Esperaban dos bebés, nació uno y el Siprosa dice que fue un error

“Ella, su esposo, sus tres hijas y todos los familiares estamos destrozados, muy doloridos por todo lo que pasó... No entendemos nada de nada. No hay explicación que nos haga comprender por qué en cuatro ecografías aparecían dos bebés, pero al realizar la cesárea sólo se haya encontrado uno en el útero. Esto es totalmente misterioso... Creo que debe ser el único caso en el mundo porque jamás escuché algo así”. El testimonio de Valeria Leguizamón sintetiza el caso de su hermana, Antonia Hermina Juárez, que ayer conmocionó a los tucumanos (las dos notas más leídas ayer en LAGACETA.com referían al caso y acumulaban casi 40.000 lecturas al cierre de esta edición), puso en alerta al Sistema Provincial de Salud y hasta movilizó a la Justicia provincial.

En concreto, Antonia, de 30 años, casada con Daniel Castro (trabaja en la cosecha de limón) y madre de Brisa (12 años), Malena (10) y Luna (5), se internó el miércoles en el Hospital del Este (viven en Taco Palta, a cuatro kilómetros de Garmendia) para practicarse una cesárea programada y dar a luz a dos varones de 36 semanas de gestación. Ella se había realizado una serie de ecografías en las que aparecían dos embriones, pero, según admitieron las mismas autoridades del hospital, el miércoles nació sólo uno, con una placenta y un cordón umbilical. “El que nació se llama Francisco Daniel y el que falta es Daniel Benjamín”, detalla Valeria, cansada de llorar y exhausta porque anoche, cuando la entrevistó LA GACETA, llevaba 40 horas sin dormir.

Qué dicen los médicos

“Entré previamente a la cirugía. En el sistema figuraba una ecografía que decía un embarazo gemelar, con los pesos de cada niño”, describió Claudia Figueroa, la médica que realizó la cesárea a Antonia, cuando contó su versión de lo ocurrido.

“Le pedí a la identificadora (la persona encargada de verificar los datos de la madre y el niño) que ingrese para corroborar que no existía un segundo bebé. Ella tenía dos fichas y también esperaba a dos niños”, relató.

La profesional dijo que hizo todas las maniobras para verificar que no hubiera otra bolsa, otro bebé ni otra placenta. “El error humano forma parte de la práctica de la medicina”, finalizó, en referencia a las ecografías.

Elizabeth Ávila, directora del hospital, declaró que cuando le avisaron lo que había ocurrido inició una investigación con auditorías y procesos de sumarios para esclarecer los hechos.

“Todo el hospital esperaba dos bebés. Los métodos de diagnóstico no son infalibles”, afirmó. Admitió que en ese centro le hicieron dos ecografías a la mujer.

“Este tipo de error yo particularmente no lo conozco. Es la primera vez que pasa”, indicó.

El secretario ejecutivo del Siprosa, Gustavo Vigliocco, aseveró que se va a investigar a fondo lo que sucedió. “Nadie puede negar el error humano y técnico. Ya se inició un sumario y quiero dar tranquilidad a la ciudadanía. Hay bibliografía que dice que todos los métodos de diagnóstico, incluso la ecografía, tiene un margen de error mínimo. En ese margen de error se ha caído en esta oportunidad”.

“Cualquiera de nosotros se pone en el lugar de la familia. Todos esperábamos dos bebés. Había dos pulseras. Habían comprado dos cunas y ropa para dos. El error puede estar en que vieron el mismo chico desde distintos ángulos”, concluyó.

Mientras se desarrollaba la conferencia de prensa, la fiscala Adriana Giannoni se presentó en el hospital para interiorizarse sobre los hechos.

Qué dice el abogado

“No descarto que se trate de un caso de robo de bebés”, advierte Javier Lobo Aragón, abogado de Antonia Juárez.

“Armaron una conferencia de prensa en la cual no brindaron la menor explicación científica de lo que ocurrió. Y dijeron una serie de inexactitudes... O son muy imprecisos o están mintiendo. A Antonia no le hicieron dos ecografías en el hospital, sino tres; y esos estudios al igual que el que ella pagó como particular en un centro privado, refieren que había dos criaturas. Es más, en una de las ecografías le mostraron en el monitor que había dos bebés y le hicieron poner las manos sobre el vientre para sentir, al mismo tiempo, a cada uno. Todo es muy confuso”, enumeró.

“No descartaré nada hasta que se realice un peritaje científico que explique rigurosamente qué es lo que sucedió”, anticipó.

“No dejaron presenciar la cesárea a ningún familiar, algo que nos parece extraño porque en los partos humanizados siempre preguntan si alguien quiere acompañar a la madre. Antonia se despierta y llora, no puede hablar... ¿Se imagina que le digan que tiene un solo bebé y que el otro no está?”, pregunta Valeria. “Ella me dijo que si el niño hubiera muerto y se lo hubieran mostrado, al menos sabría qué pasó. Pero esto no... Esto no”.