“Fue un error de la médica”, dice la ministra de Salud

“Fue un error de la médica ecografista (María Constanza Zelaya). La interpretación o lectura que hizo de la imagen no coincide con lo que realmente muestra. Vi todas las fotos y los registros que me mostró la fiscal Adriana Giannoni y estoy completamente segura que se ve un solo niño, una sola placenta y un solo cordón umbilical con la circulación...”, respondió a LA GACETA la ministra de Salud, doctora Rossana Chahla. Se refirió así al caso de Antonia Juárez, la mujer a la que le habían diagnosticado un embarazo de gemelos y que al momento de practicarle la cesárea encontraron en su útero un solo bebé. El hecho -que conmocionó a la comunidad médica y a la sociedad- ocurrió a comienzos de esta semana en el Hospital del Este Eva Perón, y tuvo repercusión nacional.

La doctora Chahla -que es médica obstetra y tocoginecóloga- admitió que todos los tocoginecólogos “estamos formados para interpretar ecografías en las mujeres gestantes (yo no las hago), pero es un método indirecto y falible por cuanto se puede incurrir en fallas humanas y técnicas”, precisó. Explicó que cuando las embarazadas sufren obesidad puede haber dificultad técnica para interpretar las imágenes de la ecografía y hasta para realizar las maniobras clínicas. “Una panícula adiposa dificulta a veces encontrar el latido cardíaco, por ejemplo...”.

La ministra informó que el caso está en Asuntos Jurídicos del Siprosa. Tomarán testimonio a todos los integrantes del equipo que atendió a la parturienta: cirujano, ayudante, anestesista, cardiólogo, neonatóloga, identificadora del recién nacido y la circular de quirófano (enfermera).

“Se les pedirá que informen paso a paso la praxis médica: qué hizo cada uno, todo lo actuado desde que entró la paciente hasta que salió del quirófano con un niño. Estas actuaciones irán a asuntos disciplinarios y Asuntos Jurídicos evaluará la responsabilidad de cada uno y en base a ello establecerá la sanción que corresponda: desde suspensión hasta cesantía. Este procedimiento legal es independiente de las acciones que inició en la Justicia la familia de Antonia Juárez, y que por derecho les corresponde”, enfatizó Chahla.

Confusión y decepción

Antonia, de 30 años, vive en Taco Palta, a 4 km de Garmendia. Está casada con Daniel Castro, que trabaja en la cosecha de limón y es madre de tres niñas: Brisa (12), Malena (10) y Luna (5). El miércoles se internó en el Hospital del Este para someterse a una cesárea programada y dar a luz a dos varones de 36 semanas de gestación. Durante su embarazo le habían realizado cuatro ecografías (la primera en un centro privado de Alderetes y las otras tres en el Hospital del Este). En todas se le informó que estaba embarazada de mellizos, incluida en la última que le hicieron el viernes 4.

Por esa razón Antonia y su familia venían festejando hace meses la llegada de los dos varoncitos y prepararon todo por duplicado: ropa, coche, madera, chupete y bolsos con todo lo que necesita un recién nacido. Pero grande fue la sorpresa de la comunidad médica y de la familia Castro cuando al realizarle la cirugía la doctora Claudia Figueroa y el equipo que la acompañó sólo encontraron un niño en el útero de la mujer.

Llanto, dudas y un manto de sospechas movilizaron a la familia Castro a llevar el caso a la Justicia.


La fiscala ordenó el secuestro de la placenta para hacerle un esutdio ADN

El conmocionante caso de Antonia Hermina Juárez -la mujer que acudió al Hospital del Este para dar a luz mellizos y finalmente tuvo un solo bebé- movilizó a la comunidad médica y terminó con una denuncia de la familia en la Justicia.

Apenas informada del hecho, la fiscal Adriana Giannoni partió hacia el hospital. “Hicimos una recorrida con personal del Siprosa, médicos forenses y otros colegas y comenzamos armar el expediente. Las declaraciones que vamos tomando claramente no nos deja sospechar nada de que exista robo de bebé, aunque todo es inicipiente”, afirmó la letrada en una charla con LA GACETA.

En la documentación que obra en su poder, según explicó Giannoni, se encuentra el primer informe médico del embarazo, que la mujer se hizo en El Chañar, donde vive. También están incluidas las cuatro ecografías que le hicieron durante el embarazo: 1) la primera que se realizó en un centro privado el 15 de febrero, en la que se informa que estaba gestando gemelos y se describen la ubicación y las medidas del feto 1 y del 2, la biometría de cada uno, los latidos cardíacos y la frecuencia cardíaca y otros detalles de ambos fetos; 2) el segundo estudio hecho en el Hospital del Este el 22 de marzo (que también habla de la doble gestación y consigna las medidas de los dos fetos), más un dopler que marca la frecuencia cardíaca de uno y de otro; 3) la tercera ecografía hecha en el Hospital del Este el 27 de marzo (siempre por la misma profesional, tocoginecóloga María Constanza Zelaya) la que indica que la mujer “está tratada por un parto múltiple y se establece que hay dos fetos bien discriminados”, precisó la fiscal.

En el expediente también está incluida la cuarta ecografía que le realizaron a Antonia el viernes 4 de abril -la última antes de la cesárea- donde se informa de la doble gestación. El mismo día se le hizo otro dopler en el que se habla del feto 1 y 2 (A y B).

- Entonces ¿qué corresponde hacer?

- Declararon las siete personas del equipo que atendió a Antonia. Sabemos que todo el hospital esperaba mellizos, se prepararon dos planillas de identificación para los bebés, la madre ingresó al quirófano con su pulsera y con las dos para los niños que iba a tener. Le pusieron anestesia peridural, estuvo consciente durante la cirugía. Le avisaron que sólo había un bebé en su útero después de realizar una serie de maniobra para encontrar al otro, hecho que presenció todo el equipo. Hemos secuestrado la placenta de la parturienta (se la reserva para analizarla con bioquímicos especializados en genética para ver si la placenta es de Antonia). Se estudia el ADN de la mujer y del niño, pero además secuestramos otras cuatro placentas de las mujeres que ese día dieron a luz para corroborar la pertenencia de cada una.