La transformación de Guillermo Cañas

La transformación de Guillermo Cañas

El ex N°8 del mundo llegó a pesar 122 kilos.

DESPUÉS. “Willy” se lesionó -ya retirado- y subió de peso.  puntodebreak.com DESPUÉS. “Willy” se lesionó -ya retirado- y subió de peso. puntodebreak.com
08 Enero 2016
DOHA.- Si Guillermo Cañas está atravesando una crisis, nadie duda que podrá superarla. Esa era la sensación que daba en cualquier cancha de tenis y también ahora, a seis años de su retiro del circuito profesional. Justamente esa condición, la de ex jugador, fue la que lo puso en aprietos durante este tiempo, pero como luchador que es supo levantarse.

“Después del retiro (en 2010) hacía mucho ejercicio, pero hace dos años me lesioné la rodilla y lo dejé completamente. Por estrés laboral empecé a comer y engordé 26 kilos”, contó el ex número ocho del mundo desde Doha. Allí llegó como entrenador del ruso Teymuraz Gabashvili, a quien dirige hace cuatro años. Antés había asesorado al letón Ernests Gulbis.

Actualmente, el bonaerense reparte su tiempo entre la coordinación de la academia de tenis que fundó hace siete años en Miami y la compañía a Gabashvili en ciertos torneos.

“Cuando estoy muchas horas seguidas en la academia y no puedo hacer actividad física me estreso y entonces empiezo a comer”, confesó Cañas, que llegó a pesar 122 kilos en su peor momento. “Pude bajar hasta 90. Pero ahora volví a subir, 10 kilos en los últimos dos meses. Estoy en 100 nuevamente. Como jugador competía con 83 y 85, pero no creo que llegue a 85 nunca más. Entre 92 y 95 es donde tengo que estar”, explicó.

¿Y cuáles eran las debilidades de Cañas, cuando comía? “Cuando estaba excedido comía cualquier cosa, sobre todo lo dulce, que me gusta mucho. Además, no es que como dos facturas; como dos docenas. O en lugar de una pizza me como tres”, detalló.

La transformación que sufrió Cañas durante esa etapa fue notoria. Obviamente, tuvo que cambiar todo su ropero para dotarlo con nuevas prendas. “Se me concentra sobre todo en las piernas y en el culo (sic). Tuve que comprar un montón de ropa nueva, la que tenía no me entraba. Y lo hice las dos veces que engordé. Hace poco volví a usar ropa que no me ponía hace mucho tiempo”, reconoció sin tapujos.

¿Y cuánto se mantuvo así? “Fueron dos años con ese peso entre 116 y 122 kilos; empezó en 2014. Una vez sola había pasado los 90 y me asusté, pero después no paré: pasé los 100, los 120... Se me fue de las manos”, relató.

Fueron dos años en los que no se vio mucho de su correr incesante, como lo hacía en la cancha. Tampoco de su necesidad imperiosa de sobreponerse a cualquier adversidad. Ahora mismo no está en el peso ideal, pero ya salió de lo peor. “Después de Australia volveré a cuidarme”, prometió. Y no hay razones para no creerle a uno de los batalladores del circuito, que llegó a ser octavo en el ranking mundial. (Especial-DPA)

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