25 Abril 2016
REFORMA. Masso afirmó que los gastos sociales deberían desaparecer. la gaceta / foto de Diego Aráoz
Federico Masso ocupa desde hace un mes el despacho que era del ex diputado santafesino Omar Perotti. “Es lindo, en el anexo de la Cámara”, afirma entusiasmado y cuenta a LA GACETA que ya se compró un par de sacos nuevos para las sesiones, asesorado por la diputada Victoria Donda. El referente local de Libres del Sur, movimiento integrante del Acuerdo para el Bicentenario (ApB), afín a Cambiemos, reemplazó en la banca al actual director del Plan Belgrano, José Cano.
Tras asumir, sin embargo, Masso mudó el escaño al bloque de Libres del Sur, que comparte con la porteña Donda y con la mendocina Graciela Cousinet. Junto a ellas trabaja por estos días en proyectos de ley de corte social, relacionados con la reactivación de las obras públicas para la generación de empleo, con la asistencia de adictos y con mejoras para los jubilados, entre otros aspectos.
- ¿Se identifica como opositor al Gobierno nacional?
- Llegué al Congreso de la mano del ApB, que en la provincia nació como oposición al alperovichismo y al kirchnerismo. En mi paso por la Cámara no dejaré mis convicciones ni mis ideales en la puerta. Daré quórum en todas las sesiones: apoyaré o me opondré a los proyectos según lo que crea. Esto no debería preocupar en el ApB. De lo que sí nos debemos preocupar es que ya está en campaña José Alperovich para 2019. Los que me critican se deberían preocupar por ver de qué manera consolidamos el Acuerdo. En 2019 tendremos que enfrentarlo. Y en este contexto, 2017 tiene una importancia grande. Se eligen cuatro bancas. Mi visión es que hay que sacar dos.
- ¿Lo ve consolidado al ApB?
- Hoy ningún sector se puede dar el lujo de romper. Si en nuestra cabeza está ser Gobierno en 2019, debemos actuar a la altura de las circunstancias. La visión de Libres del Sur es que hay que conformar una lista unitaria fuerte. Seguramente habrá muchas, sobre todo del radicalismo. Nosotros ponemos en juego la reelección de mi banca y no renunciaremos a eso. En el ApB, al que seguramente le cambiaremos el nombre el año que viene cuando pase el Bicentenario, no hay margen de mezquindades ni egoísmos. Tenemos que tener la franqueza de sentarnos en una mesa y delinear líneas de trabajo que permitan mostrar a la gente que el espacio político sigue vigente.
- ¿Tiene diálogo con los otros diputados tucumanos?
- Con todos. A la hora de defender Tucumán, más allá de las posiciones políticas concretas, me parece que hay que dialogar. Me caracterizo por hablar con todos. Nunca lo haré con el bussismo, por ejemplo, más allá de que respete algunos dirigentes como Claudio Viña. Pero con los de la familia Bussi, no. Son cuestiones fuertes y por respeto a las víctimas del Terrorismo de Estado. De ahí me verán con todos los otros.
- ¿Qué opina de los que le reprochan su pasado en el alperovichismo?
- Me tiene sin cuidado. En el Gobierno de Alperovich, entre 2004 y 2009, trabajé a destajo. Como director de Emergencia Social primero y luego como secretario de Atención a la urgencias sociales. En cada barrio me cruzo con ciudadanos tucumanos que me agradecen mi paso por la gestión. Me fui del Gobierno cuando nadie se iba y cuando Alperovich tenía el 85% de adhesión.
- ¿Cómo ve el Gobierno de Juan Manzur?
- Este es un Gobierno que tiene una impronta de continuidad muy fuerte con el alperovichismo, más allá del cambio de algunos nombres. No se puede sacar fácil la mochila de los 12 años. Más allá de los esfuerzo de la Legislatura de mostrar otra cara, por ejemplo, tendrían que pensar que los gastos sociales tienen que desaparecer. No justificar las valijas con $ 500 millones. Un legislador no puede ganar $ 28.000 y me hago cargo de lo que digo. Hay empleados de carrera de la Cámara que ganan más que eso. Tienen que ganar como un secretario de Estado y nombrar sus asesores en blanco, como corresponde.
- ¿Lo planteó en el ApB? Porque los legisladores del espacio los cobran...
- Siempre lo he planteado, aunque nunca me eligieron legislador. Lo que pasó en las elecciones provinciales del año pasado demuestra que hay que ir para adelante, hacia el dialogo y hacer cambios. La sociedad cada vez cree menos en la política y eso es grave. Seguirá así si no hay una decisión política de cambiar en serio una ley electoral y de implementar las Primarias provinciales. Los acoples si no pueden desaparecer, que se restrinjan. Si no damos muestras, seguirá así, hay que dar el ejemplo. Hay que jerarquizar los ingresos de los representantes del pueblo y que esto desaparezca. Si fuera legislador, no los cobraría. Cómo se le explica a un jubilado que cobra $ 20.000 y que paga ganancias que los legisladores no las pagan ni rinden cuentas.
