22 Marzo 2016
BUENOS AIRES.- Especialistas jurídicos y económicos respaldaron ante comisiones del Senado por mayoría y con matices la negociación para cerrar el litigio con los holdouts que propone el Gobierno, con el argumento de que no acordar sería más gravoso para la Argentina, si bien admitieron la “injusticia” del fallo adverso del juez neoyorquino Thomas Griesa.
En forma conjunta las comisiones de Presupuesto y de Economía reanudaron la ronda de consulta sobre los términos del proyecto que envió el Poder Ejecutivo al Congreso, al cual el Senado daría sanción definitiva el 30 de marzo.
El primer expositor en la audiencia realizada en el Salón Azul fue José Luis Machinea, ex ministro de Economía del gobierno de Fernando De la Rúa, quien afirmó que “la litigiosidad sería enormemente mayor” si no hay acuerdo.
Reconoció que “no tener crédito a largo plazo es sin duda un problema” para el país y pronosticó que si no se resuelve el litigio habría “un aumento extraordinario de la tasa de interés” y “huida de capitales”, además de caída “de las reservas internacionales”.
La especialista en derecho intrerncional, Stella Maris Biocca, se desmarcó del resto de los consultados cuando sostuvo que “está fuera de lógica decir que esto es inevitable (el acuerdo propuesto), lo que es inevitable es endeudar, endeudar y endeudar y creer que esto es beneficioso. Los intereses no van a bajar del 8% y con eso no se cambia las falencias de la estructura económica de la Argentina”.
En esa línea, Biocca exhortó a los senadores que “no se rindan, no entreguen soberanía”, lo cual motivó la intervención del jefe del bloque del Frente para la Victoria-PJ, Miguel Ángel Pichetto, quien recordó que “muchas veces las emociones son utilizadas por gobiernos para ser llevados a cometer los máximos errores”.
Pichetto advirtió que “si el Gobierno tiene como único camino el endeudamiento eso no lo vamos a acompañar”, en tanto que enfatizó que “la Argentina tiene que recuperar la capacidad de pago” porque apuntó que “el riesgo de aceleración está en el hecho que Argentina (por el fallo de Griesa) no está pagando a los bonistas reestructurados” desde hace un año y nueve meses. Biocca después aclaró que no se le ocurrió “nunca” que no hay pagar a los acreedores, pero reiteró que “hay que negociar bien, despacio, sin apresuramiento” y puntualizó que aunque “hay una sentencia firme en Estados Unidos no es ejecutable” y permitiría negociar en mejones condiciones.
El ex procurador del Tesoro en la década del 90, Alberto García Lema, marcó que la ley en ciernes “es un avance en el mismo sentido de lo que se ha hecho en 2005 y 2010 en la reestructuración por etapas” de la deuda en default y se expresó “totalmente de acuerdo” con que se cierre el litigio.
Osvaldo Guglielmino, también ex Procurador del Tesoro durante la gestión kirchnerista, calculó con respecto de los bonistas que canjearon que “la chance que hay que ese juicio ocurra son enormes”.
El jurista Roberto Cortés Conde resaltó que “el fallo es un hecho de la realidad. Si se hubiera arreglado con ese 7% antes de la sentencia estaríamos hablando de otras circunstancias. Esto no es necesariamente bueno. No llegar a un arreglo significaría un emprobrecimiento progresivo del país del que tendrá que salir en algún momento con más costo”. (DyN)
En forma conjunta las comisiones de Presupuesto y de Economía reanudaron la ronda de consulta sobre los términos del proyecto que envió el Poder Ejecutivo al Congreso, al cual el Senado daría sanción definitiva el 30 de marzo.
El primer expositor en la audiencia realizada en el Salón Azul fue José Luis Machinea, ex ministro de Economía del gobierno de Fernando De la Rúa, quien afirmó que “la litigiosidad sería enormemente mayor” si no hay acuerdo.
Reconoció que “no tener crédito a largo plazo es sin duda un problema” para el país y pronosticó que si no se resuelve el litigio habría “un aumento extraordinario de la tasa de interés” y “huida de capitales”, además de caída “de las reservas internacionales”.
La especialista en derecho intrerncional, Stella Maris Biocca, se desmarcó del resto de los consultados cuando sostuvo que “está fuera de lógica decir que esto es inevitable (el acuerdo propuesto), lo que es inevitable es endeudar, endeudar y endeudar y creer que esto es beneficioso. Los intereses no van a bajar del 8% y con eso no se cambia las falencias de la estructura económica de la Argentina”.
En esa línea, Biocca exhortó a los senadores que “no se rindan, no entreguen soberanía”, lo cual motivó la intervención del jefe del bloque del Frente para la Victoria-PJ, Miguel Ángel Pichetto, quien recordó que “muchas veces las emociones son utilizadas por gobiernos para ser llevados a cometer los máximos errores”.
Pichetto advirtió que “si el Gobierno tiene como único camino el endeudamiento eso no lo vamos a acompañar”, en tanto que enfatizó que “la Argentina tiene que recuperar la capacidad de pago” porque apuntó que “el riesgo de aceleración está en el hecho que Argentina (por el fallo de Griesa) no está pagando a los bonistas reestructurados” desde hace un año y nueve meses. Biocca después aclaró que no se le ocurrió “nunca” que no hay pagar a los acreedores, pero reiteró que “hay que negociar bien, despacio, sin apresuramiento” y puntualizó que aunque “hay una sentencia firme en Estados Unidos no es ejecutable” y permitiría negociar en mejones condiciones.
El ex procurador del Tesoro en la década del 90, Alberto García Lema, marcó que la ley en ciernes “es un avance en el mismo sentido de lo que se ha hecho en 2005 y 2010 en la reestructuración por etapas” de la deuda en default y se expresó “totalmente de acuerdo” con que se cierre el litigio.
Osvaldo Guglielmino, también ex Procurador del Tesoro durante la gestión kirchnerista, calculó con respecto de los bonistas que canjearon que “la chance que hay que ese juicio ocurra son enormes”.
El jurista Roberto Cortés Conde resaltó que “el fallo es un hecho de la realidad. Si se hubiera arreglado con ese 7% antes de la sentencia estaríamos hablando de otras circunstancias. Esto no es necesariamente bueno. No llegar a un arreglo significaría un emprobrecimiento progresivo del país del que tendrá que salir en algún momento con más costo”. (DyN)
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