Nada de lamento: un amor boliviano

Ella portaba la bandera de Bolivia y él otra difícil de identificar. “Es la de mi provincia, Santa Cruz de la Sierra”, explicó Jenny Céspedes. Mientras la chica de ojos color miel instruía, Fabián, su esposo, hacía flamear la enseña santacruceña.

Los enamorados llegaron a las siete de la mañana. Pusieron su camioneta de frente al paso de los competidores con una sola meta: que se viera lo mejor posible la bandera boliviana hecha de cartulinas que pusieron en el parabrisas y la argentina de tela que ataron en la parrilla del vehículo. Con todo ese despliegue, esperaban tener algo de fortuna. “A los dos nos gusta la carrera y esperamos que pasen mis coterráneos y paren”, se ilusionó Céspedes.

“El que para seguro es Marcos Bulacia (compite en Autos). Ya nos conoce: una vez paró y nos dio su autógrafo”, recordó Cespedes. La pareja armó otro cartel para probar suerte, con una estrella que convoca más allá de cualquier nacionalidad. “Queremos que Robby Gordon se detenga”, afirmó Fabián, que es endurista. En la caja de la camioneta aguardaba otra cartulina con la frase en inglés para que el estadounidense frenara y estampara la firma.