Los caballeros de la angustia. De ese modo se puede denominar a este equipo de San Martín que ayer logró una épica clasificación para los cuartos de final del Federal A, al derrotar 2-1 a Guaraní Antonio Franco, en un infartante final. Los “Santos” hicieron valer la ventaja deportiva, tras la victoria que los misioneros habían conseguido en el cotejo de ida, por el mismo marcador.
Cuando todo parecía que los hinchas irremediablemente se iban a ir del estadio de La Ciudadela masticando bronca por una nueva frustración y ya se jugaba tiempo adicional, apareció la cabeza de Iván Agudiak para darle el ansiado pasaje a la siguiente ronda.
Aunque San Martín estuvo lejos de evidenciar un juego vistoso y mucho menos efectivo, nadie le puede quitar a los jugadores el derecho a exteriorizar una alegría de carnaval cuando el árbitro Pablo Echavarría dio por finalizada la brega y decretó el triunfo del equipo del “Jardín de la República”.
Es que a pesar de haber tenido el control de las acciones en gran parte de su desarrollo el equipo de Diego Cagna careció de ideas futbolísticas como para elaborar el juego necesario para desequilibrar a un rival que vino con un planteo preestablecido. El argumento de enviar pelotazos cruzados para que Ramón Lentini pudiera hacer prevalecer su capacidad en esa zona derivó únicamente en que a los centrales misioneros les salieran “chichones” de tanto despejar las pelotas aéreas que llegaron a las cercanías de la valla defendida por Gonzalo Salgueiro.
Pero ¡lo que es el fútbol!, los dos tantos de los “Santos” se concretaron por golpes de cabeza, primero de Agustín Briones y luego de Agudiak, ante centros desde la izquierda de Diego Bucci y Lentini, respectivamente. Esto tiene un justificativo, pues Guaraní se descuidó en los momentos menos esperados y lo terminó pagando caro, luego de haber empezado el cotejo de la mejor manera ante el tanto de Cristian Barinaga.
Una vez más quedó demostrado lo complicado que es planificar un partido con el único argumento de defenderse. Un premio para el local que no bajó los brazos y con el último aliento logró el objetivo que costó mucho mas de lo esperado.