31 Marzo 2016
CAFÉ POR TRES. Sanz, Carrió y Macri, ayer en la Quinta de Olivos. dyn
BUENOS AIRES.- El presidente Mauricio Macri se reunió ayer con su socia en el frente Cambiemos Elisa Carrió, luego que la diputada denunciara a Daniel Angelici por interferir en la Justicia y criticara con dureza los “aumentos brutales” de tarifas.
Carrió dijo, al término de la cita, que “la reunión fue dura, franca y muy divertida”, aunque no dio mayores detalles.
La reunión, que no estaba prevista en la agenda presidencial, Carrió fue convocada por Macri a la residencia de Olivos, antes de queel jefe de Estao partiera hacia Estados Unidos para participar del Congreso de Seguridad Nuclear.
La diputada dijo que el cónclave “terminó muy bien”, y añadió que también estuvo el radical Ernesto Sanz. “Discutimos todos los temas de agenda durante más de una hora en Olivos”, amplió.
“Macri tenía previsto dejar en claro que ella piensa de una manera y nosotros (por el Ejecutivo) de otra”, informaron desde el oficialismo a la agencia oficial Télam.
Sin embargo, voceros del ala política del PRO señalaron que la intención oficial era “hacerle entender a ‘Lilita’ que al Presidente le causa molestia lo que dice, no es gratuito”.
“Ella respalda dos o tres medidas pero después golpea con lo que a la oposición le gusta más pegarle al Gobierno”, dijeron.
Además, acusan a Carrió de “engrandecer un personaje para pelearse sola”. “El presidente de Boca Juniors no es operador judicial, un operador es alguien desconocido, como lo era para el kirchnerismo Javier Fernández”, añadieron las fuentes consultadas por Télam.
Horas antes de la reunión, un fiscal federal imputó al presidente de Boca Juniors y dirigente del PRO por la presunta comisión del delito de “tráfico de influencias” y pidió a un juez que lo cite a declaración indagatoria.
El pedido -donde se afirma que “traficar influencias significa traficar el poder de inclinar la balanza para un lado o el otro, ya sea a través de favores, amistad o abusando de cualquier otra situación de privilegio”- fue formulado por el fiscal Federico Delgado al juez federal Sebastián Casanello.
Se trata de la causa en la que el martes la diputada nacional de la CC-ARI y aliada del Gobierno había ratificado su imputación contra Angelici como presunto “operador” de la administración de Macri en la Justicia. Carrió definió al dirigente como el supuesto enviado del gobierno “que tenía diálogo con el juez Norberto Oyarbide, a quien le solicitó que se jubilase”.
También, afirmó que almorzaba con jueces y fiscales vinculados al club Boca Juniors y que decía que ayudaba al Presidente sin cumplir ninguna función institucional. “La cuestión a dilucidar judicialmente, entonces, es si Angelici actuó y actúa como operador”, postuló el fiscal Delgado, y circunscribió el delito imputado como el contemplado en el artículo 256 bis del Código Penal. Este prevé penas de uno a seis años de cárcel para quien “por sí o por persona interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer valer su influencia ante un funcionario público, a fin de que este haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones”. (Especial)
Carrió dijo, al término de la cita, que “la reunión fue dura, franca y muy divertida”, aunque no dio mayores detalles.
La reunión, que no estaba prevista en la agenda presidencial, Carrió fue convocada por Macri a la residencia de Olivos, antes de queel jefe de Estao partiera hacia Estados Unidos para participar del Congreso de Seguridad Nuclear.
La diputada dijo que el cónclave “terminó muy bien”, y añadió que también estuvo el radical Ernesto Sanz. “Discutimos todos los temas de agenda durante más de una hora en Olivos”, amplió.
“Macri tenía previsto dejar en claro que ella piensa de una manera y nosotros (por el Ejecutivo) de otra”, informaron desde el oficialismo a la agencia oficial Télam.
Sin embargo, voceros del ala política del PRO señalaron que la intención oficial era “hacerle entender a ‘Lilita’ que al Presidente le causa molestia lo que dice, no es gratuito”.
“Ella respalda dos o tres medidas pero después golpea con lo que a la oposición le gusta más pegarle al Gobierno”, dijeron.
Además, acusan a Carrió de “engrandecer un personaje para pelearse sola”. “El presidente de Boca Juniors no es operador judicial, un operador es alguien desconocido, como lo era para el kirchnerismo Javier Fernández”, añadieron las fuentes consultadas por Télam.
Horas antes de la reunión, un fiscal federal imputó al presidente de Boca Juniors y dirigente del PRO por la presunta comisión del delito de “tráfico de influencias” y pidió a un juez que lo cite a declaración indagatoria.
El pedido -donde se afirma que “traficar influencias significa traficar el poder de inclinar la balanza para un lado o el otro, ya sea a través de favores, amistad o abusando de cualquier otra situación de privilegio”- fue formulado por el fiscal Federico Delgado al juez federal Sebastián Casanello.
Se trata de la causa en la que el martes la diputada nacional de la CC-ARI y aliada del Gobierno había ratificado su imputación contra Angelici como presunto “operador” de la administración de Macri en la Justicia. Carrió definió al dirigente como el supuesto enviado del gobierno “que tenía diálogo con el juez Norberto Oyarbide, a quien le solicitó que se jubilase”.
También, afirmó que almorzaba con jueces y fiscales vinculados al club Boca Juniors y que decía que ayudaba al Presidente sin cumplir ninguna función institucional. “La cuestión a dilucidar judicialmente, entonces, es si Angelici actuó y actúa como operador”, postuló el fiscal Delgado, y circunscribió el delito imputado como el contemplado en el artículo 256 bis del Código Penal. Este prevé penas de uno a seis años de cárcel para quien “por sí o por persona interpuesta solicitare o recibiere dinero o cualquier otra dádiva o aceptare una promesa directa o indirecta, para hacer valer su influencia ante un funcionario público, a fin de que este haga, retarde o deje de hacer algo relativo a sus funciones”. (Especial)
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