28 Junio 2016
ROBADOS. El ladrón ingresó a dos departamentos por los balcones. la gaceta / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
Nadie escuchó ni vio nada. Recién cuando se levantaron, ayer a la mañana, las víctimas se encontraron con las puertas del balcón abiertas: el indicio de que un desconocido había estado dentro del departamento durante la madrugada.
Los robos ocurrieron en los pisos 3 y 4 del edificio de calle Congreso 228. En uno de esos departamentos vive una joven estudiante salteña (pidió reservar su nombre por razones de seguridad) con su perrita caniche. Ninguna de las dos escuchó nada. “Me sorprende que ella no haya ladrado porque ante el menor ruido ya se exalta. Para mí que le dieron algo”, comentó la joven.
Ambas dormían en una habitación cuando entró el delincuente, tras forzar la puerta vidriada del balcón. Pero en el modesto departamento de la víctima no había nada de valor. Sin embargo, el ladrón no se retiró con las manos vacías. Antes de salir, levantó un bolso de la estudiante y sacó la billetera. Después lo dejó tirado en el balcón de un departamento deshabitado del piso de abajo.
La segunda víctima es Carolina Fioretti, quien había pasado la noche afuera de su departamento y había dejado a una amiga durmiendo allí para que lo cuidara. “Me desperté con el teléfono, cuando ella me llamó, eran como las 10 y no entendía nada, todavía me duele la cabeza”, comentó la amiga de Fioretti, al insinuar que el ladrón debió haberla drogado con alguna sustancia somnífera.
En este caso, el delincuente llegó a ingresar al dormitorio. “Levantó mis anillos de la mesa de luz, abrió y revisó los placares y se llevó mi cartera”, dijo la mujer que dormía mientras le robaban. Cuando se despertó, también encontró la puerta del balcón abierta y su cartera, tirada un piso más abajo.
El administrador del edificio, Agustín Peña, confirmó que ambos robos sucedieron aunque hasta ayer a la tarde nadie había realizado la denuncia formal ante la Policía. Peña también aclaró que es la primera vez que les toca vivir un hecho de inseguridad como este. Según indicó, solo hay una cámara de seguridad en el edificio, que está ubicada en el piso 6 y que, casualmente, esa noche había dejado de funcionar.
Los robos ocurrieron en los pisos 3 y 4 del edificio de calle Congreso 228. En uno de esos departamentos vive una joven estudiante salteña (pidió reservar su nombre por razones de seguridad) con su perrita caniche. Ninguna de las dos escuchó nada. “Me sorprende que ella no haya ladrado porque ante el menor ruido ya se exalta. Para mí que le dieron algo”, comentó la joven.
Ambas dormían en una habitación cuando entró el delincuente, tras forzar la puerta vidriada del balcón. Pero en el modesto departamento de la víctima no había nada de valor. Sin embargo, el ladrón no se retiró con las manos vacías. Antes de salir, levantó un bolso de la estudiante y sacó la billetera. Después lo dejó tirado en el balcón de un departamento deshabitado del piso de abajo.
La segunda víctima es Carolina Fioretti, quien había pasado la noche afuera de su departamento y había dejado a una amiga durmiendo allí para que lo cuidara. “Me desperté con el teléfono, cuando ella me llamó, eran como las 10 y no entendía nada, todavía me duele la cabeza”, comentó la amiga de Fioretti, al insinuar que el ladrón debió haberla drogado con alguna sustancia somnífera.
En este caso, el delincuente llegó a ingresar al dormitorio. “Levantó mis anillos de la mesa de luz, abrió y revisó los placares y se llevó mi cartera”, dijo la mujer que dormía mientras le robaban. Cuando se despertó, también encontró la puerta del balcón abierta y su cartera, tirada un piso más abajo.
El administrador del edificio, Agustín Peña, confirmó que ambos robos sucedieron aunque hasta ayer a la tarde nadie había realizado la denuncia formal ante la Policía. Peña también aclaró que es la primera vez que les toca vivir un hecho de inseguridad como este. Según indicó, solo hay una cámara de seguridad en el edificio, que está ubicada en el piso 6 y que, casualmente, esa noche había dejado de funcionar.
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