26 Marzo 2016
Violento asalto en una finca: matan a un peón
Un grupo de entre tres y cuatro hombres ingresaron al establecimiento ubicado a unos 50 kilómetros de la capital. Como no le entregaban el dinero que pensaban había allí, mataron a uno, hirieron a otro, ataron a una silla a una mujer y golpearon a otras tres personas. La banda se llevó $ 7.000 y la llave de un automóvil como botín.
“¡Entreguen la plata, entreguen la plata!”, gritaban los hombres armados que ingresaron al establecimiento tambero “San Julián”, en Choromoro, el jueves a las 23, aproximadamente. Las seis personas que se encontraban en la vivienda, aterrorizadas, trataron de explicarles que ellos eran trabajadores rurales y no los dueños del campo. Los asaltantes no les creyeron y descargaron toda su furia sobre ellos. Mataron de cinco balazos a Oscar Gallardo -fue herido en el pecho y en la cara-, hirieron a su hermano Pablo -recibió disparos en la cadera y en una mano-, ataron a una silla a la única mujer que estaba en el lugar y golpearon a las otras tres víctimas que se encontraban allí. Se llevaron $ 7.000 y las llaves de un automóvil. Antes de partir, dejaron una amenaza que generó aún más terror entre las víctimas: “vamos a volver por el auto”.
El caso generó conmoción en la localidad que está ubicada a unos 51 kilómetros de la capital y que cuenta con 471 habitantes, según el último censo nacional. No sólo los vecinos quedaron aterrorizados, sino que los productores de la zona comenzaron a movilizarse con el fin de solicitar ayuda para que no cometan nuevos delitos.
“Nos llamaron para avisarnos cerca de las 23.30, así que calculo que todo habrá pasado 15 minutos antes”, contó Nora Gattu, madre de uno de los asaltados y cuñada de las restantes víctimas.
Los heridos fueron llevados al Centro de Salud. Oscar llegó sin vida y, según se cree, murió en el instante. Su hermano Pablo fue operado por las heridas de bala que tenía en la cadera y en la mano izquierda. Se encuentra estable.
“Es una zona lechera. Por eso los delincuentes habrán creído que había plata. Pero mis cuñados trabajan y viven ahí, no son los dueños del tambo. Les exigían plata. Les terminaron dando lo que había, que era el sueldo de uno de ellos y nada más”, explicó Gattu.
La víctima se encontraba en el comedor, mientras que el herido dormía plácidamente en una habitación de la humilde vivienda. “Pienso que a ellos les dispararon por intentar defender a su hermana a la que también aterrorizaron con su violencia. A Oscar le dieron cinco balazos, entre la cara y el pecho”, contó la mujer que esperaba en el Centro de Salud la evolución de su cuñado.
Lo que sí se confirmó es que los asaltantes, que habrían sido entre tres y cuatro, se quedaron con la llave de un automóvil, pero no pudieron llevarse el vehículo porque en ese momento no estaba en la propiedad.
Según indicaron los familiares de las víctimas a LA GACETA, no es la primera vez que ingresan a la finca a robar. “Hace tres o cuatro meses también entraron, pero en esa ocasión sólo se llevaron una moto y no fueron tan violentos”, contó Gattu.
La investigación quedó a cargo de la División Homicidios y será dirigida por el fiscal Arnoldo Suasnábar. No será una tarea sencilla resolver el caso. El campo donde se produjo el hecho no tiene vecinos y los únicos testigos son las víctimas que, en un primer momento, no pudieron identificar a los atacantes.
Otro de los puntos es determinar en qué se movilizaban los atacantes. No se sabe aún si lo hicieron en un automóvil o en motos. Tampoco tienen en claro por qué eligieron este campo para cometer el asalto. Sospechan que se equivocaron o que recibieron un dato falso sobre que allí se escondía una importante suma de dinero producto de una operación o de la venta de tierras. Sí están convencidos de una sola cosa: los asaltantes no son de esa localidad.
El caso generó conmoción en la localidad que está ubicada a unos 51 kilómetros de la capital y que cuenta con 471 habitantes, según el último censo nacional. No sólo los vecinos quedaron aterrorizados, sino que los productores de la zona comenzaron a movilizarse con el fin de solicitar ayuda para que no cometan nuevos delitos.
“Nos llamaron para avisarnos cerca de las 23.30, así que calculo que todo habrá pasado 15 minutos antes”, contó Nora Gattu, madre de uno de los asaltados y cuñada de las restantes víctimas.
Los heridos fueron llevados al Centro de Salud. Oscar llegó sin vida y, según se cree, murió en el instante. Su hermano Pablo fue operado por las heridas de bala que tenía en la cadera y en la mano izquierda. Se encuentra estable.
“Es una zona lechera. Por eso los delincuentes habrán creído que había plata. Pero mis cuñados trabajan y viven ahí, no son los dueños del tambo. Les exigían plata. Les terminaron dando lo que había, que era el sueldo de uno de ellos y nada más”, explicó Gattu.
La víctima se encontraba en el comedor, mientras que el herido dormía plácidamente en una habitación de la humilde vivienda. “Pienso que a ellos les dispararon por intentar defender a su hermana a la que también aterrorizaron con su violencia. A Oscar le dieron cinco balazos, entre la cara y el pecho”, contó la mujer que esperaba en el Centro de Salud la evolución de su cuñado.
Lo que sí se confirmó es que los asaltantes, que habrían sido entre tres y cuatro, se quedaron con la llave de un automóvil, pero no pudieron llevarse el vehículo porque en ese momento no estaba en la propiedad.
Según indicaron los familiares de las víctimas a LA GACETA, no es la primera vez que ingresan a la finca a robar. “Hace tres o cuatro meses también entraron, pero en esa ocasión sólo se llevaron una moto y no fueron tan violentos”, contó Gattu.
La investigación quedó a cargo de la División Homicidios y será dirigida por el fiscal Arnoldo Suasnábar. No será una tarea sencilla resolver el caso. El campo donde se produjo el hecho no tiene vecinos y los únicos testigos son las víctimas que, en un primer momento, no pudieron identificar a los atacantes.
Otro de los puntos es determinar en qué se movilizaban los atacantes. No se sabe aún si lo hicieron en un automóvil o en motos. Tampoco tienen en claro por qué eligieron este campo para cometer el asalto. Sospechan que se equivocaron o que recibieron un dato falso sobre que allí se escondía una importante suma de dinero producto de una operación o de la venta de tierras. Sí están convencidos de una sola cosa: los asaltantes no son de esa localidad.
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