13 Enero 2016
BUENOS AIRES.- El ex juez español Baltasar Garzón dimitió a su cargo en la administración pública kirchnerista, al que había accedido por orden de Cristina Fernández, y por el cual ganaba casi $ 100.000 mensuales. Fue la ex presidenta, su estrecha amiga, quien le entregó su DNI argentino como residente extranjero en un trámite express del que gozan muy pocos, y que en España recibió críticas.
Luego de trascendidos en medios de comunicación en España, desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que ahora conduce Germán Garavano, confirmaron que fue decisión del propio Garzón dar un paso al costado de su puesto con rango de subsecretario desde el que brindaba “asesoramiento internacional” a la Secretaría de Derechos Humanos, que ahora maneja Claudio Avruj. Por ese cargo, cobraba $ 96.368 brutos.
En cambio, a la directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la gestión K, Adriana Elba Arce, se le pidió la renuncia, señalaron desde el equipo de Garavano. Fue Arce quien le contó a los medios españoles que Garzón ya no se encuentra en la Argentina, y aseguró que representa a nuestro país ante la Unesco, y “ad honorem”, es decir sin cobrar un sueldo. Pero tras el cambio de Gobierno, en diciembre, tampoco queda clara esa función. La última actividad política K que se le conoció a Garzón fue su singular participación en la campaña electoral de Aníbal Fernández para gobernador de la provincia de Buenos Aires. El ex presidente Néstor Kirchner se encandiló con el juez que pidió la extradición a España de dictadores y represores del último régimen militar argentino.
Pero Garzón cayó en desgracia en su propio país. Después de conducir casos resonantes por crímenes de lesa humanidad, terrorismo, narcotráfico y corrupción; y de ser candidato y funcionario del socialismo, fue expulsado de la carrera judicial. En un discutible juicio lo inhabilitaron por el delito de prevaricato. (clarin.com)
Luego de trascendidos en medios de comunicación en España, desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, que ahora conduce Germán Garavano, confirmaron que fue decisión del propio Garzón dar un paso al costado de su puesto con rango de subsecretario desde el que brindaba “asesoramiento internacional” a la Secretaría de Derechos Humanos, que ahora maneja Claudio Avruj. Por ese cargo, cobraba $ 96.368 brutos.
En cambio, a la directora del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos de la gestión K, Adriana Elba Arce, se le pidió la renuncia, señalaron desde el equipo de Garavano. Fue Arce quien le contó a los medios españoles que Garzón ya no se encuentra en la Argentina, y aseguró que representa a nuestro país ante la Unesco, y “ad honorem”, es decir sin cobrar un sueldo. Pero tras el cambio de Gobierno, en diciembre, tampoco queda clara esa función. La última actividad política K que se le conoció a Garzón fue su singular participación en la campaña electoral de Aníbal Fernández para gobernador de la provincia de Buenos Aires. El ex presidente Néstor Kirchner se encandiló con el juez que pidió la extradición a España de dictadores y represores del último régimen militar argentino.
Pero Garzón cayó en desgracia en su propio país. Después de conducir casos resonantes por crímenes de lesa humanidad, terrorismo, narcotráfico y corrupción; y de ser candidato y funcionario del socialismo, fue expulsado de la carrera judicial. En un discutible juicio lo inhabilitaron por el delito de prevaricato. (clarin.com)
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