05 Abril 2016
LEDA PRESENTE. Recuperó del olvido letras y músicas ancestrales. ARCHIVO.
La obra “Leda”, protagonizada por la actriz Analía Yáñez, con dramaturgia de Judit Gutiérrez, dirección musical de Pancho Díaz y dirección general y puesta en escena de Emiliano Samar se estrenó el domingo en el Teatro NoAvestruz (Humboldt 1857) del barrio de Palermo, en Buenos Aires. Allí se repone todos los domingos, a las 19.
“Leda” busca resignificar la relación de Leda Valladares con su historia, a través de sus canciones, pero también a través de un dispositivo tecnológico que modifica su relación con el presente. Es una pieza en la que lo sonoro toma cuerpo: textos, sonidos y cantos se convierten en acción.
La obra se inspira en el apasionamiento con el que Valladares, música, compositora, poeta y recopiladora argentina nacida en Tucumán el 21 de diciembre de 1919, rescató del olvido coplas anónimas y centenarias, bagualas, vidalas y tonadas.
El texto intenta no un recorrido biográfico sino uno poético por su vida y por su variada y extensísima obra. Leda parece inabarcable a primera vista; “contarla” requiere de echar mano a todos los elementos artísticos posibles.
Discografía
Se utilizaron las “Canciones de Leda Valladares” (1964), “Grito en el Cielo. Recopilación Leda Valladares”; “Canciones de Tutu Marambá”, María Elena Walsh; “Leda y María”; “Folklore de rancho” y “América en cueros”. Se escribieron especialmente dos canciones: “Luna suspirante” y “Desentierro del carnaval”.
Valladares es sinónimo de memoria, enorme paradoja que atravesó la búsqueda de material ya que padeció de Alzheimer en sus últimos años.
Leda recuperó raíces, digamos que hizo propia una antropología musical. Con la música ancestral y milenaria trajo también imágenes, personajes, paisajes, e incluso se trajo a ella misma en ese intento por rescatarnos. Viajó y buscó, anduvo y encontró. Recuperó para toda Argentina y América, y desde allí para el mundo, un modo de decir y de contar, un modo de cantar. Este canto se vuelve grito y denuncia, trae historias y reproduce el olor mismo de la tierra.
“Leda” busca resignificar la relación de Leda Valladares con su historia, a través de sus canciones, pero también a través de un dispositivo tecnológico que modifica su relación con el presente. Es una pieza en la que lo sonoro toma cuerpo: textos, sonidos y cantos se convierten en acción.
La obra se inspira en el apasionamiento con el que Valladares, música, compositora, poeta y recopiladora argentina nacida en Tucumán el 21 de diciembre de 1919, rescató del olvido coplas anónimas y centenarias, bagualas, vidalas y tonadas.
El texto intenta no un recorrido biográfico sino uno poético por su vida y por su variada y extensísima obra. Leda parece inabarcable a primera vista; “contarla” requiere de echar mano a todos los elementos artísticos posibles.
Discografía
Se utilizaron las “Canciones de Leda Valladares” (1964), “Grito en el Cielo. Recopilación Leda Valladares”; “Canciones de Tutu Marambá”, María Elena Walsh; “Leda y María”; “Folklore de rancho” y “América en cueros”. Se escribieron especialmente dos canciones: “Luna suspirante” y “Desentierro del carnaval”.
Valladares es sinónimo de memoria, enorme paradoja que atravesó la búsqueda de material ya que padeció de Alzheimer en sus últimos años.
Leda recuperó raíces, digamos que hizo propia una antropología musical. Con la música ancestral y milenaria trajo también imágenes, personajes, paisajes, e incluso se trajo a ella misma en ese intento por rescatarnos. Viajó y buscó, anduvo y encontró. Recuperó para toda Argentina y América, y desde allí para el mundo, un modo de decir y de contar, un modo de cantar. Este canto se vuelve grito y denuncia, trae historias y reproduce el olor mismo de la tierra.
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