06 Junio 2016
EQUILIBRIO. Molina trata de hacer pie sobre una pelota inflable en una sesión de rehabilitación en el gimnasio del complejo. instagram / patper007
Pasaron dos semanas del final del torneo y faltan tres para el inicio de la pretemporada. El frío, la lluvia y la niebla que se instalaron en la provincia desde hace rato harían pensar en una imagen desolada para el complejo de Ojo de Agua, el mismo que usa el plantel de Primera de Atlético para entrenar. La escena es similar a la imaginada pero no del todo: en medio de ese panorama desértico, hay un cuerpo que se mueve. A su lado, hay otro, inmóvil, pero pendiente de sus pulsaciones.
El primer cuerpo, el que está en movimiento, es el de Emanuel Molina, el único “decano” que trabaja por estos días. El que está junto a él es el de Patricio Peralta, el kinesiólogo del club, encargado habitual de colaborar con las recuperaciones de los lesionados graves.
En febrero, durante el debut de Atlético en el torneo ante Racing, Molina sufrió la ruptura de los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda y quedó así fuera del campeonato. Hoy, a tres meses de la lesión y su posterior operación, entrena seis de los siete días a la semana y en doble turno, esperando ser uno de los refuerzos de para Juan Manuel Azconzábal.
“¿Cómo vas con la recuperación?”, le pregunta LG Deportiva. “Vamos cumpliendo los tiempos. Pasaron tres meses y cuatro días desde que la empecé”, contesta con una exactitud matemática.
Los tiempos no son algo menor para el cordobés en esta situación, aunque sean seis meses los aconsejados para darle el alta. “Cada día que pasa lo voy tachando”, aclara el jugador que desde hace poco empezó a correr, una de las indicaciones en la rehabilitación.
Tampoco es de sorprender que esté todo en regla: junto a Peralta, Molina trabaja de lunes a sábado, a la mañana en el campo y a la tarde en un gimnasio. “Trato de estar tranquilo. Fue una sensación extraña volver a correr después de tanto tiempo pero perder el miedo es una de las consignas fundamentales en la recuperación”, reconoce.
“Lo veo muy bien. Va a llegar en bien a la pretemporada, con cuatro meses de posoperatorio”, avisa “Pato” que no se despega de su jugador. Eso sí, no quiere ilusionarlo y es claro con las fechas: “el alta de él es sí o sí, a los seis meses”. Es decir, si el torneo empieza a mediados de agosto, como se especula, todavía le faltará un mes para estar a disposición.
“Estoy sacando cuentas todo el tiempo. Este parate me viene bien porque me daría bastante tiempo”, dice Molina emocionado. Porque si bien expresó su alegría y orgullo por la campaña de sus compañeros, quiere volver al ruedo lo más antes posible. “Fue muy duro ver los partidos por TV o ir a la cancha”, reconoció. La recuperación está cerca y significaría uno de los refuerzos esenciales para Atlético.
El primer cuerpo, el que está en movimiento, es el de Emanuel Molina, el único “decano” que trabaja por estos días. El que está junto a él es el de Patricio Peralta, el kinesiólogo del club, encargado habitual de colaborar con las recuperaciones de los lesionados graves.
En febrero, durante el debut de Atlético en el torneo ante Racing, Molina sufrió la ruptura de los ligamentos cruzados de su rodilla izquierda y quedó así fuera del campeonato. Hoy, a tres meses de la lesión y su posterior operación, entrena seis de los siete días a la semana y en doble turno, esperando ser uno de los refuerzos de para Juan Manuel Azconzábal.
“¿Cómo vas con la recuperación?”, le pregunta LG Deportiva. “Vamos cumpliendo los tiempos. Pasaron tres meses y cuatro días desde que la empecé”, contesta con una exactitud matemática.
Los tiempos no son algo menor para el cordobés en esta situación, aunque sean seis meses los aconsejados para darle el alta. “Cada día que pasa lo voy tachando”, aclara el jugador que desde hace poco empezó a correr, una de las indicaciones en la rehabilitación.
Tampoco es de sorprender que esté todo en regla: junto a Peralta, Molina trabaja de lunes a sábado, a la mañana en el campo y a la tarde en un gimnasio. “Trato de estar tranquilo. Fue una sensación extraña volver a correr después de tanto tiempo pero perder el miedo es una de las consignas fundamentales en la recuperación”, reconoce.
“Lo veo muy bien. Va a llegar en bien a la pretemporada, con cuatro meses de posoperatorio”, avisa “Pato” que no se despega de su jugador. Eso sí, no quiere ilusionarlo y es claro con las fechas: “el alta de él es sí o sí, a los seis meses”. Es decir, si el torneo empieza a mediados de agosto, como se especula, todavía le faltará un mes para estar a disposición.
“Estoy sacando cuentas todo el tiempo. Este parate me viene bien porque me daría bastante tiempo”, dice Molina emocionado. Porque si bien expresó su alegría y orgullo por la campaña de sus compañeros, quiere volver al ruedo lo más antes posible. “Fue muy duro ver los partidos por TV o ir a la cancha”, reconoció. La recuperación está cerca y significaría uno de los refuerzos esenciales para Atlético.