Santiago Cordero: el correcaminos que se hizo Puma

Santiago Cordero: el correcaminos que se hizo Puma

En el Mundial de Inglaterra, la velocidad del wing surgido en Regatas fue determinante para que el seleccionado de rugby sorprendiera a sus rivales

ESCURRIDIZO. La agilidad de Santiago Cordero, combinada con su velocidad, lo vuelven un jugador muy difícil de controlar para las defensas rivales. reuters ESCURRIDIZO. La agilidad de Santiago Cordero, combinada con su velocidad, lo vuelven un jugador muy difícil de controlar para las defensas rivales. reuters
Meses atrás fue una de las revelaciones en el Mundial de Rugby. Mientras Los Pumas hacían su trabajo, Santiago Cordero dejaba surcos en cada excursión hacia un ingoal adversario con la prepotencia de su velocidad y sus cambios de paso. Pasada ya la efervescencia del cuarto puesto en Inglaterra, el wing de Regatas Bella Vista arranca un 2016 que marcará un paso más del rugby argentino hacia el primer mundo competitivo.

- ¿Podés creer que todavía hay gente que se sorprende con tu velocidad?

- Yo ya me acostumbré (risas). Soy rápido desde que me acuerdo. Rápido e inquieto, me gusta moverme. Y, claro, también correr. Siempre leí que la velocidad es una condición natural, pero quizá haya influido un poco para potenciar esa cualidad algo absolutamente fortuito. Cuando yo era chico mis viejos compraron una cama elástica, de esas que hoy son relativamente comunes, pero que hace 15 años no se veían tanto. Yo me la pasaba ahí arriba picando y picando, haciendo piruetas, tirando mortales, hasta que me bajaba porque me dolían las piernas. Y esto de que me dolían es literal, a punto tal que un día mi mamá me llevó al médico porque yo lloraba del dolor. El doctor que me vio le dijo que no eran normales los gemelos que tenía, que estaban demasiado desarrollados. No tenía nada que ver con el dolor pero sí con la velocidad y fue el comentario que quedó como anécdota.

- ¿Te acordás de algún momento en que te hayas dado cuenta de que eras más rápido que el resto?

- De chiquito era el que tomaba la pelota y tiraba medialunas larguísimas que empezaban cerca de mi ingoal y terminaban en el otro. La diferencia de velocidad era notoria, aunque ni mis compañeros ni yo pensábamos en eso. De chico no le das tanta bolilla a las razones de lo que nos pasa, simplemente son así. Yo corría muy rápido. Nada más.

- En época de juveniles ¿te llegó algún comentario de gente de otros clubes que destacaran esa condición? Porque tu velocidad sobresalía no sólo a nivel de Regatas…

- Jamás me dijeron algo directamente. Lo único que me llegaba eran comentarios de compañeros de camada, de otros clubes, a través de mis amigos. Algo así como cruzarse en una fiesta habiendo jugado poco tiempo atrás y que les dijeran algo. Eso pasó varias veces, pero nunca fue nada fuerte o de alguien importante en el deporte.

- Desde que apareciste en primera de tu club nunca hubo dudas de lo que eras con la pelota en las manos pero sí con tu juego en defensa. ¿Sentiste eso?

- De chico, siendo fullback, me valía de mi velocidad para esperar, barrer y tacklear, mayoritariamente de costado. Cuando la competencia se hizo más seria me di cuenta de que me costaba la situación de mano a mano cuando me llegaban de frente. Me lo dijeron, lo vi y lo sentí. Jamás había trabajado específicamente en el juego defensivo, que es algo bastante más amplio que el tackle. Corrido a jugar de wing, esa situación del encuentro de frente con quien te ataca es más nítida. Y empecé a entrenarlo.

- ¿Por una inquietud tuya o del staff?

