06 Enero 2016
La mataron de un disparo en el cuello por defender a un supuesto ladrón en fuga
Un comerciante apodado “Bicho” sería el autor del disparo que terminó con la vida de Claudia Vallejo, quien dejó seis hijos. Por el hecho, que tuvo lugar el lunes a la tarde en el barrio Ejército Argentino, hay cuatro sospechosos detenidos.
DOLOR. Familiares, amigos y vecinos de la mujer en el barrio Ejército Argentino acompañaron el paso del féretro bajo la lluvia, clamando por justicia. la gaceta / foto de inés quinteros orio
La imagen partía el alma. Empapados por la lluvia y en medio de llantos, los seis hijos de Claudia Paola Vallejo (37), miraban ayer cómo familiares, amigos y vecinos aplaudían el paso del ataúd con los restos de su madre y clamaban por justicia. La mujer fue asesinada a balazos el lunes por la tarde, al frente de su casa, ubicada en el pasaje Lucía Aráoz 2.749 (altura Coronel Zelaya al 1.400), en el barrio Ejército Argentino, al suroeste de la capital.
Según relataron testigos, Vallejo conversaba con un vecino en la vereda del frente de su casa, donde vive su media hermana, cuando trató de defender a un joven en moto que era perseguido por cuatro hombres que circulaban armados en un Chevrolet Corsa. Lo perseguían -trascendió- porque lo acusaban de ser el supuesto autor de un robo cometido días antes en un comercio de la zona. De acuerdo con familiares y vecinos que presenciaron el hecho, el dueño del negocio, apodado “Bicho”, le hizo dos disparos con un arma larga a la mujer (uno en el rostro y el otro, que es el que habría ocasionado el deceso, en el cuello). Según consta en el expediente, el agresor le gritó a Vallejo: “¡Tomá, por alcahueta!”.
Por el hecho, el supuesto homicida quedó detenido junto a su hijo, de 23 años, y a otros dos mayores que viajaban en el auto. Además, fuentes de la investigación indicaron anoche a LA GACETA que era inminente la detención de un quinto sospechoso que los acompañaba. En tanto, el supuesto ladrón que era perseguido quedó en libertad luego de prestar declaración, ya que no había ninguna prueba que lo incrimine. En este sentido, los informantes confirmaron que no hay registros sobre una denuncia reciente por algún robo a ese local.
El presunto agresor vive y tiene su local, dedicado a la venta de indumentaria, en el pasaje Lucía Aráoz al 2.400, apenas a tres cuadras de distancia del domicilio de la víctima. Por disposición de la fiscala de turno, Marta Mariana Rivadeneira, desde el lunes por la noche se apostó al frente de esa casa una consigna policial, como medida preventiva ante la posibilidad de que los familiares de Vallejo tomen represalias en un intento de hacer justicia por mano propia.
Según la Policía, los cuatro detenidos fueron apresados el lunes por la noche en ese domicilio, aunque no se encontró la supuesta arma homicida. “En el momento de la requisa, solamente se secuestró un revólver calibre 32 largo, pero no había ningún arma larga”, añadió la fuente.
Javiera Lescano, media hermana de la víctima y testigo presencial, dio su versión del hecho en diálogo con LA GACETA: “mi hermana conversaba en la vereda con un vecino cuando apareció este chico al que venían siguiendo, y se le quedó la moto al frente de la casa. Al ver que el auto en el que andaba esta gente con un arma se acercaba por la esquina de la calle Coronel Zelaya y doblaba hacia el pasaje, mi hermana le gritó que se apure, que lo perseguían, y ella se metió en mi casa. Cuando sacó la cabeza por el portón para ver lo que pasaba, le dispararon en la cabeza. Antes de irse le gritaron que eso le pasaba por alcahueta”.
La víctima vivía en la misma casa con su padre, Carlos Vallejo (66), y sus seis hijos varones. “Me dejó con seis nietos, el mayor de 16 y el menor de 4 años, que se van a quedar conmigo, porque ella estaba sola. Vamos a necesitar ayuda, porque solamente tenemos como ingreso mi jubilación, y no alcanza”, dijo el hombre.
