Un complejo abordaje de la mujer sometida

Un complejo abordaje de la mujer sometida

“Blanco”, la obra llegada desde San Luis, causó la discusión más fuerte entre el público que concurre a la Fiesta Nacional de Teatro, por el abordaje de un tema de tremenda actualidad: la violencia contra la mujer. La protagonista y autora del texto, Laura Oro, hace su monólogo encerrada dentro de un cubículo envuelto en papel film, que distorsiona la visión del público mientras ella está sin ropa. La actriz lo plantea desde su lectura de que “el desnudo molesta” y convoca al público a retirarse; en realidad, lo que la ausencia de vestimenta hace es provocar una reacción. Esta herramienta estética no es el núcleo, aunque se presenta al inicio como dominante por su constante referencia a ello. El problema de fondo surge en el desarrollo de la historia de una mujer que dice obtener todo lo que desea desde las convenciones más clásicas y conservadoras de la sociedad, alejadas de las reivindicaciones feministas (el castillo de princesa es un ejemplo), hasta convertirse en una asesina de otras mujeres víctimas de agresiones masculinas. El encierro es en el cuarto de un manicomio, lo cual es otro tema de rispidez: una persona insana está exceptuada del Código Penal y, por ende, no puede ser condenada por ningún delito. Exactamente lo contrario de lo que se busca con la Justicia.

Desde Misiones llegó “Breve relato dominical”, texto del porteño Matías Feldman, que se montó con gran detalle y rigor estético en un ambiente minimalista, pero con actuaciones que no transmitían el ahogo de dos relaciones de pareja condenadas al fracaso. Cuatro monólogos que hablaban del amor y no lo expresaban.

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