23 Diciembre 2015
URGENCIA. Gassenbauer justificó la creación del nuevo plan social. LA GACETA / ARCHIVO
El oficialismo en la Legislatura dispuso por ley la creación de un nuevo programa social, a pesar de las críticas de algunos bloques opositores. De esta manera, la gestión de Juan Manzur comenzará el año con un flamante plan, que será manejado por el Ministerio de Interior, destinado a dar algún tipo de respuesta a uno de las mayores preocupaciones en Tucumán: la falta de empleo.
La ayuda, llamada “Tucumán manos a la obra”, buscará insertar laboralmente a los beneficiarios mediante la capacitación de oficios en diferentes oficios. Lo que se desconoce aún, y fue uno de los puntos criticados, es en qué se capacitará o a cuántos tucumanos podrá incluir. Los opositores cargaron contra el proyecto por la falta de precisiones y por el temor de que el plan sea utilizado como una herramienta política para el provecho de punteros en las ciudades y comunas de la provincia.
El proyecto tampoco establece un monto fijo a los beneficiarios, puesto a que establece una suma variable que no podrá ser menor al 15% de un salario y medio mínimo vital y móvil, y tendrá como tope máximo un salario mínimo fijado por ley. Actualmente, el mínimo vital y móvil es de $ 5.588 (un salario y medio alcanzaría los $ 8.794). De esta manera, cada beneficiario podría recibir entre $ 1.257 (el 15% de $ 8.382) y $ 5.588. El programa durará dos años y podrá extenderse por igual periodo.
“Tenemos la necesidad de darle claridad a toda la materia de programas sociales. ¿En qué se capacitará? ¿Qué requisitos son necesarios? No es lo mismo decir que es un programa de formación que de ayuda social”, criticó el amayista Alfredo Toscano, que junto a su par Christian Rodríguez pusieron reparos a la propuesta del bloque Tucumán Crece. Ante la falta de claridad, desde el bloque Peronismo para el Bicentenario, consideraron que el programa social podrá usarse como una herramienta política para punteros e intendentes.
El vicepresidente primero del cuerpo, Guillermo Gassenbauer, defendió la iniciativa y explicó que la urgencia económica obliga a que sea aprobado de esta manera. “Si estuviéramos en el período de sesiones ordinarias, no habría problema para que vuelva a tratarse en comisiones, pero eso no será hasta marzo y no se puede esperar”, explicó el oficialista. Reconoció que la solución de fondo sería que todos los desocupados pudieran acceder a un puesto de trabajo formal, con salario en blanco y aportes, pero que hasta que se generen esas respuestas, es necesario brindar ayuda.
“Se armó una herramienta fundamentalmente para los intendentes y delegados comunales para que puedan ayudar a la gente que se encuentra sin trabajo, pero no para darle un incentivo sin ninguna contraprestación, la idea es que aprenda un oficio, que trabaje, que sienta la posibilidad de conseguir un empleo, en algunos casos será el primer empleo, haciendo algo que se le pueda enseñar y de paso tratar de ayudarlo con un incentivo económico”, defendió.
“Los tucumanos reclaman la generación de puestos de trabajo genuino. Este programa está orientado con una finalidad política netamente, que en el futuro obviamente beneficiará a quienes tengan orientación política con determinado dirigente”, cuestionó Rodríguez, adelantando durante el debate su voto negativo. “¿Cuántos beneficiarios habrá? ¿Cuántas (partidas) se requerirán por mes? Cuando las reglas no son claras, se terminan haciendo chanchadas. Sin poner en dudas las buenas intenciones que puedan tener los legisladores que firmaron el proyecto, no queda clara la ley. Queda muy al arbitrio de quien la aplique el monto que cobrará el beneficiario”, arremetió Toscano.
José María Canelada, presidente del bloque UCR, también criticó el proyecto.
La ayuda, llamada “Tucumán manos a la obra”, buscará insertar laboralmente a los beneficiarios mediante la capacitación de oficios en diferentes oficios. Lo que se desconoce aún, y fue uno de los puntos criticados, es en qué se capacitará o a cuántos tucumanos podrá incluir. Los opositores cargaron contra el proyecto por la falta de precisiones y por el temor de que el plan sea utilizado como una herramienta política para el provecho de punteros en las ciudades y comunas de la provincia.
El proyecto tampoco establece un monto fijo a los beneficiarios, puesto a que establece una suma variable que no podrá ser menor al 15% de un salario y medio mínimo vital y móvil, y tendrá como tope máximo un salario mínimo fijado por ley. Actualmente, el mínimo vital y móvil es de $ 5.588 (un salario y medio alcanzaría los $ 8.794). De esta manera, cada beneficiario podría recibir entre $ 1.257 (el 15% de $ 8.382) y $ 5.588. El programa durará dos años y podrá extenderse por igual periodo.
“Tenemos la necesidad de darle claridad a toda la materia de programas sociales. ¿En qué se capacitará? ¿Qué requisitos son necesarios? No es lo mismo decir que es un programa de formación que de ayuda social”, criticó el amayista Alfredo Toscano, que junto a su par Christian Rodríguez pusieron reparos a la propuesta del bloque Tucumán Crece. Ante la falta de claridad, desde el bloque Peronismo para el Bicentenario, consideraron que el programa social podrá usarse como una herramienta política para punteros e intendentes.
El vicepresidente primero del cuerpo, Guillermo Gassenbauer, defendió la iniciativa y explicó que la urgencia económica obliga a que sea aprobado de esta manera. “Si estuviéramos en el período de sesiones ordinarias, no habría problema para que vuelva a tratarse en comisiones, pero eso no será hasta marzo y no se puede esperar”, explicó el oficialista. Reconoció que la solución de fondo sería que todos los desocupados pudieran acceder a un puesto de trabajo formal, con salario en blanco y aportes, pero que hasta que se generen esas respuestas, es necesario brindar ayuda.
“Se armó una herramienta fundamentalmente para los intendentes y delegados comunales para que puedan ayudar a la gente que se encuentra sin trabajo, pero no para darle un incentivo sin ninguna contraprestación, la idea es que aprenda un oficio, que trabaje, que sienta la posibilidad de conseguir un empleo, en algunos casos será el primer empleo, haciendo algo que se le pueda enseñar y de paso tratar de ayudarlo con un incentivo económico”, defendió.
“Los tucumanos reclaman la generación de puestos de trabajo genuino. Este programa está orientado con una finalidad política netamente, que en el futuro obviamente beneficiará a quienes tengan orientación política con determinado dirigente”, cuestionó Rodríguez, adelantando durante el debate su voto negativo. “¿Cuántos beneficiarios habrá? ¿Cuántas (partidas) se requerirán por mes? Cuando las reglas no son claras, se terminan haciendo chanchadas. Sin poner en dudas las buenas intenciones que puedan tener los legisladores que firmaron el proyecto, no queda clara la ley. Queda muy al arbitrio de quien la aplique el monto que cobrará el beneficiario”, arremetió Toscano.
José María Canelada, presidente del bloque UCR, también criticó el proyecto.
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