15 Mayo 2016
MÁS GRANDE QUE ÉL. Un niño y su motosierra.
La sección Short Film Corner del Festival de Cannes tendrá doble presencia tucumana. Aparte de “La salamanca”, Álvaro Simón Padrós presentará otra producción con sello local: su corto “Visto Bueno, aldea amazónica”. “Es un documental acerca de una comunidad ubicada a 80 kilómetros de Iquitos, en el Amazonas peruano. Allí viven 12 familias que no experimentan el tedio porque no viven en la abundancia, pero conocen el dolor que genera la necesidad”, describió el director, que viajará a Francia con el coproductor del filme, Gonzalo Martínez Iriarte.
Simón Padrós convivió durante tres meses con esas familias: las vio cultivar sus chacras, cazar monos, talar árboles y fabricar canoas. “Tienen muchas motosierras y una cancha de fútbol desnivelada. Por las noches, los niños ven Rambo mientras sus padres toman aguardiente y fuman mapachos (tabacos de la selva). Si no, miran los satélites. Parece gente feliz”, definió. Al igual que su colega Franco Lescano, opinó que las nuevas pantallas y tecnologías no reemplazarán a las muestras de cine. “El festival tradicional te permite mirar una película en una sala, en una pantalla grande, rodeado de gente -explicó-. Te sentís menos solo y eso es bueno. Pero también está bueno comer pizza en el colchón de tu habitación mientras mirás la película en tu computadora”.
¿Todo realizador local debería crear y producir pensando en un público internacional?, se le preguntó. Hay tanta honestidad como desparpajo en la respuesta del director: “hay que crear y producir pensando en la chica que te gusta”.
Simón Padrós convivió durante tres meses con esas familias: las vio cultivar sus chacras, cazar monos, talar árboles y fabricar canoas. “Tienen muchas motosierras y una cancha de fútbol desnivelada. Por las noches, los niños ven Rambo mientras sus padres toman aguardiente y fuman mapachos (tabacos de la selva). Si no, miran los satélites. Parece gente feliz”, definió. Al igual que su colega Franco Lescano, opinó que las nuevas pantallas y tecnologías no reemplazarán a las muestras de cine. “El festival tradicional te permite mirar una película en una sala, en una pantalla grande, rodeado de gente -explicó-. Te sentís menos solo y eso es bueno. Pero también está bueno comer pizza en el colchón de tu habitación mientras mirás la película en tu computadora”.
¿Todo realizador local debería crear y producir pensando en un público internacional?, se le preguntó. Hay tanta honestidad como desparpajo en la respuesta del director: “hay que crear y producir pensando en la chica que te gusta”.
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