19 Junio 2016
Silvina Kruskevich
Sorprendida por Dios
Silvina Kruskevich tiene 20 años, representa a la Pastoral Juvenil de Salta y afirma: “estoy sorprendida cada vez más con Dios. No iba a venir y con una amiga decidimos hacerlo a último momento”. Es estudiante de Filosofía, hace teatro y además un apostolado en la localidad de La Caldera. Dice que ser joven y católico es un verdadero desafío que se presenta diariamente. “Yo busco la manera de servir a Dios mediante lo que estudio”, destacó.
La alegría de servir
El Hermano Emanuel es un joven cordobés de 28 años que hace tres años consagró su vida a Dios y forma parte de la Congregación Hijos de la Inmaculada Concepción. Ellos se dedican a la asistencia a los enfermos y se capacitan en medicina y enfermería. Sobre la misión de su congregación, el religioso afirma: “los que están sufriendo nos dan el mensaje de abrazar y llevar con alegría lo que van viviendo. Ellos nos animan a seguir”.
Una madre emocionada
“Es una experiencia plena, llena de bendiciones, un poco inenarrable, difícil de contar”. Así describió Marta Muñoz sus vivencias en el Congreso Eucarístico. Ella es madre de cuatro hijos y vino desde la diócesis de Lomas de Zamora, en Buenos Aires. Para ella la familia es muy importante. “Hoy la familia ha cambiado mucho. Hay que acercarse y llevar la palabra del Señor a estas familias que son diferentes desde hace algunos años”, apuntó.
Silvina Kruskevich tiene 20 años, representa a la Pastoral Juvenil de Salta y afirma: “estoy sorprendida cada vez más con Dios. No iba a venir y con una amiga decidimos hacerlo a último momento”. Es estudiante de Filosofía, hace teatro y además un apostolado en la localidad de La Caldera. Dice que ser joven y católico es un verdadero desafío que se presenta diariamente. “Yo busco la manera de servir a Dios mediante lo que estudio”, destacó.
La alegría de servir
El Hermano Emanuel es un joven cordobés de 28 años que hace tres años consagró su vida a Dios y forma parte de la Congregación Hijos de la Inmaculada Concepción. Ellos se dedican a la asistencia a los enfermos y se capacitan en medicina y enfermería. Sobre la misión de su congregación, el religioso afirma: “los que están sufriendo nos dan el mensaje de abrazar y llevar con alegría lo que van viviendo. Ellos nos animan a seguir”.
Una madre emocionada
“Es una experiencia plena, llena de bendiciones, un poco inenarrable, difícil de contar”. Así describió Marta Muñoz sus vivencias en el Congreso Eucarístico. Ella es madre de cuatro hijos y vino desde la diócesis de Lomas de Zamora, en Buenos Aires. Para ella la familia es muy importante. “Hoy la familia ha cambiado mucho. Hay que acercarse y llevar la palabra del Señor a estas familias que son diferentes desde hace algunos años”, apuntó.
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