Un vecino denunció al conductor prófugo

Un vecino denunció al conductor prófugo

El conductor de la tragedia llegó a Tribunales junto a su defensor, Pablo Cisneros. Declarará hoy frente al fiscal Diego López Ávila por el accidente en el que perdieron la vida tres personas a la salida del carnaval de Ranchillos. También declararán sus cuatro hermanos, detenidos por encubrimiento, por enterrar el Renault 9 implicado en el fondo de su casa, en La Tala

 LLEGADA A TRIBUNALES. Jorge Sánchez (izquierda) junto a su abogado. LLEGADA A TRIBUNALES. Jorge Sánchez (izquierda) junto a su abogado.
20 Febrero 2016

Una persona que conoce a la familia se comunicó con la Policía y avisó que los Sánchez tenían un auto idéntico al que describían los testigos de la tragedia de Ranchillos. Esa fue la punta del ovillo que condujo a los investigadores a la casa de Jorge Sánchez (de 31 años), el presunto autor del accidente donde murieron tres personas y resultaron heridas otras dos.

Los policías de la Unidad Regional Este se presentaron el jueves a la tarde en la vivienda, ubicada a 10 kilómetros de Ranchillos, en el paraje La Tala. Con una orden de allanamiento, ingresaron a la propiedad y comenzaron a buscar el vehículo: un Renault 9 color azul. Allí se encontraron con varios autos y camionetas, que aparentemente estaban en ese lugar para ser reparados. Pero el Renault azul no aparecía.

Casi al final de la propiedad, cerca de los cañaverales, observaron una plantación de papas y zapallos, que parecían haber sido sembrados hace poco. A los policías les llamó la atención que el color de la tierra en ese sector era distinto al del resto del lugar. En ese momento llegó a la casa un auto, del que se bajaron cuatro personas. Eran los hermanos de Sánchez. Los uniformados preguntaron por el Renault 9 azul, pero los hombres insistían en que no sabían nada. Un rato después, cuando supieron que el fiscal Diego López Ávila estaba en camino y que corrían el riesgo de quedar detenidos, terminaron indicándoles a los policías que el auto estaba debajo de los zapallos y las papas.

Pala en mano, los policías comenzaron a cavar. De a poco iban apareciendo ante sus ojos las partes del vehículo, que había sido seccionado antes de que lo enterraran. Sólo le faltaba el motor, que fue hallado más tarde en la casa de uno de los hermanos, en la zona de Ranchillos.

Un tractor, custodiado por un auto de la Policía, trasladaba ayer a la mañana hacia la comisaría de Ranchillos los vehículos que el fiscal había ordenado que secuestraran: un tractor, una rastra de discos que habían usado para arar el terreno, un Renault 19 y otro Renault 9. López Ávila quería saber si alguno de esos rodados tenía pedido de secuestro por alguna causa.

En la dependencia policial, mientras tanto, peritos de la división Criminalística analizaban el auto desguazado que habían rescatado de las entrañas de la tierra.

Paralelamente, los cuatro hermanos de Jorge Sánchez eran llevados desde la Regional Este hacia los tribunales penales para que presten declaración ante López Ávila. Sólo faltaba el conductor, que se entregaría pocas horas más tarde, acompañado por su abogado Pablo Cisneros, quien también defiende a sus hermanos. En la primera charla que tuvo con el conductor, lo convenció de entregarse a la Justicia.

Alrededor de las 17.20 de ayer y bajo una fuerte lluvia, Jorge Sánchez llegó en el auto de su defensor a Tribunales. No hizo declaraciones ante la prensa y dio vuelta la cabeza para que nadie viera su rostro. Sin embargo, se pudo ver que su nariz mostraba un duro golpe en vías de cicatrización. Según lo que expresó a este medio el abogado Cisneros, tanto Jorge Sánchez como sus cuatro hermanos estuvieron en la sede de Tribunales hasta altas horas de la noche de ayer, pero recién prestarán declaración ante el fiscal López Ávila hoy a las 9 de la mañana.

Todos se encuentran en la comisaría de Lastenia en calidad de detenidos. Sobre los hermanos de Sánchez pesan los cargos de encubrimiento. La causa está caratulada como triple homicidio culposo.

Si bien el abogado de la familia Sánchez prefirió no entrar en detalles sobre lo que dirán sus defendidos, quiso dejar en claro, ante los rumores que se desataron desde el accidente, que el conductor “no tiene ningún tipo de antecedentes y jamás estuvo en la cárcel”.

El hecho ocurrió en la madrugada del lunes pasado. A la salida del carnaval de Ranchillos, un Renault 9 atropelló al menos a seis personas, de las cuales murieron tres: Sol Maribel Álvarez (13 años), Hugo Daniel Barrera (25) y Ramona Marcela Giménez (40). Por su parte las jóvenes Lucía Micaela Ayala (16) y Antonella Tarascio (15, hija de Ramona Giménez) fueron llevadas al Hospital Padilla y están en plena recuperación.

“Se levantó en medio de la noche y se puso a cavar”

“Todo el mundo entra a la casa, busca, saca fotos, sale y nadie se fija en cómo vivimos nosotros”, se quejaron Lara del Valle Tapia y Eudoro Sánchez. Son los abuelos deJorge Sánchez, el acusado de matar con su auto a tres personas en Ranchillos y de herir a dos más.

La casa es extremadamente humilde y está alejada de todo. En al menos 10 kilómetros a la redonda, no hay pavimento, ni hospitales, ni comisarías, ni supermercados. El Tala, donde viven, está escondido entre los cañaverales. Ni siquiera las casas están una pegada a la otra. 

En el caso de los abuelos, la vivienda más cercana es la de sus nietos, a unos 15 o 20 metros. Pero la persona que enterró el Renault 9, con el que se cometió el accidente, no lo hizo en su casa, sino en la de Tapia y Sánchez. Al fondo, donde empiezan las plantaciones de caña, cavó un pozo y escondió el vehículo. “Se levantó en medio de la noche y se puso a cavar”, contaron los abuelos y aseguraron que ignoraban lo que había enterrado su nieto. Y rompieron en llanto. “No puede ser que lo culpen a él, nos dijeron que esa gente (las víctimas) iban caminando en medio de la ruta”, intentaban explicar. Agregaron que después de esa noche no volvieron a ver a su nieto y eso fue todo lo que dijeron acerca del accidente. 

Ambos remarcaron que viven en la pobreza absoluta y que, el día del allanamiento sintieron la indiferencia de todas las personas que entraron a la casa. “Encima se llevaron los vehículos que estaban acá para arreglarlos, qué les voy a decir ahora a los dueños”, se quejó el hombre, sobre el secuestro de la Policía.

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