18 Junio 2016
DESAFÍO. Según Lozano, el Bicentenario invita a refundarnos como sociedad. dyn
Sonaba una banda y había personas que, a modo de coreógrafos, bailaban para que el público les imitara los movimientos. Parecía un recital, pero no: era la previa de la charla que iba a brindar monseñor Jorge Lozano en la ex Quinta Agronómica.
La convocatoria que generó el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Pastoral Social del Episcopado fue tan grande que un anfiteatro no fue suficiente para contener a todos los asistentes. Los organizadores del Congreso Eucarístico tuvieron que habilitar otro y trasmitir la charla mediante circuito cerrado de televisión.
Esto quizás se explica porque, en los últimos años, Lozano se ha convertido en la voz y en el rostro de la Iglesia cada vez que los religiosos se proponen exponer la masacre que están causando las drogas y el narcotráfico en las villas y en los barrios humildes; los daños muchas veces irreparables que genera la ausencia del Estado donde más se lo necesita, y el impacto negativo que originan ciertas cuestiones políticas y económicas, como -ahora mismo- la inflación.
“El amor por Jesús es amor por su pueblo”, disparó frente a los cientos de laicos y religiosos que lo escuchaban (entre ellos, el obispo de Añatuya, Melitón Chávez, y monseñor Jorge Casaretto). Lo hizo ayer por la mañana durante una mesa panel que compartió con Emilio Inzaurraga, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado, y con Daniel Martini, director del Departamento de Laicos de la misma institución. Luego conversó con LA GACETA y dejó definiciones sobre temas tan polémicos como la inflación y la detención del ex funcionario kirchnerista José López., entre otras cuestiones.
- ¿Por qué cree que su charla atrajo a tanto público?
- El área de la Pastoral Social y la que tiene que ver con los laicos suele ser un área con mucha participación. Porque la gente tiene mucho interés en las problemas que se tratan. Y los talleres son muy lindos.
- ¿Cree que la llegada del papa Francisco al Vaticano le dio un nuevo impulso al trabajo social de la Iglesia?
- Entiendo que sí; al menos, lo he visto en el resto del mundo y en la Argentina en particular. A partir de su elección han habido muchos pedidos de audiencias, de diálogo, de asumir las enseñanzas que nos deja sobre la cuestión ambiental, del servicio a los excluidos...
Apenas identificado con un pequeño cartel que decía “Lozano” y que estaba adherido a su saco negro, el obispo de Gualeguaychú también ocupó la mañana de ayer en el dictado de un taller sobre adicciones, otro de los temas que más lo preocupa.
- Tucumán es una ciudad que está virtualmente cercada por el paco y otras drogas. ¿Cuál cree debe ser el rol de la Iglesia y el de los laicos en esta cuestión?
- Vemos que hay distintos niveles de abordaje. Por un lado, lo que tiene que hacer el Estado en sus distintas instancias para combatir el narcotráfico y promover centros de asistencia. Por el otro, lo que nosotros tenemos que hacer en cada comunidad cristiana: incrementar la escucha, dar espacios de contención, hacer cosas que ayuden en el camino de la superación de la adicción...
- ¿Qué es lo que más lo preocupa de la situación del país?
- Varias cosas. Una de ellas es la inflación y el incremento sostenido de los precios, y cómo esto impacta en los más pobres.
- ¿Qué opina de hechos como la detención del ex funcionario kirchnerista José López?
- Son acontecimientos dolorosos, porque sabemos que la corrupción genera la pérdida de fuentes de trabajo y desvía los dineros del pueblo, que deberían ocuparse para otra cosa.
- ¿Cuáles son los desafíos que tenemos los argentinos en lo que respecta a lo social?
- Construir juntos una patria de justicia y solidaridad, y aprovechar este Bicentenario de la Independencia para refundarnos como sociedad.
La convocatoria que generó el obispo de Gualeguaychú y presidente de la Pastoral Social del Episcopado fue tan grande que un anfiteatro no fue suficiente para contener a todos los asistentes. Los organizadores del Congreso Eucarístico tuvieron que habilitar otro y trasmitir la charla mediante circuito cerrado de televisión.
Esto quizás se explica porque, en los últimos años, Lozano se ha convertido en la voz y en el rostro de la Iglesia cada vez que los religiosos se proponen exponer la masacre que están causando las drogas y el narcotráfico en las villas y en los barrios humildes; los daños muchas veces irreparables que genera la ausencia del Estado donde más se lo necesita, y el impacto negativo que originan ciertas cuestiones políticas y económicas, como -ahora mismo- la inflación.
“El amor por Jesús es amor por su pueblo”, disparó frente a los cientos de laicos y religiosos que lo escuchaban (entre ellos, el obispo de Añatuya, Melitón Chávez, y monseñor Jorge Casaretto). Lo hizo ayer por la mañana durante una mesa panel que compartió con Emilio Inzaurraga, presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado, y con Daniel Martini, director del Departamento de Laicos de la misma institución. Luego conversó con LA GACETA y dejó definiciones sobre temas tan polémicos como la inflación y la detención del ex funcionario kirchnerista José López., entre otras cuestiones.
- ¿Por qué cree que su charla atrajo a tanto público?
- El área de la Pastoral Social y la que tiene que ver con los laicos suele ser un área con mucha participación. Porque la gente tiene mucho interés en las problemas que se tratan. Y los talleres son muy lindos.
- ¿Cree que la llegada del papa Francisco al Vaticano le dio un nuevo impulso al trabajo social de la Iglesia?
- Entiendo que sí; al menos, lo he visto en el resto del mundo y en la Argentina en particular. A partir de su elección han habido muchos pedidos de audiencias, de diálogo, de asumir las enseñanzas que nos deja sobre la cuestión ambiental, del servicio a los excluidos...
Apenas identificado con un pequeño cartel que decía “Lozano” y que estaba adherido a su saco negro, el obispo de Gualeguaychú también ocupó la mañana de ayer en el dictado de un taller sobre adicciones, otro de los temas que más lo preocupa.
- Tucumán es una ciudad que está virtualmente cercada por el paco y otras drogas. ¿Cuál cree debe ser el rol de la Iglesia y el de los laicos en esta cuestión?
- Vemos que hay distintos niveles de abordaje. Por un lado, lo que tiene que hacer el Estado en sus distintas instancias para combatir el narcotráfico y promover centros de asistencia. Por el otro, lo que nosotros tenemos que hacer en cada comunidad cristiana: incrementar la escucha, dar espacios de contención, hacer cosas que ayuden en el camino de la superación de la adicción...
- ¿Qué es lo que más lo preocupa de la situación del país?
- Varias cosas. Una de ellas es la inflación y el incremento sostenido de los precios, y cómo esto impacta en los más pobres.
- ¿Qué opina de hechos como la detención del ex funcionario kirchnerista José López?
- Son acontecimientos dolorosos, porque sabemos que la corrupción genera la pérdida de fuentes de trabajo y desvía los dineros del pueblo, que deberían ocuparse para otra cosa.
- ¿Cuáles son los desafíos que tenemos los argentinos en lo que respecta a lo social?
- Construir juntos una patria de justicia y solidaridad, y aprovechar este Bicentenario de la Independencia para refundarnos como sociedad.