El sacerdote Justo José Ilarraz quedó al borde del juicio oral, ya que la jueza Paola Firpo, de Entre Rios, resolvió que está agotada la investigación de la causa en la que el religoso está acusado por corrupción de menores.
La jueza de Transición 2 de Paraná determinó que corresponde correr vista al Ministerio Público Fiscal la causa caratulada "Ilarraz, Justo José s/ Promoción a la corrupción agravada", a los fines de que dictamine si son necesarias nuevas diligencias, o si la instrucción está completa y corresponde elevar la causa a juicio, señalaron fuentes judiciales.
La magistrada recibió la ampliación de una pericia psicológica y psiquiátrica que había sido dispuesta en el marco de la investigación y estaba pendiente, y estimó agotada la investigación de la causa que se le sigue a Ilarraz, procesado por el presunto delito de promoción a la corrupción de menores agravada por ser su educador, en forma reiterada.
Ahora, el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull tendrá que establecer el paso siguiente en el término de 10 días, "el que podrá prorrogarse por otro tanto cuando se trate de procesos extensos, o de casos graves o complejos", según dispone el el artículo 350 del Código Procesal Penal. En su dictamen, el funcionario deberá manifestar si la instrucción está completa, o en caso contrario, qué diligencias considera necesarias.
Cómo sigue
En caso de considerar agotada la pesquisa, el fiscal deberá expresar si corresponde sobreseer o disponer una prórroga extraordinaria, o elevar la causa a juicio, explicaron fuentes judiciales.
Una vez que se expida el Ministerio Público Fiscal, deberá notificarse a la querella particular (a cargo de los abogados Rosario Romero, Marcos Rodríguez Allende y Milton Urrutia) para que se expidan sobre el dictamen de la Fiscalía.
Finalmente, debe ser notificada la Defensa de Ilarraz (Juan Ángel Fornerón y Jorge Muñoz), quienes podrán oponerse a la elevación de la causa a juicio y pedir el sobreseimiento del imputado.
Ilarraz fue acusado por ex seminaristas de haberlos sometido a abusos sexuales cuando estudiaban en el seminario de Paraná que dirigía el sacerdote, entre 1985 y 1993, cuando los pupilos eran menores.