27 Marzo 2016
OPOSICIÓN. Miles de manifestantes protestaron contra Dilma y Lula. Reuters
BRASIL.- El titular del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Rui Falcão, afirmó ayer que la agrupación pretende la paz, en medio de la grave crisis política que vive el país. “Si creen que la estabilidad vendrá derribando a Dilma (Rousseff), están muy engañados. La estabilidad llegará con el fin del impeachment y la posibilidad de volver a crecer”, advirtió Falcão.
Las principales ciudades del país fueron escenario en las últimas semanas de manifestaciones a favor y en contra del gobierno de Rousseff. “Las manifestaciones mostraron lo siguiente: queremos la paz, pero no tememos la guerra”, afirmó Falcão en un mensaje publicado en las redes sociales.
En un mensaje difundido en las redes sociales, Falcão aseguró que el partido defenderá el “Estado Democrático de Derecho”, en contra de lo que el oficialismo denuncia como un intento de golpe.
En las marchas opositoras, los manifestantes culparon a Rousseff de una severa recesión que atraviesa el país y un escándalo de corrupción que envuelve también a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Por su parte, la presidenta de Brasil ha dicho que no tiene intención de renunciar, pero sus oponentes esperan que tras la masiva manifestación se pueda lograr su destitución.
Rousseff está amenazada por un proceso de destitución parlamentaria que comenzó a ser tramitado por la Cámara de los Diputados, que en las próximas semanas deberá decidir si es sometida o no al juicio político.
Para intentar esquivar este proceso, Rousseff precisa el apoyo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), su principal aliado y sostén de la coalición que sostiene al Ejecutivo, aunque la semana próxima la fuerza podría decidir la salida de la administración.
El PMDB -al que pertenece el vice Michel Temer- analizará la cuestión en su reunión de conducción nacional el martes.
En su mensaje, Falcão además, volvió a defender la designación como ministro del ex presidente Lula da Silva, nombramiento que fue suspendido por un magistrado del Supremo Tribunal de Brasil que consideró que el Gobierno estaba intentando obstruir la Justicia.
Rousseff alegó que necesitaba de la experiencia de Lula para enfrentar el intento de abrirle un juicio político con fines de destitución por supuestas irregularidades en los balances del Gobierno, pero la oposición insiste en que fue nombrado ministro para conseguir un fuero privilegiado que lo saque d ella órbita del juez Sergio Moro.
Lula, uno de los líderes más carismáticos de Brasil, es investigado en dos procesos por supuesta corrupción y la Fiscalía de San Pablo llegó a solicitar su prisión preventiva.
“Lula tiene la ficha (criminal) limpia, por lo que no hay ninguna razón para no ser ministro”, concluyó el presidente del PT. (Télam)
Las principales ciudades del país fueron escenario en las últimas semanas de manifestaciones a favor y en contra del gobierno de Rousseff. “Las manifestaciones mostraron lo siguiente: queremos la paz, pero no tememos la guerra”, afirmó Falcão en un mensaje publicado en las redes sociales.
En un mensaje difundido en las redes sociales, Falcão aseguró que el partido defenderá el “Estado Democrático de Derecho”, en contra de lo que el oficialismo denuncia como un intento de golpe.
En las marchas opositoras, los manifestantes culparon a Rousseff de una severa recesión que atraviesa el país y un escándalo de corrupción que envuelve también a su predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Por su parte, la presidenta de Brasil ha dicho que no tiene intención de renunciar, pero sus oponentes esperan que tras la masiva manifestación se pueda lograr su destitución.
Rousseff está amenazada por un proceso de destitución parlamentaria que comenzó a ser tramitado por la Cámara de los Diputados, que en las próximas semanas deberá decidir si es sometida o no al juicio político.
Para intentar esquivar este proceso, Rousseff precisa el apoyo del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), su principal aliado y sostén de la coalición que sostiene al Ejecutivo, aunque la semana próxima la fuerza podría decidir la salida de la administración.
El PMDB -al que pertenece el vice Michel Temer- analizará la cuestión en su reunión de conducción nacional el martes.
En su mensaje, Falcão además, volvió a defender la designación como ministro del ex presidente Lula da Silva, nombramiento que fue suspendido por un magistrado del Supremo Tribunal de Brasil que consideró que el Gobierno estaba intentando obstruir la Justicia.
Rousseff alegó que necesitaba de la experiencia de Lula para enfrentar el intento de abrirle un juicio político con fines de destitución por supuestas irregularidades en los balances del Gobierno, pero la oposición insiste en que fue nombrado ministro para conseguir un fuero privilegiado que lo saque d ella órbita del juez Sergio Moro.
Lula, uno de los líderes más carismáticos de Brasil, es investigado en dos procesos por supuesta corrupción y la Fiscalía de San Pablo llegó a solicitar su prisión preventiva.
“Lula tiene la ficha (criminal) limpia, por lo que no hay ninguna razón para no ser ministro”, concluyó el presidente del PT. (Télam)
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