- De ambos lados. Vimos videos, sacamos información de perfiles, técnica, posición, anticipo. Y hay un trabajo de técnica, de postura de cuerpo y brazos, que va dando sus frutos. Sé que mejoré, lo siento y las estadísticas lo sustentan. En el proceso descubrí, hace relativamente poco tiempo, la verdadera dimensión que tiene la concentración. Es algo determinante: estar concentrado te permite anticipar situaciones para que no ocurran, ya que, a este nivel, si ocurren, no tienen solución. La solución es que no se den y para eso hay que estar muy metido. Como parte del proceso tengo que llegar al momento en que estar muy concentrado 80 minutos no me genere tanto estrés.

- ¿Un ejemplo?

- En el partido contra All Blacks, en el Rugby Championship, mi estadística de tackles fue impecable, nueve de nueve. Sin embargo, internamente la pasé muy mal, mi cabeza andaba a 10.000 por hora, la tensión me comió mucha energía. La experiencia me dará la posibilidad de tener los mismos números con un costo de estrés más manejable.

- Aunque el recuerdo del Mundial todavía está muy fresco, el debut en el Súper Rugby está más cerca. ¿Ya hablaron del torneo, definieron objetivos?

- No de manera formal. Será nuestro debut pero no podemos pensar en Los Jaguares como un debutante. Somos un equipo probado, que se conoce y consiguió cosas. Si me preguntas a mí, siento que se puede ganar. Salvo unas pocas excepciones tenemos el mismo equipo del Mundial, que llegó a las semifinales, que jugó de igual a igual contra Australia. Como ejemplo para comparar, Crusaders tiene cinco jugadores de los All Blacks. Es un escenario nuevo de competencia, con muchas semanas seguidas, viajes, intensidad que no disminuye, cosas que quizás no tuvimos antes. Pero estoy convencido de que va a depender de nosotros y que tenemos material para llegar lejos.

- ¿Que conformen un grupo tan joven puede ser un factor en contra?

- No sé. Lo que sí, sé de las ganas increíbles de jugar, medirnos, demostrarnos cosas a nosotros mismos. Estoy convencido de que nuestro pico de rendimiento todavía está lejos y este Súper Rugby será una inmensa oportunidad para incorporar cosas que llegan con la continuidad, una que jamás tuvo un seleccionado argentino en la dimensión que la vamos a tener ahora. Juntos durante todo el Súper Rugby, la ventana de junio con mucho tiempo para prepararnos y terminar de conocer los pequeños detalles de cada uno. Después el Championship. No tengo dudas de que vamos a seguir sorprendiendo, cada vez más seguido, hasta dejar de ser sorpresa.

- ¿A nivel motivación lo vivís como algo parecido al Mundial?

- Inglaterra fue especial, las primeras veces lo son, y más cuando tienen bastante de sorpresa como en mi caso. Fuera del recuerdo inolvidable, hay que volver a mirar hacia adelante. Mi intención es darle a todos los juegos la misma importancia, aunque puedan verse diferentes. Tratar de considerar que en cada partido uno se juega parte de la carrera propia y la siguiente decisión de los entrenadores. Nunca sabés si ese partido al que quizás no considerás tanto puede ser el que cambie tu vida, para bien o para mal. Así, es más sencillo andar con todas las pilas.

- ¿Qué representa Daniel Hourcade en el desarrollo de tu carrera?

- Es el que puso la ficha y apostó. Cuando él me conoció yo era el chiquito que corría rápido y armaba lío, que fallaba en defensa, que podía jugar en más de un puesto y que, por características, le servía para su plan de juego. Por suerte le gusté como jugador, se la jugó y se la sigue jugando por mí.

- ¿Sentís que tenés que responderle a él en particular?

- No lo vivo así. Uno juega para el equipo y mientras responda tendrá chances de estar. Y si no responde varias veces seguidas, perderá consideración. Es una parte obvia de la competencia.

- Me refería a que no es fácil jugársela por un chico tan joven…

- Daniel se la jugó por muchos jóvenes, el plantel del Mundial es una muestra fiel. En mi caso, estoy en el grupo de la UAR desde 2012 y si no pude afirmarme antes o no me habían tenido tan en cuenta era porque no estaba listo. En cuanto consideraron que podía, Hourcade en este caso, me llamaron. Y de mi lado, obvio que hice lo mío, primero para que me consideraran y después para defender el lugar que me habían dado.

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