29 Marzo 2016
ESPECIALISTA. Federico Irazábal es el representante del Ministerio de Cultura en el Instituto Nacional de Teatro. la gaecta / foto de Maria Silvia Granara
El Gobierno nacional impulsará una Ley Nacional de Danza, que perdió tratamiento parlamentario en diciembre, y dialoga con distintos sectores de la actividad teatral para introducir cambios en la Ley del Actor, sancionada por unanimidad en el Congreso el año pasado.
Estas dos estrategias fueron confirmadas a LA GACETA por Federico Irazábal, quien representa al Ministerio de Cultura de la Nación en el Instituto Nacional de Teatro (INT).
“La iniciativa sobre la danza perdió estado legislativo, pero hay mucho trabajo de militancia de base desde distintos sectores y en todo el país, para volver a presentarla y lograr que avance. Es fundamental tener una norma que permita desarrollar un Instituto Federal de Danza, desde donde se fomente y promueva una actividad que tiene una muy buena base”, sostuvo.
El texto propuesto es similar al que permitió crear el INT, y apunta a líneas de financiamiento para montar salas, producir espectáculos, becar artistas en capacitación y en perfeccionamiento y concretar giras regionales y nacionales, que faciliten el intercambio de experiencias y traccionen en elevar la calidad de las obras que se ponen en escena. Un foco muy activo está dado por los grupos de danza contemporánea.
Irazábal destacó la importancia de que esta disciplina “encuentre un espacio propio de apoyo, como ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con Prodanza, que generó una explosión en lo cuantitativo y en lo cualitativo, y creo que vamos a poder lograr que se ponga en la agenda del Congreso en este año”. “Es cierto que no tiene ningún sentido segmentar actualmente entre lo que es teatro y lo que es danza, es una discusión caduca; pero si están los dos organismos tenés mayor posibilidad de lograr subsidios y facilitás el debate, incluso cruzando los temas”, puntualizó.
Acerca de la Ley del Actor, confirmó que está en marcha un espacio de debate en el Ministerio de Trabajo entre quienes están a favor y en contra para poder encontrar puntos en común.
El funcionario admitió que “hay posturas que están totalmente encontradas y está en análisis integral, pero quiero dejar en claro que es absoluta y rotundamente necesaria para proteger el trabajo de los intérpretes, base sobre la cual debe partir cualquier discusión”. “Todo puede resolverse a través de una nueva reglamentación de la norma o, de ser necesario, su regreso al Congreso para reformarla, en caso de que sea imprescindible”, señaló.
Acerca de las diferencias, precisó que “por un lado, está la Asociación Argentina de Actores que defiende la norma totalmente y que es la que hizo el trabajo de militancia para su sanción; y por el otro, hay estructuras que provienen más del sector de la producción, como la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que tiene una posición crítica, sin rechazarla totalmente”. “En el medio hay un colectivo muy amplio y diversos de sectores independientes que tienen posturas oscilantes: consideran que la ley está muy bien, pero les preocupa los baches que deja sin nombrar y que podrían alcanzarlos, ya que no se diferencian sus propuestas de las comerciales, y les podrían caber las mismas responsabilidades y obligaciones a todos”, sostuvo.
Los cambios en el INT
Irazábal fue uno de los promotores (junto al secretario Enrique Avogadro) de la llegada de Marcelo Allasino a la Dirección Ejecutiva del INT, lo que significó la designación de un funcionario que no es del riñón del macrismo. “Allasino tuvo un amplio aval de toda la comunidad teatrista, y está muy legitimado por su obra y por su experiencia administrativa. En parte, su nombramiento fue consecuencia del carácter mediático no positivo que tuvo el ente a fines del año pasado, cuando se hablaba de la crisis política interna, pero no se decía nada de sus planes ni de sus logros. Cuando se produce el triunfo de Cambiemos, se empieza a trabajar en distintas áreas y se habla con todos los sectores. Fui leyendo las actas de las reuniones del Consejo de Dirección, que pasaban del melodrama al policial negro, para saber lo que estaba pasando y fijar posición”, explicó.
El investigador y crítico aclaró que “el Ministerio no se va a desentender del teatro, creo que por primera vez en la historia; de algún modo, desde el nacimiento del INT se derivó en este organismo todo lo relativo a la actividad teatral y en la cartera se abocaron a otras cosas, pero ahora no pasará así”.
Sin embargo, precisó que “el Ministerio no se involucrará en lo artístico ni en lo estético, porque esa es función del Consejo de Dirección, sino que hará que el teatro de todo el país se beneficie de un INT que estuvo paralizado todo un año, luego de sanear su situación política y construir un ámbito de confianza”. “Sí hay una mirada muy fuerte orientada en la renovación de nombres de quiénes ocuparán los cargos internos y en la transparencia en los comité de selección de jurados y a los representantes provinciales, con gente que no haya participado antes”, reconoció.
