20 Junio 2016
PURA FE. El cierre del Congreso convocó a una multitud de fieles y estuvo atravesado por momentos conmovedores. la gaceta / foto de Analía Jaramillo
El mate, listo. El termo, cargado con agua muy caliente. Y, por si acaso, un bolsito con galletitas, bizcochos y un par de servilletas. A las 8.30 de ayer Lucas y Romina Goitía, de Córdoba, ya estaban instalados en el campo del hipódromo, a metros del escenario mayor, para participar de la misa de despedida del XI Congreso Eucarístico Nacional. Fueron los primeros en llegar. “Vinimos preparados para una jornada fría pero intensa”, dice Lucas mientras saboreaba un mate amargo que después invitó al fotógrafo del diario.
Desde el escenario, el coro intentaba exorcizar el frío matinal con canciones que alentaban a los fieles que iban llegando en caravana desde distintos puntos de la provincia. Entre ellos se pudo ver a familias enteras -con abuelos incluidos- que desayunaban en el predio mientras esperaban el inicio de la misa.
La euforia fue creciendo a medida que llegaban nuevos contingentes. A lo largo del predio pudo verse a jóvenes sacerdotes que confesaban a los fieles. Uno de ellos, que tenía un notable parecido con el actor Mariano Martínez, tenía ante si una cola nutrida integrada sólo por jovencitas.
Alrededor de las 9.30, el predio del hipódromo ya lucía completamente colmado. Los organizadores anunciaron que el número de participantes había alcanzado los 300.000, pero las fuerzas policiales -diestras para calcular multitudes al aire libre- aseguraron que la cifra era bastante menor. De todas maneras, muchos de los participantes confesaron que jamás habían visto al hipódromo tan colmado de gente.
La misa
El legado papal, cardenal Giovanni Battista Re, fue el encargado de presidir la misa que comenzó exactamente a las 10. El prelado recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y ratificó que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”.
De la celebración también participaron el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gobernador de Tucumán Juan Manzur, el intendente Germán Alfaro y el arzobispo de Tucumán Alfredo Zecca, además de los obispos y dignatarios eclesiales.
Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional.
La celebración eucarística comenzó con la interpretación de la Misa Criolla, la obra de Ariel Ramírez, interpretada por el Coro de la Facultad de Medicina de la UNT, bajo la dirección de Mariana Stambole. Una de las lecturas estuvo a cargo de la vicepresidenta Michetti.
Luego, ante una multitud de fieles que lo aplaudía, el purpurado italiano saludó a las autoridades en nombre del papa Francisco y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.
Durante la celebración se utilizó una custodia de la eucaristía construida gracias a la donación de alianzas, aros, y diferentes joyas de plata entregadas por tucumanos, luego de que dos custodias muy valiosas del Museo de Arte Sacro de la ciudad fueran robadas en 2011.
Tras las palabras de Re y previo al momento de la consagración, se anunció que la colecta realizada durante la celebración del sábado recaudó $354.463 que serán destinados para Cáritas y para la diócesis de Concepción. Posteriormente, se realizó la comunión y los fieles pudieron acceder gracias al trabajo del equipo de sacerdotes que distribuyeron las hostias en todo el predio.
La despedida
Antes de finalizar la misa, el cardenal Re expresó su admiración por la devoción y la fe de los argentinos por la Eucaristía, y agradeció a los organizadores del congreso y, especialmente, al arzobispo Zecca. “Dios bendiga a la Argentina y la acompañe en el camino al tercer centenario”, concluyó el enviado papal.
Monseñor Zecca mencionó que del Congreso participaron peregrinos de muchas partes y deseó un feliz Día del Padre, a la que consideró una fecha muy importante “porque hay que revalorizar a la familia”.
La celebración culminó pasado el mediodía, cuando los fieles comenzaron la desconcentración. Algunos -sobre todo grupos de jóvenes- se quedaron a almorzar dentro del predio. “Nosotros volvemos a Rosario recién esta noche. Queremos aprovechar la estadía al máximo”, dijeron Rodrigo, Mario y Gonzalo, de la Acción Católica.
Otros, apurados por la vuelta, confesaron su anhelo de llegar a tiempo para saludar a sus padres. “Vamos a cerrar un día extraordinario como Dios manda: honrando a nuestro padre”, dijeron Ludmila y Berta, de Santiago del Estero.
Desde el escenario, el coro intentaba exorcizar el frío matinal con canciones que alentaban a los fieles que iban llegando en caravana desde distintos puntos de la provincia. Entre ellos se pudo ver a familias enteras -con abuelos incluidos- que desayunaban en el predio mientras esperaban el inicio de la misa.
La euforia fue creciendo a medida que llegaban nuevos contingentes. A lo largo del predio pudo verse a jóvenes sacerdotes que confesaban a los fieles. Uno de ellos, que tenía un notable parecido con el actor Mariano Martínez, tenía ante si una cola nutrida integrada sólo por jovencitas.
Alrededor de las 9.30, el predio del hipódromo ya lucía completamente colmado. Los organizadores anunciaron que el número de participantes había alcanzado los 300.000, pero las fuerzas policiales -diestras para calcular multitudes al aire libre- aseguraron que la cifra era bastante menor. De todas maneras, muchos de los participantes confesaron que jamás habían visto al hipódromo tan colmado de gente.
La misa
El legado papal, cardenal Giovanni Battista Re, fue el encargado de presidir la misa que comenzó exactamente a las 10. El prelado recordó que “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana” y ratificó que “ella es un aliciente para reconstruir el tejido cristiano de la sociedad y punto de partida para la tan deseada nueva evangelización”.
De la celebración también participaron el presidente Mauricio Macri, la vicepresidenta Gabriela Michetti, el gobernador de Tucumán Juan Manzur, el intendente Germán Alfaro y el arzobispo de Tucumán Alfredo Zecca, además de los obispos y dignatarios eclesiales.
Antes de comenzar la misa, mientras los fieles entonaban el himno del Congreso Eucarístico, a cuyo canto se sumó Michetti, llegaron en procesión imágenes religiosas de las advocaciones a la Virgen que se veneran en el noroeste argentino, además de Nuestra Señora de Luján, patrona nacional.
La celebración eucarística comenzó con la interpretación de la Misa Criolla, la obra de Ariel Ramírez, interpretada por el Coro de la Facultad de Medicina de la UNT, bajo la dirección de Mariana Stambole. Una de las lecturas estuvo a cargo de la vicepresidenta Michetti.
Luego, ante una multitud de fieles que lo aplaudía, el purpurado italiano saludó a las autoridades en nombre del papa Francisco y deseó “todo bien a cuantos viven en esta amada nación, de profundas raíces cristianas y fuertemente encaminada, con esperanza, hacia el futuro”.
Durante la celebración se utilizó una custodia de la eucaristía construida gracias a la donación de alianzas, aros, y diferentes joyas de plata entregadas por tucumanos, luego de que dos custodias muy valiosas del Museo de Arte Sacro de la ciudad fueran robadas en 2011.
Tras las palabras de Re y previo al momento de la consagración, se anunció que la colecta realizada durante la celebración del sábado recaudó $354.463 que serán destinados para Cáritas y para la diócesis de Concepción. Posteriormente, se realizó la comunión y los fieles pudieron acceder gracias al trabajo del equipo de sacerdotes que distribuyeron las hostias en todo el predio.
La despedida
Antes de finalizar la misa, el cardenal Re expresó su admiración por la devoción y la fe de los argentinos por la Eucaristía, y agradeció a los organizadores del congreso y, especialmente, al arzobispo Zecca. “Dios bendiga a la Argentina y la acompañe en el camino al tercer centenario”, concluyó el enviado papal.
Monseñor Zecca mencionó que del Congreso participaron peregrinos de muchas partes y deseó un feliz Día del Padre, a la que consideró una fecha muy importante “porque hay que revalorizar a la familia”.
La celebración culminó pasado el mediodía, cuando los fieles comenzaron la desconcentración. Algunos -sobre todo grupos de jóvenes- se quedaron a almorzar dentro del predio. “Nosotros volvemos a Rosario recién esta noche. Queremos aprovechar la estadía al máximo”, dijeron Rodrigo, Mario y Gonzalo, de la Acción Católica.
Otros, apurados por la vuelta, confesaron su anhelo de llegar a tiempo para saludar a sus padres. “Vamos a cerrar un día extraordinario como Dios manda: honrando a nuestro padre”, dijeron Ludmila y Berta, de Santiago del Estero.
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