16 Febrero 2016
Con el fin de determinar la composición química de pinturas rupestres milenarias y contribuir a su conservación, técnicos del INTI y de dos universidades realizaron estudios en la Sierra de Ancasti (Catamarca) con una metodología de análisis que podrá implementarse en otros grabados similares.
El estudio de materiales arqueológicos que lleva adelante INTI-Química corresponde a la arqueometría, disciplina que se encuentra en pleno auge.
En esta línea, investigadores del INTI participaron de una exploración conjunta con la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) y el Instituto de Investigaciones sobre Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en las Cuevas de Oyola de la Sierra de Ancasti.
“La investigación permitió conocer que las pinturas fueron realizadas con materiales locales, como yeso y arcilla. Además se detectaron diferentes preparaciones de pinturas en tonos rojos y blancos, lo cual supone complejas técnicas de elaboración en la confección de los motivos”, explicó Lucas Gheco, de la UNCA, a la agencia Télam.
A partir del análisis químico se identificó la presencia de óxido de hierro en coloraciones rojizas; cactus como material aglutinante; y oxalato de calcio en los pigmentos blancos, compuesto que pudo originarse del accionar de líquenes a lo largo del tiempo.
“Será nuestra prioridad en los futuros estudios detectar posibles compuestos orgánicos empleados en la preparación de las pinturas”, anticipa Gheco.
“Creemos que recuperar el patrimonio cultural es también apoyar el mejor desarrollo de las industrias culturales”, destacó Rodrigo Álvarez del INTI.
El estudio de materiales arqueológicos que lleva adelante INTI-Química corresponde a la arqueometría, disciplina que se encuentra en pleno auge.
En esta línea, investigadores del INTI participaron de una exploración conjunta con la Escuela de Arqueología de la Universidad Nacional de Catamarca (UNCA) y el Instituto de Investigaciones sobre Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), en las Cuevas de Oyola de la Sierra de Ancasti.
“La investigación permitió conocer que las pinturas fueron realizadas con materiales locales, como yeso y arcilla. Además se detectaron diferentes preparaciones de pinturas en tonos rojos y blancos, lo cual supone complejas técnicas de elaboración en la confección de los motivos”, explicó Lucas Gheco, de la UNCA, a la agencia Télam.
A partir del análisis químico se identificó la presencia de óxido de hierro en coloraciones rojizas; cactus como material aglutinante; y oxalato de calcio en los pigmentos blancos, compuesto que pudo originarse del accionar de líquenes a lo largo del tiempo.
“Será nuestra prioridad en los futuros estudios detectar posibles compuestos orgánicos empleados en la preparación de las pinturas”, anticipa Gheco.
“Creemos que recuperar el patrimonio cultural es también apoyar el mejor desarrollo de las industrias culturales”, destacó Rodrigo Álvarez del INTI.
Lo más popular