Un barrio peligroso
Vecinos del barrio Ejército Argentino consultados por LA GACETA coincidieron en que viven atemorizados por la inseguridad y que el principal problema son los jóvenes que se reúnen en las esquinas para consumir drogas.
“Los chicos se juntan a toda hora para drogarse, y les roban a quienes pasan por la calle. Vivimos llamando al 911 y mandan gente cada vez que se produce un hecho, pero después se van”, contó Vanesa, que trabaja en un comercio de Coronel Zelaya al 1.400. “El barrio es cada vez más inseguro y hay robos todos los días. Los chicos se la pasan drogándose en las esquinas. Hay asaltos en la calle prácticamente todos los días”, expresó, a su turno, Cristian Espinoza, que vive a seis cuadras del lugar del crimen.
Yolanda Carabajal, vecina de la mujer asesinada expresó que es una pena lo que está pasando con los jóvenes en el barrio. “Por no tener objetivos claros en su vida, cometen errores”, dijo.
“En el barrio hay vecinos buenos, pero a veces los chicos causan problemas”, opinó, a su turno, Elsa Boloñez, que vive desde hace 37 años en la zona.
Vivir con miedo
“En el barrio se vive con miedo. Hay muchos arrebatos en la calle y asaltos”, relató a LA GACETA Noelia Figueroa, quien vive en la misma cuadra en la que fue asesinada Claudia Vallejo. La joven relató que “para ir a trabajar hay que salir con una bolsa de plástico, porque llevar un bolso es peligroso. La Policía brilla por su ausencia”, resumió la joven.
Justicia por mano propia
1- La semana pasada se habría producido un robo en un comercio del pasaje Lucía Aráoz al 2.400, en el barrio Ejército Argentino.
2- El dueño del comercio, su hijo y dos amigos, salieron en un auto a buscar al supuesto ladrón para hacer justicia por mano propia.
3- El lunes a la tarde, los sospechosos encontraron al presunto ladrón cuando circulaba en moto por el pasaje Lucía Aráoz al 2.700.
4- Vallejo habría intentado defender al joven perseguido cuando, por razones no se conocen aún, el comerciante le habría disparado.
5- El lunes a la noche, el dueño del comercio, apodado “Bicho”, fue detenido en su domicilio junto a los otros tres sospechosos.
6- La víctima, que tenía 37 años y dejó seis hijos, el mayor de 16 y el menor de cuatro, fue enterrada ayer en el cementerio de Alderetes.
Según relataron testigos, Vallejo conversaba con un vecino en la vereda del frente de su casa, donde vive su media hermana, cuando trató de defender a un joven en moto que era perseguido por cuatro hombres que circulaban armados en un Chevrolet Corsa. Lo perseguían -trascendió- porque lo acusaban de ser el supuesto autor de un robo cometido días antes en un comercio de la zona. De acuerdo con familiares y vecinos que presenciaron el hecho, el dueño del negocio, apodado “Bicho”, le hizo dos disparos con un arma larga a la mujer (uno en el rostro y el otro, que es el que habría ocasionado el deceso, en el cuello). Según consta en el expediente, el agresor le gritó a Vallejo: “¡Tomá, por alcahueta!”.
Por el hecho, el supuesto homicida quedó detenido junto a su hijo, de 23 años, y a otros dos mayores que viajaban en el auto. Además, fuentes de la investigación indicaron anoche a LA GACETA que era inminente la detención de un quinto sospechoso que los acompañaba. En tanto, el supuesto ladrón que era perseguido quedó en libertad luego de prestar declaración, ya que no había ninguna prueba que lo incrimine. En este sentido, los informantes confirmaron que no hay registros sobre una denuncia reciente por algún robo a ese local.
