Barby, la travesti que se destacó en un papel de gaucho

Barby, la travesti que se destacó en un papel de gaucho

El jurado de la Fiesta del Teatro mencionó a la actriz, que es una militante por la identidad sexual. Histrionismo y creatividad de múltiples facetas

PAREJA ACTORAL. Martín Lombardelli y Barby Guamán interpretaron a dos gauchos en La lechera. PAREJA ACTORAL. Martín Lombardelli y Barby Guamán interpretaron a dos gauchos en "La lechera".
30 Marzo 2016
"Querido diario: meno mal q al contrario de Dicaprio, no me ha tenido q masticonia un oso pa q me entreguen el premio a la merjorsisima de todas", escribe en "tucumano básico" en el Diario de una travesti, que publica en su Facebook la Bienvenidora Barby Guamán.

Se define allí como: "Actriz ,vedette bailarina, cantante, musa inspiradora, reina del tamal 2015, karokista profesional, diosa única irrepetible, mencionada como la mejorsisisma de todas, maestra, india, sudaca, turra, modista, diseñadora, maestra mayor de obra, técnica electricista, maquilladora, iluminadora. Peluquería canina. Yo la más mejor de todas LA BARBY. AY ME OLVIDABA LA HUMILDE, LA SENCILLA. Graciassss Tucumán!!!"
 
La felicidad que embarga a la reconocida Barby proviene de haber sido distinguida en la reciente Fiesta del Teatro por su actuación en la obra La Lechera. Cabe aclarar que hace dos años recibió el Artea a la mejor actriz de reparto por Dykenstein, y también es muy recordado su papel de La Techo'i Chapa en Dakar-Eslovenia-Tucumán.

Con la ironía que la caracteriza, responde cuáles son sus próximos proyectos: "Salir a pedir para poder comer un asado el fin de semana". Pero hablando en serio, no cree que hoy en día en Tucumán se pueda hacer una producción artística totalmente independiente como las que hizo años atrás. "Y cuando hablo de independencia, es total. No le pido nada a nadie, no por orgullosa sino porque siento que la burocracia es gigantesca para conseguir $5.000, que encima no alcanzan ni para el vestuario -lamentó-. Los jurados de la Fiesta, por ejemplo, piden excelencia, cuando aquí no existe la propuesta del productor que banca".

Como ejemplo de autogestión, mencionó su obra Imperfecciones mortíferas, de danza teatro, que se hacía en el interior de una casa de manera itinerante, y que tuvo éxito de público pero no alcanzó a cubrir los gastos. "Eramos más de diez personas laburando y la verdad que lo hacíamos por amor al arte. De mi bolsillo salió el vestuario, el maquillaje, todo lo necesario para hacer una obra de excelencia -recordó-. Es una de las obras más acabadas en composición, de las que hice. Se puede decir que vivo del teatro. De mi trabajo como bienvenidora (en fiestas), pero mi mamá me ayuda a pagar las cuentas cuando no me alcanza. Últimamente he animado un karaoke en un bar céntrico".

Karaoke y construcción política

Esa última experiencia le resultó satisfactoria y es posible que continúe en otro lugar. Aunque reconoce que es difícil lograr que la gente se suelte, se integre y se anime a cantar. "Después, ese público que me había costado tanto terminaba bailando todos juntos y abrazándose con desconocidos -dijo-. Era un lugar de construcción política para mí, porque se veía realmente el ejercicio de la comunidad. Iban personas de las más variadas identidades sexuales. Al final de la noche, todo dejaba de ser individualista y era una fiesta. Todos se brindaban, podían charlar, se entendían, se gustaban, se amaban. Eso fue lo que me animó a hacer el Karaoke de la Barby tanto tiempo".

Esa militancia por la identidad de género va más allá de las conquistas de los últimos años. Sostiene que la ley promulgada permite elegir entre ser hombre o mujer. Y cuestiona: "Elegir entre esos dos lugares, ¿realmente es elegir? ¿No hay más posibilidades que ésas? Creo que a muchas de las chicas trans, la ley les viene como anillo al dedo. Pero hay otras, como yo, que queremos ser travestis. Y hay una negación del género trava. Creo que estamos volviendo a ser invisibilizadas", lamentó.

Su personaje del gaucho Nolasco en La Lechera representa el machismo, que en lo cotidiano su cara más cruenta se traduce en violencia de género. "El de Nolasco es un machismo claudicado, porque en medio de la soledad del campo estos dos personajes tan machotes tienen un contacto que va en contra de lo que les han enseñado -señaló-. Hay diferentes formas de amor dentro de La Lechera". 

El otro gaucho, Sabino, es más fanfarrón. Lo interpreta Martín Lombardelli, que se ha convertido en una especie de cábala: hace dos años integró el elenco de La Cebolla o El sellamiento del Chero, una obra que también ganó la Fiesta. Coincide en que es difícil hacer teatro independiente. "Cuando arranco una obra, siempre les digo a mis compañeros: esto lo hacemos por placer, porque antes de ganar plata vamos a perder. En el sentido en que invertimos dinero, tiempo, pasión, esfuerzo. Con el tiempo, a veces llegan los subsidios, que ayudan a recuperar algo", reseñó Lombardelli.

Cuando le propusieron el papel de gaucho, dijo "¡Por fin!", ya que casualmente es el rol que más le gusta. "Todo ese lenguaje y el tono de actuación que le damos a la obra, que es como un grotesco, un poco estallado, me gusta mucho", afirmó el actor.
En la puesta de Carlos Correa también se lució Pablo Vera, actor y cantante, en el papel del Pájaro.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios