; "por todos los argentinos, para que todos podamos ser constructores de caminos de justicia y paz"; y "por todos los que sufren en nuestra patria, para que reciban la ayuda de Dios y la solidaridad de sus hermanos".

Terminada la celebración -en la que se entregaron escarapelas y hubo cantos argentinos-, tomó la palabra el embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, que, al igual que el cardenal Sandri, evocó las "gracias" recibidas por la Argentina desde sus 200 años de independencia, así como la "senda compleja" transitada.

Pfirter destacó también que "hoy vivimos un tiempo de restaurada esperanza", así como "la gracia que significa que el papa Francisco haya nacido en nuestra patria".

Recordó asimismo que el 29 de junio pasado, Día del Pontífice, el presidente Mauricio Macri le transmitió al Santo Padre en nombre de todos los argentinos un saludo especial, en el que destacó su reconocimiento por su tarea en el mundo y reafirmó que "la defensa de la paz y la unión entre los pueblos, la lucha por desterrar la pobreza, el cuidado de nuestra casa común, el combate al narcotráfico y la corrupción", son también ejes centrales de su acción de gobierno.

"Amemos al Papa y oremos por él, que es nuestro padre universal", pidió Pfirter, que concluyó evocando una plegaria del Presidente Macri en la reciente clausura del Congreso Ecuarístico de Tucumán.

Se cantó, finalmente, el himno nacional argentino, que fue la parte más emotiva para la mayoría de connacionales presentes en la misa. "Confieso que me emocioné cuando se cantó el himno", dijo a La Nación el fraile argentino Martín Bitzer, que tambié concelebró la misa.