Las lágrimas se repetían en cada rostro de los presentes. En medio de un profundo dolor y desconsuelo, hoy despidieron a Juan José Vides, el policía que murió anoche luego de haber sido baleado durante un tiroteo con una banda de delincuentes, el martes.
Los restos de agente arribaron esta mañana a Concepción, su ciudad natal, y durante todo el día, familiares, amigos y colegas se acercaron hasta una sala de 24 de Septiembre y Alberdi para brindarle el último adiós.
Alrededor de las 5 de la tarde, los restos del policía fueron llevados hasta la plaza principal de Concepción y luego hasta la iglesia de la ciudad donde se le brindó una misa. "Vides nos dejó un ejemplo concreto. No de odio, ni de rencor; de dar vida", dijo el sacerdote que dio la ceremonia religiosa.
El policía tenía 35 años, una esposa embarazada y una hija de nueve años. Además, llevaba ocho años en la fuerza. Vides ingresó al hospital con dos orificios en la cabeza: uno en la frente y otro en la nuca. Los médicos anunciaron que había sufrido muerte cerebral y que su estado era irreversible.
En la persecución, que se inició en la zona sur de la ciudad, luego del asalto que sufrió un repartidor de gaseosas, los ladrones intercambiaron disparos con los policías y Vides resultó gravemente herido.
Todo el operativo culminó en avenida América y San Martín, en la playa de una estación de servicio, donde fueron detenidos los sospechosos. Todos contaban con antecedentes y uno de ellos tenía pedido de captura por no haber regresado al pena tras haber salido con permiso extramuros.