Tras asumir, sin embargo, Masso mudó el escaño al bloque de Libres del Sur, que comparte con la porteña Donda y con la mendocina Graciela Cousinet. Junto a ellas trabaja por estos días en proyectos de ley de corte social, relacionados con la reactivación de las obras públicas para la generación de empleo, con la asistencia de adictos y con mejoras para los jubilados, entre otros aspectos.
- ¿Se identifica como opositor al Gobierno nacional?
- Llegué al Congreso de la mano del ApB, que en la provincia nació como oposición al alperovichismo y al kirchnerismo. En mi paso por la Cámara no dejaré mis convicciones ni mis ideales en la puerta. Daré quórum en todas las sesiones: apoyaré o me opondré a los proyectos según lo que crea. Esto no debería preocupar en el ApB. De lo que sí nos debemos preocupar es que ya está en campaña José Alperovich para 2019. Los que me critican se deberían preocupar por ver de qué manera consolidamos el Acuerdo. En 2019 tendremos que enfrentarlo. Y en este contexto, 2017 tiene una importancia grande. Se eligen cuatro bancas. Mi visión es que hay que sacar dos.
- ¿Lo ve consolidado al ApB?
- Hoy ningún sector se puede dar el lujo de romper. Si en nuestra cabeza está ser Gobierno en 2019, debemos actuar a la altura de las circunstancias. La visión de Libres del Sur es que hay que conformar una lista unitaria fuerte. Seguramente habrá muchas, sobre todo del radicalismo. Nosotros ponemos en juego la reelección de mi banca y no renunciaremos a eso. En el ApB, al que seguramente le cambiaremos el nombre el año que viene cuando pase el Bicentenario, no hay margen de mezquindades ni egoísmos. Tenemos que tener la franqueza de sentarnos en una mesa y delinear líneas de trabajo que permitan mostrar a la gente que el espacio político sigue vigente.
- ¿Tiene diálogo con los otros diputados tucumanos?
- Con todos. A la hora de defender Tucumán, más allá de las posiciones políticas concretas, me parece que hay que dialogar. Me caracterizo por hablar con todos. Nunca lo haré con el bussismo, por ejemplo, más allá de que respete algunos dirigentes como Claudio Viña. Pero con los de la familia Bussi, no. Son cuestiones fuertes y por respeto a las víctimas del Terrorismo de Estado. De ahí me verán con todos los otros.
- ¿Qué opina de los que le reprochan su pasado en el alperovichismo?
- Me tiene sin cuidado. En el Gobierno de Alperovich, entre 2004 y 2009, trabajé a destajo. Como director de Emergencia Social primero y luego como secretario de Atención a la urgencias sociales. En cada barrio me cruzo con ciudadanos tucumanos que me agradecen mi paso por la gestión. Me fui del Gobierno cuando nadie se iba y cuando Alperovich tenía el 85% de adhesión.
- ¿Cómo ve el Gobierno de Juan Manzur?
- Este es un Gobierno que tiene una impronta de continuidad muy fuerte con el alperovichismo, más allá del cambio de algunos nombres. No se puede sacar fácil la mochila de los 12 años. Más allá de los esfuerzo de la Legislatura de mostrar otra cara, por ejemplo, tendrían que pensar que los gastos sociales tienen que desaparecer. No justificar las valijas con $ 500 millones. Un legislador no puede ganar $ 28.000 y me hago cargo de lo que digo. Hay empleados de carrera de la Cámara que ganan más que eso. Tienen que ganar como un secretario de Estado y nombrar sus asesores en blanco, como corresponde.
- ¿Lo planteó en el ApB? Porque los legisladores del espacio los cobran...
- Siempre lo he planteado, aunque nunca me eligieron legislador. Lo que pasó en las elecciones provinciales del año pasado demuestra que hay que ir para adelante, hacia el dialogo y hacer cambios. La sociedad cada vez cree menos en la política y eso es grave. Seguirá así si no hay una decisión política de cambiar en serio una ley electoral y de implementar las Primarias provinciales. Los acoples si no pueden desaparecer, que se restrinjan. Si no damos muestras, seguirá así, hay que dar el ejemplo. Hay que jerarquizar los ingresos de los representantes del pueblo y que esto desaparezca. Si fuera legislador, no los cobraría. Cómo se le explica a un jubilado que cobra $ 20.000 y que paga ganancias que los legisladores no las pagan ni rinden cuentas.