29 Diciembre 2015
ARRANCANDO SONRISAS. Los “Amigos solidarios tucumanos” arrancaron hace años en el Hospital de Niños y decidieron que este año había que hacerles mimos a las abuelas del Hogar San Roque. Hubo música solidaria con Leandro Robín y muchas “payasadas”. fotos gentileza de raúl ahumada
Las ancianas entraron serias y asustadas a la merienda de Navidad. Pero, después de ver a los payamédicos en acción y de batir palmas al ritmo del folklore de Leandro Robín, que se prestó con alegría a su misión, a todas ellas les cambió el rostro. Cuenta Raúl Ahumada, coordinador del grupo “Amigos solidarios tucumanos”, que el jueves pasado, en el Hogar San Roque, en muchas de las mujeres que tienen allí su casa hubo lágrimas de felicidad.
“Una señora nos dijo que nunca antes había comido tantos sanguchitos y turrones juntos, que le dolía la panza pero que estaba feliz; y que eso le importaba más”, rememoró este pediatra que integra uno de los grupos de jóvenes tucumanos que por estos días- en consonancia con lo que hacen muchos argentinos sensibilizados con los compatriotas de las provincias inundadas- están dando clases de solidaridad.
Raúl no es nuevo en estas lides. En 2009, cuando era médico residente de segundo año en el Hospital de Niños, acercó la “fórmula” de Patch Adams de los “Payamédicos”. Recuerda que esa experiencia fue tan intensa que se fue contagiando a otras fundaciones o agrupaciones. Hasta que dejó de ser una sorpresa que se apareciera por allí Papá Noel después de las 0 horas, porque los niños, por suerte, tenían Papás Noel todo el día, el 24 de diciembre, con voluntarios disfrazados, donaciones de juguetes y demás, gracias al aporte de otros grupos, religiosos o laicos. Pero el abrazo de los “Amigos” ha sido mucho muy largo en estos seis años; y esa mezcla de esfuerzo y disfrute que es el dar solidario se ha dejado ver con acciones en comedores infantiles, en desastres naturales como el aluvión en el Rodeo, Provincia de Catamarca, o en las inundaciones en el sur tucumano, entre otros que fueron sintetizados en su charla en TEDx 2014, en el Virla, o en su página en Facebook, “Amigos Solidarios Tucumanos”.
Ahora, los ancianos
Este año, cuando los “Amigos solidarios” vieron que los chicos del Hospital de Niños no estaban solos, decidieron que era hora de cambiar de rumbo. “Los extremos de la vida son tan desvalidos unos como otros. El niño y el anciano necesitan la misma manifestación de comprensión, de cuidado y de cariño. Pero la sociedad visibiliza más a los niños. Los ancianos están allí, ya dieron lo que tenían que dar, y quedan esperando que alguien alguna vez los vaya a ver. Todos llegaremos a esa edad; y todos queremos ser tenidos en cuenta en esa etapa. Nosotros nos fuimos (del Hogar San Roque) con el pecho ancho de orgullo. Y la tarea cumplida hace que se renueven ganas y que tengamos nuevas expectativas para próximas campañas”, reflexiona el pediatra y voluntario. Y acerca los nombres de los chicos y chicas que, asegura, en la tarde del jueves, en el hogar San Roque, sintieron que recibían más de lo que estaban dando: Alejandra Apesoa, Agustina Neme Patriarca, Constanza Ahumada, María Brunotto, Jimena Pereyra, Hernán Aguilar, Roberto Tejerizo, Anabel Sánchez, Juan Pablo Ahumada, Ignacio Avila, David Brunotto y Juliana Linares son, junto con Raúl, los pilares de “Los amigos solidarios tucumanos”.
Cómo se hace
El jueves de la Nochebuena, el éxito de la convocatoria fue tal, que todo lo que sobró- más de 15 cajas navideñas, entre otros productos- lo donaron “al comedor Divino Niño, que coordina la señora Irma, en Tafí Viejo”.
Como a los otros grupos solidarios, cabe preguntarles a ellos cuán difícil es armar campañas o acciones sin otro interés que la sonrisa del otro. “Se necesita voluntad, pero a eso hay que sumarle gestión, planificación, organización, un papel y una lapicera, cumplir ciertos objetivos previos, reuniones donde se hace la famosa “lluvia de ideas”, y luego cuando se tiene claro lo que se quiere se comienza a diagramar cómo lo conseguiremos, en cuánto tiempo, con quiénes contamos, y si son válidas las opciones que presentamos”, enumera el vocero de los “Amigos”. Y, a modo de consejo para potenciales voluntarios, remarca que sus iniciativas exitosas fueron aquellas en las que se trabajó “día a día, un mes antes de cada campaña”.
- ¿Cuesta sumar gente a las acciones solidarias?
