17 Junio 2016
PONCHO. Lo luce el cardenal Re, flanqueado por Tscherrig y por Manzur. la gaceta / fotos de Analía Jaramillo
“Que el compromiso por el progreso social y civil esté siempre unido a la celosa defensa de los valores humanos, morales y espirituales, que son parte de la tradición argentina y sin los cuales el futuro no podrá ser mejor”, destacó el cardenal Giovanni Battista Re cuando le tocó hablar en el acto de apertura del Congreso Eucarístico. El enviado del Papa destacó que Francisco está espiritualmente presente en Tucumán y deseó que todas las jornadas se desarrollen con alegría, fe y amor a Jesucristo.
El discurso de Re fue seguido con sumo interés por los invitados al teatro San Martín, sede de la ceremonia. El cardenal les obsequió una medalla y un Rosario a quienes lo acompañaban en el estrado: el gobernador, Juan Manzur; el vice, Osvaldo Jaldo; el titular de la Corte Suprema, Antonio Gandur; y el intendente capitalino, Germán Alfaro. Junto a ellos se ubicaron el Nuncio Apostólico, Emil Tscherrig; y el arzobispo Alfredo Zecca.
Un gran operativo de seguridad en la zona de la plaza Urquiza enmarcó la convocatoria. Policías, grupos de operaciones especiales y gendarmes blindaron el teatro.
El acto duró una hora y la bienvenida estuvo a cargo del gobernador. Destacó el rol de la Iglesia Católica en la historia argentina y en la gesta de la Independencia. “Más de un tercio de aquellos congresistas que se juntaron acá, en Tucumán, eran sacerdotes católicos. Esto dice a las claras que, desde el nacimiento mismo de la Argentina, la Iglesia católica estuvo a la par de los próceres y a la par del pueblo gritando libertad y gritando independencia”, sostuvo Manzur.
“Este es uno de los encuentros más importantes y más trascendentes en la vida institucional de la provincia a lo largo de estos 200 años de historia -agregó-. Hoy Tucumán abrió su casa y así queremos que lo sientan”. Manzur utilizó la figura de Francisca Bazán de Laguna para trazar un paralelismo: así como ella prestó su casa para la Declaración de la Independencia, hoy los tucumanos prestan sus hogares para los congresistas y peregrinos.
A Alfaro le tocó leer la Oración del Congreso. Además, entregó los decretos de Visitante Ilustres a los purpurados y le otorgó al cardenal Re la Llave de la Ciudad. Después le obsequió un mate de algarrobo al cardenal, que gustoso lo mostró al público, y envió otro de regalo para Su Santidad.
En detalle
El acompañamiento musical estuvo a cargo de la Banda Sinfónica. Al principio tocó el Himno Nacional y el Himno Pontificio (es el oficial de El Vaticano), mientras que al cierre fue el turno de un clásico de la provincia como “Lunita tucumana”. Re siguió la zamba con entusiasmo y después habló con la prensa en las escalinatas del San Martín.
Afuera del teatro se habían apostado un grupo de periodistas, que protestaban tras la denuncia por discriminación formulada el miércoles (ver “Informe y disculpas”), y un grupo de mujeres que se manifestó en contra del aborto.
El discurso de Re fue seguido con sumo interés por los invitados al teatro San Martín, sede de la ceremonia. El cardenal les obsequió una medalla y un Rosario a quienes lo acompañaban en el estrado: el gobernador, Juan Manzur; el vice, Osvaldo Jaldo; el titular de la Corte Suprema, Antonio Gandur; y el intendente capitalino, Germán Alfaro. Junto a ellos se ubicaron el Nuncio Apostólico, Emil Tscherrig; y el arzobispo Alfredo Zecca.
Un gran operativo de seguridad en la zona de la plaza Urquiza enmarcó la convocatoria. Policías, grupos de operaciones especiales y gendarmes blindaron el teatro.
El acto duró una hora y la bienvenida estuvo a cargo del gobernador. Destacó el rol de la Iglesia Católica en la historia argentina y en la gesta de la Independencia. “Más de un tercio de aquellos congresistas que se juntaron acá, en Tucumán, eran sacerdotes católicos. Esto dice a las claras que, desde el nacimiento mismo de la Argentina, la Iglesia católica estuvo a la par de los próceres y a la par del pueblo gritando libertad y gritando independencia”, sostuvo Manzur.
“Este es uno de los encuentros más importantes y más trascendentes en la vida institucional de la provincia a lo largo de estos 200 años de historia -agregó-. Hoy Tucumán abrió su casa y así queremos que lo sientan”. Manzur utilizó la figura de Francisca Bazán de Laguna para trazar un paralelismo: así como ella prestó su casa para la Declaración de la Independencia, hoy los tucumanos prestan sus hogares para los congresistas y peregrinos.
A Alfaro le tocó leer la Oración del Congreso. Además, entregó los decretos de Visitante Ilustres a los purpurados y le otorgó al cardenal Re la Llave de la Ciudad. Después le obsequió un mate de algarrobo al cardenal, que gustoso lo mostró al público, y envió otro de regalo para Su Santidad.
En detalle
El acompañamiento musical estuvo a cargo de la Banda Sinfónica. Al principio tocó el Himno Nacional y el Himno Pontificio (es el oficial de El Vaticano), mientras que al cierre fue el turno de un clásico de la provincia como “Lunita tucumana”. Re siguió la zamba con entusiasmo y después habló con la prensa en las escalinatas del San Martín.
Afuera del teatro se habían apostado un grupo de periodistas, que protestaban tras la denuncia por discriminación formulada el miércoles (ver “Informe y disculpas”), y un grupo de mujeres que se manifestó en contra del aborto.
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