18 Abril 2016
AVIONCITO GOLEADOR. Zampedri ya castigó a Santillo y emprende el festejo de su segunda conquista en Primera. la gaceta / fotos de diego aráoz
Suena hasta repetitivo, pero es la realidad. Una de las mayores virtudes de Atlético no pasa por lo futbolístico. De hecho, está bastante lejos de los fines de semana de encuentros. Se trata de cómo cada uno de los integrantes de este plantel, que ya se aseguró largamente una nueva temporada en Primera, trabaja a diario para convertirse en una pieza fundamental del 11 ideal.
Cristian Lucchetti fue quien mejor describió el afán de este grupo. “Por cosas del fútbol, a algunos les toca quedarse afuera, pero tenemos jugadores capacitados para estar en Primera. Todos estamos para sumar”, aseguró el arquero, quien después del 3-1 sobre Defensa y Justicia entregó su mea culpa por el empate parcial de Rafael Delgado cuando calculó mal el tiro libre del lateral, que pintaba para centro con rosca pero que se convirtió en un golazo al ángulo.
Así como cada “Decano” admite errores, porque errar es humano, también festeja las virtudes del grupo, no las personales.
“Laucha” lo ratificó. “Estamos comprometidos todos en el mismo objetivo, por más de que no nos toque jugar. Todos estamos en la misma sintonía”, firma un cheque en blanco el arquero.
Tiene razón Lucchetti. Si hay algo que caracteriza a esta plantilla es la unión, independientemente de que fuera de la cancha simplemente algunos futbolistas puedan sentirse compañero del otro y no amigo. Pero cuando se trata de jugar por la camiseta, se hermanan. “Son profesionales”, sostuvo en su momento Juan Azconzábal.
“Tenemos un gran grupo”, agradece Lucchetti, quien entiende que a partir de que Atlético cuente con un vestuario sano, sin resentimientos ni peleas artificiales, los objetivos lejanos no lo son tanto. Todo es posible.
Otro ejemplo de lo bien que se llevan los “Decanos” es cuando los relevos reemplazan a los habituales titulares, caso Fernando Zampedri, Juan José Govea, Guillermo Acosta y Rodrigo Aliendro, por citar a quienes tuvieron su chances en el 11 iniciales, pero que después debieron comenzar a luchar nuevamente desde abajo.
“Desde que me expulsaron trabajo para que cuando me toque entrar algunos minutos pueda sumarle al equipo”, ratificó el goleador, quien después la fecha dos (1-0 a Boca) perdió terreno con Cristian Menéndez tras ver la roja. El abrazo entre el “Polaco” y Zampedri, autor del 3-1 sobre el “Halcón”, nacido de un misil rasante a distancia que burló la fortaleza de Pablo Santillo, lo dijo todo. El rubio fue a saludar a su compañero. Lo felicitó por la conquista.
“Me quedó picando, como más nos gusta a nosotros, frente al arco. Gracias a Dios, la pelota entró”, recreó así Zampedri su conquista del sábado, mientras pasaba por la zona mixta del Estadio Monumental, donde también dejó un otra frase válida para ratificar lo que es Atlético hoy. “Hay jugadores de muy buen nivel. Todos trabajamos para que Atlético esté donde está”.
El “Decano” se asemeja a una hermandad universitaria. Donde va uno, va el otro. Y cuando uno lo necesita, el otro está para defenderlo o ayudarlo.
Es más, Atlético también hace gala de ser un equipo obrero. Todos trabajan por igual desde su posición en el campo de juego.
Y ni hablar del culto “Mostaza Merlo”. Son devotos creyentes del paso a paso. ¿Para qué está Atlético? Nery Leyes responde. “Para sumar la mayor cantidad de puntos posibles, así que estamos muy contentos. Hoy por hoy estamos tranquilos, cumplimos el objetivo y estamos disfrutando del momento. Pero también sumando puntos para el torneo que viene”. Más claro, imposible
Cristian Lucchetti fue quien mejor describió el afán de este grupo. “Por cosas del fútbol, a algunos les toca quedarse afuera, pero tenemos jugadores capacitados para estar en Primera. Todos estamos para sumar”, aseguró el arquero, quien después del 3-1 sobre Defensa y Justicia entregó su mea culpa por el empate parcial de Rafael Delgado cuando calculó mal el tiro libre del lateral, que pintaba para centro con rosca pero que se convirtió en un golazo al ángulo.
Así como cada “Decano” admite errores, porque errar es humano, también festeja las virtudes del grupo, no las personales.
“Laucha” lo ratificó. “Estamos comprometidos todos en el mismo objetivo, por más de que no nos toque jugar. Todos estamos en la misma sintonía”, firma un cheque en blanco el arquero.
Tiene razón Lucchetti. Si hay algo que caracteriza a esta plantilla es la unión, independientemente de que fuera de la cancha simplemente algunos futbolistas puedan sentirse compañero del otro y no amigo. Pero cuando se trata de jugar por la camiseta, se hermanan. “Son profesionales”, sostuvo en su momento Juan Azconzábal.
“Tenemos un gran grupo”, agradece Lucchetti, quien entiende que a partir de que Atlético cuente con un vestuario sano, sin resentimientos ni peleas artificiales, los objetivos lejanos no lo son tanto. Todo es posible.
Otro ejemplo de lo bien que se llevan los “Decanos” es cuando los relevos reemplazan a los habituales titulares, caso Fernando Zampedri, Juan José Govea, Guillermo Acosta y Rodrigo Aliendro, por citar a quienes tuvieron su chances en el 11 iniciales, pero que después debieron comenzar a luchar nuevamente desde abajo.
“Desde que me expulsaron trabajo para que cuando me toque entrar algunos minutos pueda sumarle al equipo”, ratificó el goleador, quien después la fecha dos (1-0 a Boca) perdió terreno con Cristian Menéndez tras ver la roja. El abrazo entre el “Polaco” y Zampedri, autor del 3-1 sobre el “Halcón”, nacido de un misil rasante a distancia que burló la fortaleza de Pablo Santillo, lo dijo todo. El rubio fue a saludar a su compañero. Lo felicitó por la conquista.
“Me quedó picando, como más nos gusta a nosotros, frente al arco. Gracias a Dios, la pelota entró”, recreó así Zampedri su conquista del sábado, mientras pasaba por la zona mixta del Estadio Monumental, donde también dejó un otra frase válida para ratificar lo que es Atlético hoy. “Hay jugadores de muy buen nivel. Todos trabajamos para que Atlético esté donde está”.
El “Decano” se asemeja a una hermandad universitaria. Donde va uno, va el otro. Y cuando uno lo necesita, el otro está para defenderlo o ayudarlo.
Es más, Atlético también hace gala de ser un equipo obrero. Todos trabajan por igual desde su posición en el campo de juego.
Y ni hablar del culto “Mostaza Merlo”. Son devotos creyentes del paso a paso. ¿Para qué está Atlético? Nery Leyes responde. “Para sumar la mayor cantidad de puntos posibles, así que estamos muy contentos. Hoy por hoy estamos tranquilos, cumplimos el objetivo y estamos disfrutando del momento. Pero también sumando puntos para el torneo que viene”. Más claro, imposible
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