13 Febrero 2016
CONMOVIDO. Burman presentó el filme junto con sus protagonistas, Alan Sabbagh y Julieta Zylberberg. foto tomada de twitter @burmandaniel
Al director argentino Daniel Burman lo emociona sobremanera haber inaugurado ayer con “El rey del Once” la sección Panorama Special de la Berlinale, el certamen en el que debutó y del que se ha llevado algunos de los mayores reconocimientos en su carrera. “Hace casi 20 años vine con mi primera película, ‘Un crisantemo estalla en cinco esquinas’. Era muy joven, no conocía Europa. Era la primera vez que me subía a un avión y fue el momento en el que sentí que podía (hacer cine)”, señaló en una entrevista con la agencia DPA.
“Después volví con otras películas. Con ‘El abrazo partido’ gané un premio (el del Jurado, el segundo en importancia) que para mí fue muy importante. Tener el honor de abrir Panorama Special me tiene en un estado de satisfacción absoluta”, señaló el cineasta, quien considera que tiene un vínculo emocional con la capital alemana que va más allá de su faceta como director.
“Berlín abre una ventana a Europa y al mundo -insistió-. Es un público tremendamente exigente y cariñoso a la vez. Es una experiencia intransmisible. Incluso me encanta el frío, que la sala sea el lugar más cálido en el que estar”, agregó Burman, cuya película trata sobre un joven de origen judío que reside en Nueva York y que regresa a Buenos Aires -específicamente al barrio de Once- para reencontrarse con su padre y, más que nada, con sus orígenes.
“Es imprescindible volver -afirmó, tajante-. Uno huye de la infancia porque huye de los padres y, como en cualquier huida, lleva algunas herramientas y a otras las deja en el camino. Hay un momento, que para mí tiene que ver con la mediana edad, con la paternidad, en que falta algo y eso que falta está en la infancia. Se puede volver a la infancia para tener una adultez más completa”, concluyó.
Misteriosa aparición
En la misma sección del festival se podrá ver hoy y mañana otro filme argentino. Se trata de “La helada negra”, del director Maximiliano Schonfeld, una fábula protagonizada por Ailín Salas, Lucas Schell y pobladores de la localidad entrerriana de Valle María, de donde es oriundo el realizador.
La película narra con cuidada extrañeza la misteriosa aparición de una joven sanadora en los campos desiertos de una comunidad rural de inmigrantes alemanes. Allí, un fenómeno meteorológico desconocido destruyó los sembradíos y mató a todos los animales de granja.
“El disparador fue la aparición de un niño sanador en las cercanías de la localidad de Crespo, que decía que tenía contactos con la Virgen -recordó Schonfeld, en charla con Télam-. Apareció cuando estábamos filmando ‘Germania’ (su anterior película) y toda la gente se apostaba alrededor de su casa y hacía colas larguísimas esperando ser atendidos por él”.
“Después volví con otras películas. Con ‘El abrazo partido’ gané un premio (el del Jurado, el segundo en importancia) que para mí fue muy importante. Tener el honor de abrir Panorama Special me tiene en un estado de satisfacción absoluta”, señaló el cineasta, quien considera que tiene un vínculo emocional con la capital alemana que va más allá de su faceta como director.
“Berlín abre una ventana a Europa y al mundo -insistió-. Es un público tremendamente exigente y cariñoso a la vez. Es una experiencia intransmisible. Incluso me encanta el frío, que la sala sea el lugar más cálido en el que estar”, agregó Burman, cuya película trata sobre un joven de origen judío que reside en Nueva York y que regresa a Buenos Aires -específicamente al barrio de Once- para reencontrarse con su padre y, más que nada, con sus orígenes.
“Es imprescindible volver -afirmó, tajante-. Uno huye de la infancia porque huye de los padres y, como en cualquier huida, lleva algunas herramientas y a otras las deja en el camino. Hay un momento, que para mí tiene que ver con la mediana edad, con la paternidad, en que falta algo y eso que falta está en la infancia. Se puede volver a la infancia para tener una adultez más completa”, concluyó.
Misteriosa aparición
En la misma sección del festival se podrá ver hoy y mañana otro filme argentino. Se trata de “La helada negra”, del director Maximiliano Schonfeld, una fábula protagonizada por Ailín Salas, Lucas Schell y pobladores de la localidad entrerriana de Valle María, de donde es oriundo el realizador.
La película narra con cuidada extrañeza la misteriosa aparición de una joven sanadora en los campos desiertos de una comunidad rural de inmigrantes alemanes. Allí, un fenómeno meteorológico desconocido destruyó los sembradíos y mató a todos los animales de granja.
“El disparador fue la aparición de un niño sanador en las cercanías de la localidad de Crespo, que decía que tenía contactos con la Virgen -recordó Schonfeld, en charla con Télam-. Apareció cuando estábamos filmando ‘Germania’ (su anterior película) y toda la gente se apostaba alrededor de su casa y hacía colas larguísimas esperando ser atendidos por él”.
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