01 Abril 2016
UNA GARANTÍA. A los 37 años, Ferrero aporta experiencia y solidez en el última línea del “Santo”. El central es uno de los mejores del plantel en lo que va del torneo. LA GACETA / FOTO DE Maria Silvia Granara
Ayer no fue un día más para él. Llegó al entrenamiento como siempre, se cambió junto a sus compañeros en el vestuario y, un rato más tarde, puso orden en la última línea del un equipo titular que redondeó una sesión de fútbol de alto voltaje, donde derrotó a los suplentes 2 a 0, con goles de Ramón Lentini y Sergio Viturro, de penal.
Pero, antes de realizar la tradicional práctica de fútbol semanal, debió pasar por el tradicional “puente chino”, reservado en el plantel para cada cumpleañero. Aunque no haya sido un cumpleaños más para Alexis Ferrero. Ayer, el central sopló las 37 velitas, todo un número para cualquier futbolista. “La verdad es que no pensaba cumplir esta edad y seguir adelante con mi carrera. Por una cuestión de estadísticas o porque mucha gente no confía en los jugadores de nuestra edad, muchas veces el retiro llega antes, pero acá estamos”, explica el defensor oriundo de Calchaquí, provincia de Santa Fe.
“Acá estamos”, sentencia Ferrero. Pero, por suerte para San Martín, Alexis no está por el hecho de estar. El central, partido a partido, viene mostrando toda su clase, templanza y seguridad en el fondo. Y él jura que no fruto del azar. “El secreto es el cuidado personal. El entrenamiento dura dos o tres horas, pero ahí quedan 21 o 22 en las que tenés que pensar por y para el fútbol; con la alimentación, el descanso, etcétera. Esos son factores fundamentales, cuando pasás cierta edad”, asegura el ex River que no quiere rendirse ante la llegada del retiro. “Mientras pueda entrenarme sin que me duela nada, voy a seguir jugando jajaja”, ríe con ganas, pero al toque se pone serio, pensando en un lindo futuro con el “Santo”. “Y, en principio mi idea es jugar hasta el año que viene; terminar mi contrato en San Martín y darle, esperemos, un lindo cierre a mi carrera”.
Ferrero sueña con un ascenso a mitad de este 2016 para retirarse con los flashes de una B Nacional, o quizás algo más. “Eso es a priori, después se verá cómo se van sucediendo las cosas. Aunque sería un hermoso broche de oro para la carrera. En el fútbol, es muy difícil lograr cosas importantes, son muchos más los sinsabores”, asegura.
Cultor del bajo perfil, pausado para hablar y con una tranquilidad casi extinta en un mundo tan hiperquinético como el actual, Alexis no se sube al carro de pedir deseos a lo loco. Para él, las prioridades están bien definidas. “A la hora de pedir los deseos, uno siempre piensa en la familia, que lo más importante que uno tiene en la vida y un pilar fundamental para cualquier futbolista. Igualmente, siempre hay un espacio para pedir por trabajo, que hoy es San Martín. Eso me da la posibilidad de que hacer que mi familia viva bien”, revela, dejando en claro que sus deseos también incluirán la vida actual y el futuro inmediato del “Santo”.
Como dice Ferrero, él no descuida nunca el fútbol y por eso, en medio de su cumpleaños sigue metido en la vida de “su” San Martín. “Se armó un torbellino de un viento leve. Perdimos un partido en el año y se hablaron muchas cosas de más. Es cierto que no estamos mostrando un buen juego ni un funcionamiento correcto, pero los resultados todavía nos avalan. No hay que dramatizar, pero si enfocarse en corregir lo que venimos haciendo mal”, finaliza Ferrero, que al igual que el vino, mejora con el paso del tiempo.
Pero, antes de realizar la tradicional práctica de fútbol semanal, debió pasar por el tradicional “puente chino”, reservado en el plantel para cada cumpleañero. Aunque no haya sido un cumpleaños más para Alexis Ferrero. Ayer, el central sopló las 37 velitas, todo un número para cualquier futbolista. “La verdad es que no pensaba cumplir esta edad y seguir adelante con mi carrera. Por una cuestión de estadísticas o porque mucha gente no confía en los jugadores de nuestra edad, muchas veces el retiro llega antes, pero acá estamos”, explica el defensor oriundo de Calchaquí, provincia de Santa Fe.
“Acá estamos”, sentencia Ferrero. Pero, por suerte para San Martín, Alexis no está por el hecho de estar. El central, partido a partido, viene mostrando toda su clase, templanza y seguridad en el fondo. Y él jura que no fruto del azar. “El secreto es el cuidado personal. El entrenamiento dura dos o tres horas, pero ahí quedan 21 o 22 en las que tenés que pensar por y para el fútbol; con la alimentación, el descanso, etcétera. Esos son factores fundamentales, cuando pasás cierta edad”, asegura el ex River que no quiere rendirse ante la llegada del retiro. “Mientras pueda entrenarme sin que me duela nada, voy a seguir jugando jajaja”, ríe con ganas, pero al toque se pone serio, pensando en un lindo futuro con el “Santo”. “Y, en principio mi idea es jugar hasta el año que viene; terminar mi contrato en San Martín y darle, esperemos, un lindo cierre a mi carrera”.
Ferrero sueña con un ascenso a mitad de este 2016 para retirarse con los flashes de una B Nacional, o quizás algo más. “Eso es a priori, después se verá cómo se van sucediendo las cosas. Aunque sería un hermoso broche de oro para la carrera. En el fútbol, es muy difícil lograr cosas importantes, son muchos más los sinsabores”, asegura.
Cultor del bajo perfil, pausado para hablar y con una tranquilidad casi extinta en un mundo tan hiperquinético como el actual, Alexis no se sube al carro de pedir deseos a lo loco. Para él, las prioridades están bien definidas. “A la hora de pedir los deseos, uno siempre piensa en la familia, que lo más importante que uno tiene en la vida y un pilar fundamental para cualquier futbolista. Igualmente, siempre hay un espacio para pedir por trabajo, que hoy es San Martín. Eso me da la posibilidad de que hacer que mi familia viva bien”, revela, dejando en claro que sus deseos también incluirán la vida actual y el futuro inmediato del “Santo”.
Como dice Ferrero, él no descuida nunca el fútbol y por eso, en medio de su cumpleaños sigue metido en la vida de “su” San Martín. “Se armó un torbellino de un viento leve. Perdimos un partido en el año y se hablaron muchas cosas de más. Es cierto que no estamos mostrando un buen juego ni un funcionamiento correcto, pero los resultados todavía nos avalan. No hay que dramatizar, pero si enfocarse en corregir lo que venimos haciendo mal”, finaliza Ferrero, que al igual que el vino, mejora con el paso del tiempo.