30 Junio 2016
DESPUÉS DEL ACCIDENTE. El colectivo terminó en una zanja y la rastra quedó volcada en el medio del cruce, con la cabina destrozada por el impacto. LA GACETA / FOTOS DE HÉCTOR PERALTA
Cientos de personas que estaban en el lugar del choque -entre policías, bomberos, vecinos, pasajeros y personal del 107- coincidieron en una cosa: por cómo quedaron el colectivo y la rastra cañera que chocaron cerca de la entrada a Santa Rosa de Leales, fue casi un milagro que no hubiera muertos. Las ambulancias apenas tuvieron que trasladar a tres heridos a la capital tucumana y todos se encuentran fuera de peligro.
El accidente se produjo ayer a las 14 en un cruce que tiene la ruta 9 en el kilómetro 1.251. “El camión fue el que se cruzó, no esperó a que pasáramos nosotros. El colectivo impactó en el medio de la rastra y después volcamos”, contó a LA GACETA Daiana Vizcarra, una de las pasajeras del micro de la empresa Andesmar que tenía como destino la ciudad de Córdoba.
Apenas 15 personas venían viajando en el ómnibus. Varios de ellos tenían conexiones hacia el sur. Una pasajera relató que su destino final es Trelew, otra comentó que viajaba hasta Río Gallegos.
Luego del choque, la rastra quedó volcada en el medio del cruce, mientras que el colectivo fue a parar a una zanja. Al parecer, una maniobra del chofer salvó la vida a sus pasajeros. “Si no maniobraba nos matábamos todos. Si se asustaba, esto hubiese sido una tragedia. La tripulación estuvo muy bien, se preocuparon hasta que bajó la última persona, y eso que ellos estaban lastimados”, contó Gastón Roldán.
El primero en ser auxiliado fue Alejandro Alderetes, el conductor de la rastra, que fue la persona que peor la sacó en el percance. Los médicos del Servicio 911 lo encontraron desvanecido cuando llegaron al lugar. Luego de atenderlo, lo trasladaron al Hospital Padilla. No se informó oficialmente los nombres de los choferes del micro, aunque se confirmó que son oriundos de Salta. Ellos fueron llevados al Centro de Salud y, según comentaron fuentes de la empresa, todos estaban fuera de peligro.
Luego llegaron los bomberos de Alderetes y Bella Vista hasta el lugar. Ellos fueron los encargados de cortar la electricidad de los vehículos para evitar que se prendieran fuego.
Testimonios
Los consultados en el lugar dieron una versión similar: el camión se habría cruzado sin esperar a que pasara el colectivo. Sin embargo, por el fuerte sol de ayer a la tarde, no se descarta que no lo haya visto.
“Sentí un golpe muy fuerte y después que el conductor volanteaba. Ahí fue cuando volcamos. La gente se golpeó mucho, estaban todos muy nerviosos. La peor parte se la llevaron los choferes, estaban muy golpeados”, señaló Camila Rodríguez, una de las viajantes.
“Apenas escuchamos el ruido salimos corriendo a ayudar a la gente. Rompimos los vidrios del colectivo y los ayudamos a salir. El impacto fue muy fuerte. Los choferes sangraban. Uno de ellos se sacó un pedazo de vidrio de la mano. El camión no esperó dos minutos a que pasara el colectivo”, relató Carolina del Carmen Numen, una mujer que vive a pocos metros del lugar del accidente y que fue la primera en asistir a las personas golpeadas. Luego agregó: “esta ruta es muy peligrosa y está abandonada por parte de las autoridades”.
Dos horas y media después del choque, los pasajeros siguieron viaje en otro coche que se trasladó allí, no sin antes discutir de forma muy nerviosa con la gente de la empresa por esta demora.
El accidente se produjo ayer a las 14 en un cruce que tiene la ruta 9 en el kilómetro 1.251. “El camión fue el que se cruzó, no esperó a que pasáramos nosotros. El colectivo impactó en el medio de la rastra y después volcamos”, contó a LA GACETA Daiana Vizcarra, una de las pasajeras del micro de la empresa Andesmar que tenía como destino la ciudad de Córdoba.
Apenas 15 personas venían viajando en el ómnibus. Varios de ellos tenían conexiones hacia el sur. Una pasajera relató que su destino final es Trelew, otra comentó que viajaba hasta Río Gallegos.
Luego del choque, la rastra quedó volcada en el medio del cruce, mientras que el colectivo fue a parar a una zanja. Al parecer, una maniobra del chofer salvó la vida a sus pasajeros. “Si no maniobraba nos matábamos todos. Si se asustaba, esto hubiese sido una tragedia. La tripulación estuvo muy bien, se preocuparon hasta que bajó la última persona, y eso que ellos estaban lastimados”, contó Gastón Roldán.
El primero en ser auxiliado fue Alejandro Alderetes, el conductor de la rastra, que fue la persona que peor la sacó en el percance. Los médicos del Servicio 911 lo encontraron desvanecido cuando llegaron al lugar. Luego de atenderlo, lo trasladaron al Hospital Padilla. No se informó oficialmente los nombres de los choferes del micro, aunque se confirmó que son oriundos de Salta. Ellos fueron llevados al Centro de Salud y, según comentaron fuentes de la empresa, todos estaban fuera de peligro.
Luego llegaron los bomberos de Alderetes y Bella Vista hasta el lugar. Ellos fueron los encargados de cortar la electricidad de los vehículos para evitar que se prendieran fuego.
Testimonios
Los consultados en el lugar dieron una versión similar: el camión se habría cruzado sin esperar a que pasara el colectivo. Sin embargo, por el fuerte sol de ayer a la tarde, no se descarta que no lo haya visto.
“Sentí un golpe muy fuerte y después que el conductor volanteaba. Ahí fue cuando volcamos. La gente se golpeó mucho, estaban todos muy nerviosos. La peor parte se la llevaron los choferes, estaban muy golpeados”, señaló Camila Rodríguez, una de las viajantes.
“Apenas escuchamos el ruido salimos corriendo a ayudar a la gente. Rompimos los vidrios del colectivo y los ayudamos a salir. El impacto fue muy fuerte. Los choferes sangraban. Uno de ellos se sacó un pedazo de vidrio de la mano. El camión no esperó dos minutos a que pasara el colectivo”, relató Carolina del Carmen Numen, una mujer que vive a pocos metros del lugar del accidente y que fue la primera en asistir a las personas golpeadas. Luego agregó: “esta ruta es muy peligrosa y está abandonada por parte de las autoridades”.
Dos horas y media después del choque, los pasajeros siguieron viaje en otro coche que se trasladó allí, no sin antes discutir de forma muy nerviosa con la gente de la empresa por esta demora.
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