Alberto Nicolini, el destacado arquitecto tucumano, participó del ciclo de Charlas del Bicentenario, organizado por LA GACETA, y fue entrevistado por la periodista Irene Benito en el Salón de la Jura de la Casa Histórica. Afirmó, por ejemplo, qué le inspira la idea del Bicentenario.
"Está obligando a todo el mundo a reflexionar qué es lo que vamos a hacer con este país. Y esta reflexión, desde Tucumán, puede ayudar bastante. A que pensemos cómo vamos a seguir para adelante y tratar de eludir las fracturas que tuvimos en los últimos tiempos", dice.
En una parte de la charla, la periodista Benito le consulta sobre su visión de la Casa de Tucumán, más precisamente sobre el Salón de la Jura, la única parte original que queda de lo que fue la vivienda del siglo XIX.
"En este tipo de arquitectura, lo original es bastante relativo. Es cierto que este salón se conservó una vez que se había destruido buena parte de la casa a lo largo del tiempo. Es cierto que el cañizo, las tejas, las maderas y todo lo demás siempre tuvieron reemplazo. En la arquitectura esta casa es muy parecida a las que se ven en los Valles Calchaquíes o en la Quebrada de Humahuaca. Los edificios conservan trozos de períodos antiguos pero todo se rehace. Este salón siempre quedó en pie pero los techos fueron cambiados. Si uno se pregunta qué quedó de lo original y… las paredes”, ríe Nicolini.
“Y por qué cree que este sitio se salvó”, se le pregunta. Y él afirma: “la respuesta es bastante simple. Cuando se pensó en salvar lugares históricos se empezó a salvar sitios donde habían pasado cosas. Como el campo de San Lorenzo, porque allí se llevó a cabo la batalla. Si uno piensa, en ese lugar no hay nada. No hay edificación, no hay pasto. Antes no eran importantes los recintos arquitectónicos. Pero entre los años 30 y 40, cuando se crea la Comisión Nacional de Monumento Históricos, los edificios comienzan a ser salvados. Y por eso los arquitectos reconstruyeron la Cada. Consideraban que los otros sitios eran tan valioso como este Salón. Acá hicieron la declaración de la Inpdependencia, pero la casa no era solo esto. Por eso fue reconstruida”, dice.
Está claro que la Casa Histórica le da a Tucumán un lugar en el mapa de Argentina. Y él lo sabe. Pero se anima a bromear. “No es poca cosa la campaña que hizo la revista Billiken a lo largo de los años. Ha hecho mucho, porque durante esta fecha, la imagen mítica es la casa de Tucumán”.