17 Mayo 2016
BRASILIA.- El presidente interino de Brasil, Michel Temer, quien el domingo fue blanco de protestas populares y cacerolazos a cuatro días de asumir el gobierno en lugar de la suspendida Dilma Rousseff, anunció que no será candidato en 2018, lo que le permitirá tomar medidas “impopulares” pero “necesarias”, como la planteada ayer a algunas centrales sindicales, sobre cambios en el régimen de jubilaciones.
Temer dio inicio a su tercer día hábil de trabajo como presidente interino con uno de los principales objetivos de su agenda económica: la reforma previsional.
Centrales sindicales que apoyan la destitución de Rousseff se reunieron con Temer y el ministro de Economía, Henrique Meirelles, para conformar un proyecto de ley que fije nuevas reglas para el sistema de pensiones, aún no muy claras.
“No podemos vivir en la insensatez cuando el país camina hacia la desunión”, pidió Meirelles luego de recibir a dirigentes de Fuerza Sindical y Unión General de Trabajadores.
La Central Única de Trabajadores (CUT) y la Central de Trabajadores de Brasil (CTB), alineadas con el Partido de los Trabajadores (PT) y el gobierno de Rousseff, rechazaron participar de la cita al afirmar que Temer es un “usurpador” que dio un “golpe” para intentar reducir las conquistas sociales.
Meirelles, según fuentes citadas por la prensa local, dio un pronóstico nada alentador sobre desempleo: terminará el año en 14%, contra el 10,4% actual.
Paulo Pereira, diputado del partido Solidaridad y líder de Fuerza Sindical, estuvo de acuerdo en formar una comisión para negociar el asunto, pero expresó que “no se pueden discutir derechos adquiridos”.
“Sí podemos discutir cambios para quien está por entrar al mercado de trabajo”, sostuvo Pereira, uno de los principales articuladores políticos del juicio político que suspendió a Rousseff. (Télam)
Temer dio inicio a su tercer día hábil de trabajo como presidente interino con uno de los principales objetivos de su agenda económica: la reforma previsional.
Centrales sindicales que apoyan la destitución de Rousseff se reunieron con Temer y el ministro de Economía, Henrique Meirelles, para conformar un proyecto de ley que fije nuevas reglas para el sistema de pensiones, aún no muy claras.
“No podemos vivir en la insensatez cuando el país camina hacia la desunión”, pidió Meirelles luego de recibir a dirigentes de Fuerza Sindical y Unión General de Trabajadores.
La Central Única de Trabajadores (CUT) y la Central de Trabajadores de Brasil (CTB), alineadas con el Partido de los Trabajadores (PT) y el gobierno de Rousseff, rechazaron participar de la cita al afirmar que Temer es un “usurpador” que dio un “golpe” para intentar reducir las conquistas sociales.
Meirelles, según fuentes citadas por la prensa local, dio un pronóstico nada alentador sobre desempleo: terminará el año en 14%, contra el 10,4% actual.
Paulo Pereira, diputado del partido Solidaridad y líder de Fuerza Sindical, estuvo de acuerdo en formar una comisión para negociar el asunto, pero expresó que “no se pueden discutir derechos adquiridos”.
“Sí podemos discutir cambios para quien está por entrar al mercado de trabajo”, sostuvo Pereira, uno de los principales articuladores políticos del juicio político que suspendió a Rousseff. (Télam)
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