El presunto agresor vive y tiene su local, dedicado a la venta de indumentaria, en el pasaje Lucía Aráoz al 2.400, apenas a tres cuadras de distancia del domicilio de la víctima. Por disposición de la fiscala de turno, Marta Mariana Rivadeneira, desde el lunes por la noche se apostó al frente de esa casa una consigna policial, como medida preventiva ante la posibilidad de que los familiares de Vallejo tomen represalias en un intento de hacer justicia por mano propia.
Según la Policía, los cuatro detenidos fueron apresados el lunes por la noche en ese domicilio, aunque no se encontró la supuesta arma homicida. “En el momento de la requisa, solamente se secuestró un revólver calibre 32 largo, pero no había ningún arma larga”, añadió la fuente.
Javiera Lescano, media hermana de la víctima y testigo presencial, dio su versión del hecho en diálogo con LA GACETA: “mi hermana conversaba en la vereda con un vecino cuando apareció este chico al que venían siguiendo, y se le quedó la moto al frente de la casa. Al ver que el auto en el que andaba esta gente con un arma se acercaba por la esquina de la calle Coronel Zelaya y doblaba hacia el pasaje, mi hermana le gritó que se apure, que lo perseguían, y ella se metió en mi casa. Cuando sacó la cabeza por el portón para ver lo que pasaba, le dispararon en la cabeza. Antes de irse le gritaron que eso le pasaba por alcahueta”.
La víctima vivía en la misma casa con su padre, Carlos Vallejo (66), y sus seis hijos varones. “Me dejó con seis nietos, el mayor de 16 y el menor de 4 años, que se van a quedar conmigo, porque ella estaba sola. Vamos a necesitar ayuda, porque solamente tenemos como ingreso mi jubilación, y no alcanza”, dijo el hombre.
Un barrio peligroso
Vecinos del barrio Ejército Argentino consultados por LA GACETA coincidieron en que viven atemorizados por la inseguridad y que el principal problema son los jóvenes que se reúnen en las esquinas para consumir drogas.
“Los chicos se juntan a toda hora para drogarse, y les roban a quienes pasan por la calle. Vivimos llamando al 911 y mandan gente cada vez que se produce un hecho, pero después se van”, contó Vanesa, que trabaja en un comercio de Coronel Zelaya al 1.400. “El barrio es cada vez más inseguro y hay robos todos los días. Los chicos se la pasan drogándose en las esquinas. Hay asaltos en la calle prácticamente todos los días”, expresó, a su turno, Cristian Espinoza, que vive a seis cuadras del lugar del crimen.
Yolanda Carabajal, vecina de la mujer asesinada expresó que es una pena lo que está pasando con los jóvenes en el barrio. “Por no tener objetivos claros en su vida, cometen errores”, dijo.
“En el barrio hay vecinos buenos, pero a veces los chicos causan problemas”, opinó, a su turno, Elsa Boloñez, que vive desde hace 37 años en la zona.
Vivir con miedo
“En el barrio se vive con miedo. Hay muchos arrebatos en la calle y asaltos”, relató a LA GACETA Noelia Figueroa, quien vive en la misma cuadra en la que fue asesinada Claudia Vallejo. La joven relató que “para ir a trabajar hay que salir con una bolsa de plástico, porque llevar un bolso es peligroso. La Policía brilla por su ausencia”, resumió la joven.
Justicia por mano propia
1- La semana pasada se habría producido un robo en un comercio del pasaje Lucía Aráoz al 2.400, en el barrio Ejército Argentino.
2- El dueño del comercio, su hijo y dos amigos, salieron en un auto a buscar al supuesto ladrón para hacer justicia por mano propia.
3- El lunes a la tarde, los sospechosos encontraron al presunto ladrón cuando circulaba en moto por el pasaje Lucía Aráoz al 2.700.
4- Vallejo habría intentado defender al joven perseguido cuando, por razones no se conocen aún, el comerciante le habría disparado.
5- El lunes a la noche, el dueño del comercio, apodado “Bicho”, fue detenido en su domicilio junto a los otros tres sospechosos.
6- La víctima, que tenía 37 años y dejó seis hijos, el mayor de 16 y el menor de cuatro, fue enterrada ayer en el cementerio de Alderetes.
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