15 Enero 2016
EN EL INTERIOR. Tucumán es la primera provincia que visita Regazzoni; fue invitado por el gobernador Manzur. la gaceta / foto de oscar ferronato
Carlos Regazzoni (48 años) mueve las manos para explicar sus conceptos y da ejemplos para apoyar sus proyectos. Bromea y sonríe con facilidad, salvo cuando habla de la corrupción. Desde hace un mes, el doctor en medicina y ex funcionario de la Ciudad de Buenos Aires es el director Ejecutivo del Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados-PAMI. Se define como un macrista puro y asegura que quiere revolucionar la forma de trabajo y de prestación de servicios, con el apoyo de los empleados. Ayer estuvo en la provincia y, tras reunirse con el gobernador, Juan Manzur, visitó LA GACETA junto al legislador Alberto Colombres Garmendia (PRO).
“Nuestro enemigo no está en lo que paso, el revisionismo es una pérdida de energía. El afiliado necesita que la usemos para resolver sus problemas”, afirma para evitar ahondar en el estado en el que recibió al organismo de manos de su antecesor, el kirchnerista Luciano Di Césare (a quien denunció por defraudación). Expresa que prefiere mirar para adelante y comenzar con la transformación.
Brinda, sin embargo, un somero panorama. Menciona que los años de corrupción y de desmanejos administrativos derivaron en un sistema signado por la subprestación, las rutinas administrativas engorrosas, la mala atención al público y los números en rojo. “El PAMI paga hoy a sus prestadores a 90 o 120 días. A su vez, está funcionando con un déficit mensual de $250 millones y ya ha generado una deuda de más de $5.000 millones. Este quebranto en una organización, que recauda $6.500 millones mensuales y que los gasta íntegros en servicios, es un gran desafío de recomponer”, consigna. Explica que la magnitud de la obra social genera que cada cambio sea una modificación en el sistema de salud del país.
“El PAMI llega a cinco millones de afiliados entre jubilados, ex combatientes de Malvinas, menores a cargo de jubilados (400.000) y discapacitados. Además, están los dependientes, que son siete millones. Es un servicio que llega a un tercio de la población argentina”, calcula.
Detalla que entre sus iniciativas principales están:
1- implementar un sistema único de gestión administrativa y clínica. “Lo vamos a hacer y será el más sofisticado de América Latina. Generará la equidad de las prácticas en todo el país y un control del gasto”, valora.
2- que el afiliado no deba efectuar trámites. “Un equipo estudia los procesos para que el afiliado no tenga que hacer nada. Los harán el médico y el empleado. No es sencillo, pero se trabajará para lograrlo”, subraya.
3- trazar corredores de salud en el territorio, para que Buenos Aires no sea el lugar al que se acuda en busca de especialistas. “No es verdad que los mejores médicos están sólo en Buenos Aires. Hay seguro cinco o seis ciudades grandes del país que podrían resolver la problemática”, consigna.
4- que los turnos no sean a largo plazo. “Vamos a cambiar eso. A veces la demora en el turno es todo un circuito de demoras que quizás comenzó en la del pago. Por eso es importante que ponga al PAMI al día con las cuentas”, manifiesta.
Aseguró que no habrá despidos por cuestiones ideológicas en la institución. “El que no trabaje, no tiene nada que hacer y se tendrá que ir. El que sí lo haga, bienvenido porque hay mucho para hacer. El Presidente fue claro: vinimos a superar las diferencias”, añade.
No habla de plazos, aunque es optimista. “El horizonte es ambicioso y poner un plazo genera falsas expectativas. Sí podemos garantizar que cada día será mejor que los anteriores. Soy cortoplacista, por lo que probablemente en el primer semestre tengamos novedades”, adelanta en relación a sus proyecciones.
La sede tucumana
Tucumán es la primera provincia que Regazzoni visita. “Esta es una de las dependencias más importantes y donde más trabajo falta”, afirma y confirma que el director ejecutivo local será el abogado Isaías Ledesma.
“Nuestro enemigo no está en lo que paso, el revisionismo es una pérdida de energía. El afiliado necesita que la usemos para resolver sus problemas”, afirma para evitar ahondar en el estado en el que recibió al organismo de manos de su antecesor, el kirchnerista Luciano Di Césare (a quien denunció por defraudación). Expresa que prefiere mirar para adelante y comenzar con la transformación.
Brinda, sin embargo, un somero panorama. Menciona que los años de corrupción y de desmanejos administrativos derivaron en un sistema signado por la subprestación, las rutinas administrativas engorrosas, la mala atención al público y los números en rojo. “El PAMI paga hoy a sus prestadores a 90 o 120 días. A su vez, está funcionando con un déficit mensual de $250 millones y ya ha generado una deuda de más de $5.000 millones. Este quebranto en una organización, que recauda $6.500 millones mensuales y que los gasta íntegros en servicios, es un gran desafío de recomponer”, consigna. Explica que la magnitud de la obra social genera que cada cambio sea una modificación en el sistema de salud del país.
“El PAMI llega a cinco millones de afiliados entre jubilados, ex combatientes de Malvinas, menores a cargo de jubilados (400.000) y discapacitados. Además, están los dependientes, que son siete millones. Es un servicio que llega a un tercio de la población argentina”, calcula.
Detalla que entre sus iniciativas principales están:
1- implementar un sistema único de gestión administrativa y clínica. “Lo vamos a hacer y será el más sofisticado de América Latina. Generará la equidad de las prácticas en todo el país y un control del gasto”, valora.
2- que el afiliado no deba efectuar trámites. “Un equipo estudia los procesos para que el afiliado no tenga que hacer nada. Los harán el médico y el empleado. No es sencillo, pero se trabajará para lograrlo”, subraya.
3- trazar corredores de salud en el territorio, para que Buenos Aires no sea el lugar al que se acuda en busca de especialistas. “No es verdad que los mejores médicos están sólo en Buenos Aires. Hay seguro cinco o seis ciudades grandes del país que podrían resolver la problemática”, consigna.
4- que los turnos no sean a largo plazo. “Vamos a cambiar eso. A veces la demora en el turno es todo un circuito de demoras que quizás comenzó en la del pago. Por eso es importante que ponga al PAMI al día con las cuentas”, manifiesta.
Aseguró que no habrá despidos por cuestiones ideológicas en la institución. “El que no trabaje, no tiene nada que hacer y se tendrá que ir. El que sí lo haga, bienvenido porque hay mucho para hacer. El Presidente fue claro: vinimos a superar las diferencias”, añade.
No habla de plazos, aunque es optimista. “El horizonte es ambicioso y poner un plazo genera falsas expectativas. Sí podemos garantizar que cada día será mejor que los anteriores. Soy cortoplacista, por lo que probablemente en el primer semestre tengamos novedades”, adelanta en relación a sus proyecciones.
La sede tucumana
Tucumán es la primera provincia que Regazzoni visita. “Esta es una de las dependencias más importantes y donde más trabajo falta”, afirma y confirma que el director ejecutivo local será el abogado Isaías Ledesma.
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