04 Marzo 2016
Brasilia.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, expresó hoy su plena disconformidad con la acción policial que condujo de manera coercitiva al ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva a declarar bajo sospecha de haber comandado, y haberse beneficiado, con los desvíos de fondos en Petrobras.
"Manifiesto mi plena disconformidad con el hecho de que un ex presidente de la República, que muchas veces compareció voluntariamente para ofrecer aclaraciones ante las autoridades competentes, sea ahora sometido a un innecesario traslado coercitivo para dar testimonio", manifestó la mandataria en un comunicado.
La presidenta acotó en la misiva que considera el cumplimiento de la Constitución como la única vía segura para el buen ejercicio de las funciones públicas y el respeto a los derechos individuales.
También señaló que durante su Gobierno se ocupó de garantizar la autonomía de los órganos responsables por investigar actos ilícitos y de corrupción.
No obstante, aclaró: "siempre exigí el respeto a la ley y a los derechos de todos los investigados".
La mandataria llamó a todos los agentes públicos, independientemente del poder en el que actúen, a tener un profundo sentido de la responsabilidad en relación al cumplimiento de las competencias constitucionales.
"Es necesario que las investigaciones prosigan para que al final sea sancionado quien deba serlo", concluyó la presidenta.
Su antecesor y mentor político fue conducido a declarar porque, según los fiscales, existen evidencias consistentes y contundentes de que Lula se benefició personalmente con los desvíos de recursos de la petrolera nacional, y favoreció además a sus familiares y a su Partido de los Trabajadores (PT).
Los fiscales afirmaron además que la actuación del ex presidente en la red de corrupción en Petrobras, fue relevante para el éxito de la actividad delictiva.
Además de llevarlo a declarar al ex dirigente sindical, los agentes de la Policía Federal condujeron a su primogénito, Paulo Luiz, y al presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto.
La acción policial incluyó los registros de las residencias que pertenecen y/o utilizan Lula y sus familiares y de la sede del Instituto Lula, en Sao Paulo.(dpa)
"Manifiesto mi plena disconformidad con el hecho de que un ex presidente de la República, que muchas veces compareció voluntariamente para ofrecer aclaraciones ante las autoridades competentes, sea ahora sometido a un innecesario traslado coercitivo para dar testimonio", manifestó la mandataria en un comunicado.
La presidenta acotó en la misiva que considera el cumplimiento de la Constitución como la única vía segura para el buen ejercicio de las funciones públicas y el respeto a los derechos individuales.
También señaló que durante su Gobierno se ocupó de garantizar la autonomía de los órganos responsables por investigar actos ilícitos y de corrupción.
No obstante, aclaró: "siempre exigí el respeto a la ley y a los derechos de todos los investigados".
La mandataria llamó a todos los agentes públicos, independientemente del poder en el que actúen, a tener un profundo sentido de la responsabilidad en relación al cumplimiento de las competencias constitucionales.
"Es necesario que las investigaciones prosigan para que al final sea sancionado quien deba serlo", concluyó la presidenta.
Su antecesor y mentor político fue conducido a declarar porque, según los fiscales, existen evidencias consistentes y contundentes de que Lula se benefició personalmente con los desvíos de recursos de la petrolera nacional, y favoreció además a sus familiares y a su Partido de los Trabajadores (PT).
Los fiscales afirmaron además que la actuación del ex presidente en la red de corrupción en Petrobras, fue relevante para el éxito de la actividad delictiva.
Además de llevarlo a declarar al ex dirigente sindical, los agentes de la Policía Federal condujeron a su primogénito, Paulo Luiz, y al presidente del Instituto Lula, Paulo Okamoto.
La acción policial incluyó los registros de las residencias que pertenecen y/o utilizan Lula y sus familiares y de la sede del Instituto Lula, en Sao Paulo.(dpa)
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