Estas dos estrategias fueron confirmadas a LA GACETA por Federico Irazábal, quien representa al Ministerio de Cultura de la Nación en el Instituto Nacional de Teatro (INT).
“La iniciativa sobre la danza perdió estado legislativo, pero hay mucho trabajo de militancia de base desde distintos sectores y en todo el país, para volver a presentarla y lograr que avance. Es fundamental tener una norma que permita desarrollar un Instituto Federal de Danza, desde donde se fomente y promueva una actividad que tiene una muy buena base”, sostuvo.
El texto propuesto es similar al que permitió crear el INT, y apunta a líneas de financiamiento para montar salas, producir espectáculos, becar artistas en capacitación y en perfeccionamiento y concretar giras regionales y nacionales, que faciliten el intercambio de experiencias y traccionen en elevar la calidad de las obras que se ponen en escena. Un foco muy activo está dado por los grupos de danza contemporánea.
Irazábal destacó la importancia de que esta disciplina “encuentre un espacio propio de apoyo, como ocurrió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con Prodanza, que generó una explosión en lo cuantitativo y en lo cualitativo, y creo que vamos a poder lograr que se ponga en la agenda del Congreso en este año”. “Es cierto que no tiene ningún sentido segmentar actualmente entre lo que es teatro y lo que es danza, es una discusión caduca; pero si están los dos organismos tenés mayor posibilidad de lograr subsidios y facilitás el debate, incluso cruzando los temas”, puntualizó.
Acerca de la Ley del Actor, confirmó que está en marcha un espacio de debate en el Ministerio de Trabajo entre quienes están a favor y en contra para poder encontrar puntos en común.
El funcionario admitió que “hay posturas que están totalmente encontradas y está en análisis integral, pero quiero dejar en claro que es absoluta y rotundamente necesaria para proteger el trabajo de los intérpretes, base sobre la cual debe partir cualquier discusión”. “Todo puede resolverse a través de una nueva reglamentación de la norma o, de ser necesario, su regreso al Congreso para reformarla, en caso de que sea imprescindible”, señaló.
Acerca de las diferencias, precisó que “por un lado, está la Asociación Argentina de Actores que defiende la norma totalmente y que es la que hizo el trabajo de militancia para su sanción; y por el otro, hay estructuras que provienen más del sector de la producción, como la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (Aadet), que tiene una posición crítica, sin rechazarla totalmente”. “En el medio hay un colectivo muy amplio y diversos de sectores independientes que tienen posturas oscilantes: consideran que la ley está muy bien, pero les preocupa los baches que deja sin nombrar y que podrían alcanzarlos, ya que no se diferencian sus propuestas de las comerciales, y les podrían caber las mismas responsabilidades y obligaciones a todos”, sostuvo.
Los cambios en el INT
Irazábal fue uno de los promotores (junto al secretario Enrique Avogadro) de la llegada de Marcelo Allasino a la Dirección Ejecutiva del INT, lo que significó la designación de un funcionario que no es del riñón del macrismo. “Allasino tuvo un amplio aval de toda la comunidad teatrista, y está muy legitimado por su obra y por su experiencia administrativa. En parte, su nombramiento fue consecuencia del carácter mediático no positivo que tuvo el ente a fines del año pasado, cuando se hablaba de la crisis política interna, pero no se decía nada de sus planes ni de sus logros. Cuando se produce el triunfo de Cambiemos, se empieza a trabajar en distintas áreas y se habla con todos los sectores. Fui leyendo las actas de las reuniones del Consejo de Dirección, que pasaban del melodrama al policial negro, para saber lo que estaba pasando y fijar posición”, explicó.
El investigador y crítico aclaró que “el Ministerio no se va a desentender del teatro, creo que por primera vez en la historia; de algún modo, desde el nacimiento del INT se derivó en este organismo todo lo relativo a la actividad teatral y en la cartera se abocaron a otras cosas, pero ahora no pasará así”.
Sin embargo, precisó que “el Ministerio no se involucrará en lo artístico ni en lo estético, porque esa es función del Consejo de Dirección, sino que hará que el teatro de todo el país se beneficie de un INT que estuvo paralizado todo un año, luego de sanear su situación política y construir un ámbito de confianza”. “Sí hay una mirada muy fuerte orientada en la renovación de nombres de quiénes ocuparán los cargos internos y en la transparencia en los comité de selección de jurados y a los representantes provinciales, con gente que no haya participado antes”, reconoció.
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