Los pasajeros suben al avión con su propia comida

Los pasajeros suben al avión con su propia comida

Las aerolíneas sirven alimentos envasados.

17 Enero 2016

Joshua Brokman - The New York Times

Los personas que viajan por negocios tienen bastante en qué pensar cuando están en el avión. Una vez que la nave guarda el tren de aterrizaje, las computadoras portátiles se apoyan sobre la mesa plegable de la butaca delantera. Sin embargo, sumergirse en hojas de cálculo, en planes de negocios y en correos electrónicos requiere algún sustento alimenticio. Entonces, ¿qué hay en el menú de las aerolíneas? No mucho si se viaja en clase económica, afirmó Mike DeFrino, director ejecutivo de la empresa Kimpton Hotels & Restaurants, especializada en servicios de hospedaje y gastronomía.

“No hay nada peor que un vuelo de seis horas, en el cual se sirve solamente los alimentos preempacados que hay en el avión”, observó DeFrino, quien vive en la ciudad norteamericana de San Francisco. “Por eso, siempre como algo en el aeropuerto”, agregó.

A medida que las líneas aéreas limitan el servicio de comida a la mayoría de los pasajeros, los viajeros frecuentes desarrollan formas creativas para mantenerse alimentados e hidratados. Además, DeFrino aseguró que hay empresas de transporte aéreo que sirven latas de sardinas para los pasajeros de la clase económica. Además, señaló que muchas compañías ofrecen alimentos calientes que despiden un fuerte olor dentro de la cabina.

Ideas para comer sano

Gabrielle Novacek, una empresaria del grupo Boston Consulting, contó que viaja en clase empresarial, por lo tanto disfruta de un servicio de mejor calidad. Para evitar la comida de los aviones, prefiere llevar una despensa propia. Entonces, guarda en el equipaje de mano alimentos caseros que complementa con lo que compra en el aeropuerto. Afirmó que suele llevar arroz, mezclado con algunos vegetales frescos, que se pueden consumir fríos. Su objetivo es evitar la sal, las grasas, los conservantes y alimentos procesados. “Siempre compro los alimentos porque, por lo general, es difícil encontrar en un avión una comida preempacada que sea buena”, reflexionó.

En Estados Unidos, los pasajeros pueden llevar alimentos sólidos, pero la Administración para la Seguridad en el Transporte prohibe pasar por los puestos de revisión más de 96 gramos de líquidos consumibles o de pastas que incluyen las que son para untar, las salsas y el yogur. No obstante, esos productos se pueden adquirir después de pasar por el control aeroportuario, y subirlos a bordo del avión.

Los pasajeros de vuelos internacionales tienen el desafío de atravesar muchos husos horarios, que pueden confundir al reloj biológico. Peter Huntsman, director ejecutivo de Huntsman, un fabricante mundial de químicos, vuela regularmente desde la ciudad norteamericana de Houston hasta Asia, incluidos países como China, India y Arabia Saudita. El empresario manifestó que se aclimata para estos prolongados viajes, ajustando su ciclo de sueño un día o dos antes del viaje, corriendo de varios kilómetros cada mañana e ingiriendo una dieta que es 90% vegetariana, con algo de pescado.

Los ejecutivos que vuelan en primera clase, o en categoría empresarial, tienen la obligación de utilizar el tiempo en el aire en forma efectiva para que retomar el trabajo apenas llegan al destino, analizó Huntsman. “Eso significa que hay que aprovechar el asiento para descansar, porque luego el trabajo debe continuar”, advirtió.

Además, Huntsman opinó que prefiere la calidad y la variabilidad del menú que ofrecen los operadores internacionales, como Lufthansa, Air France y Singapore Airlines. Su estrategia para comer consiste en crear su propio menú, seleccionando los productos para ingerir una comida liviana.

Lo propio hace Leila Janah, directora ejecutiva del grupo Sama, quien vuela regularmente a África. “Elijo con cuidado las comidas. Es la única forma de que mi cuerpo esté regulado”, sostuvo.

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