- Sumar no es el problema. Lo que cuesta es lograr el compromiso de cada uno de los que se suman. Son decenas los que se ofrecen, pero al pasar los días ves que ni siquiera responden un mensaje, o sólo aparecen para la etapa final. Muchos de los que se sumaron y hoy son voluntarios fijos de “Amigos Solidarios” participaron activamente, y son ellos, en el boca en boca, quienes traen a alguien que saben que tendrá la participación y el compromiso real para armar estas campañas solidarias.
“Una señora nos dijo que nunca antes había comido tantos sanguchitos y turrones juntos, que le dolía la panza pero que estaba feliz; y que eso le importaba más”, rememoró este pediatra que integra uno de los grupos de jóvenes tucumanos que por estos días- en consonancia con lo que hacen muchos argentinos sensibilizados con los compatriotas de las provincias inundadas- están dando clases de solidaridad.
Raúl no es nuevo en estas lides. En 2009, cuando era médico residente de segundo año en el Hospital de Niños, acercó la “fórmula” de Patch Adams de los “Payamédicos”. Recuerda que esa experiencia fue tan intensa que se fue contagiando a otras fundaciones o agrupaciones. Hasta que dejó de ser una sorpresa que se apareciera por allí Papá Noel después de las 0 horas, porque los niños, por suerte, tenían Papás Noel todo el día, el 24 de diciembre, con voluntarios disfrazados, donaciones de juguetes y demás, gracias al aporte de otros grupos, religiosos o laicos. Pero el abrazo de los “Amigos” ha sido mucho muy largo en estos seis años; y esa mezcla de esfuerzo y disfrute que es el dar solidario se ha dejado ver con acciones en comedores infantiles, en desastres naturales como el aluvión en el Rodeo, Provincia de Catamarca, o en las inundaciones en el sur tucumano, entre otros que fueron sintetizados en su charla en TEDx 2014, en el Virla, o en su página en Facebook, “Amigos Solidarios Tucumanos”.
Ahora, los ancianos
Este año, cuando los “Amigos solidarios” vieron que los chicos del Hospital de Niños no estaban solos, decidieron que era hora de cambiar de rumbo. “Los extremos de la vida son tan desvalidos unos como otros. El niño y el anciano necesitan la misma manifestación de comprensión, de cuidado y de cariño. Pero la sociedad visibiliza más a los niños. Los ancianos están allí, ya dieron lo que tenían que dar, y quedan esperando que alguien alguna vez los vaya a ver. Todos llegaremos a esa edad; y todos queremos ser tenidos en cuenta en esa etapa. Nosotros nos fuimos (del Hogar San Roque) con el pecho ancho de orgullo. Y la tarea cumplida hace que se renueven ganas y que tengamos nuevas expectativas para próximas campañas”, reflexiona el pediatra y voluntario. Y acerca los nombres de los chicos y chicas que, asegura, en la tarde del jueves, en el hogar San Roque, sintieron que recibían más de lo que estaban dando: Alejandra Apesoa, Agustina Neme Patriarca, Constanza Ahumada, María Brunotto, Jimena Pereyra, Hernán Aguilar, Roberto Tejerizo, Anabel Sánchez, Juan Pablo Ahumada, Ignacio Avila, David Brunotto y Juliana Linares son, junto con Raúl, los pilares de “Los amigos solidarios tucumanos”.
Cómo se hace
El jueves de la Nochebuena, el éxito de la convocatoria fue tal, que todo lo que sobró- más de 15 cajas navideñas, entre otros productos- lo donaron “al comedor Divino Niño, que coordina la señora Irma, en Tafí Viejo”.
Como a los otros grupos solidarios, cabe preguntarles a ellos cuán difícil es armar campañas o acciones sin otro interés que la sonrisa del otro. “Se necesita voluntad, pero a eso hay que sumarle gestión, planificación, organización, un papel y una lapicera, cumplir ciertos objetivos previos, reuniones donde se hace la famosa “lluvia de ideas”, y luego cuando se tiene claro lo que se quiere se comienza a diagramar cómo lo conseguiremos, en cuánto tiempo, con quiénes contamos, y si son válidas las opciones que presentamos”, enumera el vocero de los “Amigos”. Y, a modo de consejo para potenciales voluntarios, remarca que sus iniciativas exitosas fueron aquellas en las que se trabajó “día a día, un mes antes de cada campaña”.
- ¿Cuesta sumar gente a las acciones solidarias?
- Sumar no es el problema. Lo que cuesta es lograr el compromiso de cada uno de los que se suman. Son decenas los que se ofrecen, pero al pasar los días ves que ni siquiera responden un mensaje, o sólo aparecen para la etapa final. Muchos de los que se sumaron y hoy son voluntarios fijos de “Amigos Solidarios” participaron activamente, y son ellos, en el boca en boca, quienes traen a alguien que saben que tendrá la participación y el compromiso real para armar estas campañas solidarias.
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