18 Diciembre 2015
CONGOJA. Un gendarme dialoga con uno de los médicos del Centro de Salud para ultimar los detalles para el traslado del cuerpo de Jorge Villarroel. la gaceta / foto de analía jaramillo
Jorge Luis Villarroel agonizó tres días en la sala de cuidados críticos del Centro de Salud. Pero ayer a la mañana este joven gendarme de 23 años murió a causa de las heridas que sufrió en el accidente del lunes en Salta. En esa tragedia murieron casi en el acto 42 de sus compañeros del Destacamento Móvil V de la Gendarmería, instalado en Santiago del Estero.
Con el deceso de Villarroel, la lista de víctimas del accidente sobre la ruta 34, a la altura de Rosario de la Frontera, llegó a 43. Fuentes de Gendarmería informaron que el cuerpo del uniformado fue trasladado por la tarde a Buenos Aires y anoche era velado en su casa en la localidad de Villa Lugano. Villarroel estaba en pareja y era padre de una niña de un año y medio. “El cuerpo fue enviado en avión a las 17.30. En ese mismo vuelo fueron trasladadas la madre y la mujer del gendarme, que habían venido para acompañarlo en su recuperación”, explicaron.
Ambas mujeres recibieron la fatal noticia en el Centro de Salud, de donde se retiraron excusándose de hacer declaraciones a la prensa.
Varias intervenciones
Los médicos ya habían explicado que la condición clínica de Villarroel era muy delicada. El lunes tuvieron que practicarle una cirugía en el bazo para poder salvarle la vida. Pero su condición era inestable y tenía que permanecer sedado y asistido por un respirador artificial. Sumado a esto, había tenido una deficiencia renal que obligó a que los médicos le realizaran varias diálisis para poder estabilizarlo.
El martes especialistas le realizaron una operación en la pierna izquierda en la que había sufrido un aplastamiento en la caída del ómnibus al río. Además de esto, tenía varias lesiones en las vértebras de la columna por lo que su estado generalizado era extremadamente delicado.
Los médicos habían explicado que el buen estado atlético que tenía el paciente era lo que le permitía continuar con vida. Pero sus fuerzas finalmente lo abandonaron.
Desde el principio, la familia de Villarroel prefirió no hacer declaraciones y los oficiales de la fuerza siempre intentaron preservar su privacidad en este difícil momento que les tocó vivir.
Fuera de peligro
Por otra parte, fuentes de Gendarmería informaron que Franco Delgado, Mario Cáceres, Franco Corbalán, Hugo Sanabria, Iván Fernández, Sergio Lizondo y Alfredo Rojas, los otros gendarmes internados en nosocomios, ya se encuentran fuera de peligro.
“Los gendarmes siguen internados en la capital de Salta pero ya fueron pasados a salas comunes y sólo deben cumplir con su recuperación para que puedan ser dados de alta. Pero afortunadamente sus vidas están a salvo”, señaló un oficial de la fuerza.
La caída
De acuerdo con las primeras conjeturas acerca de cómo sucedió el accidente, el ómnibus se desbarrancó de un puente luego de que un neumático estallara tras caer en un bache de la ruta 34. Después de esto el chofer perdió el control del colectivo, que terminó cayendo al pedregoso cauce seco del arroyo Balboa.
El chofer y otros 42 gendarmes murieron al ser aplastados por el colectivo. Entre las víctimas fatales había dos tucumanos; Enzo Costilla, que era oriundo de Simoca, y Claudio Gómez, que provenía de la localidad de Los Pereyra.
Con el deceso de Villarroel, la lista de víctimas del accidente sobre la ruta 34, a la altura de Rosario de la Frontera, llegó a 43. Fuentes de Gendarmería informaron que el cuerpo del uniformado fue trasladado por la tarde a Buenos Aires y anoche era velado en su casa en la localidad de Villa Lugano. Villarroel estaba en pareja y era padre de una niña de un año y medio. “El cuerpo fue enviado en avión a las 17.30. En ese mismo vuelo fueron trasladadas la madre y la mujer del gendarme, que habían venido para acompañarlo en su recuperación”, explicaron.
Ambas mujeres recibieron la fatal noticia en el Centro de Salud, de donde se retiraron excusándose de hacer declaraciones a la prensa.
Varias intervenciones
Los médicos ya habían explicado que la condición clínica de Villarroel era muy delicada. El lunes tuvieron que practicarle una cirugía en el bazo para poder salvarle la vida. Pero su condición era inestable y tenía que permanecer sedado y asistido por un respirador artificial. Sumado a esto, había tenido una deficiencia renal que obligó a que los médicos le realizaran varias diálisis para poder estabilizarlo.
El martes especialistas le realizaron una operación en la pierna izquierda en la que había sufrido un aplastamiento en la caída del ómnibus al río. Además de esto, tenía varias lesiones en las vértebras de la columna por lo que su estado generalizado era extremadamente delicado.
Los médicos habían explicado que el buen estado atlético que tenía el paciente era lo que le permitía continuar con vida. Pero sus fuerzas finalmente lo abandonaron.
Desde el principio, la familia de Villarroel prefirió no hacer declaraciones y los oficiales de la fuerza siempre intentaron preservar su privacidad en este difícil momento que les tocó vivir.
Fuera de peligro
Por otra parte, fuentes de Gendarmería informaron que Franco Delgado, Mario Cáceres, Franco Corbalán, Hugo Sanabria, Iván Fernández, Sergio Lizondo y Alfredo Rojas, los otros gendarmes internados en nosocomios, ya se encuentran fuera de peligro.
“Los gendarmes siguen internados en la capital de Salta pero ya fueron pasados a salas comunes y sólo deben cumplir con su recuperación para que puedan ser dados de alta. Pero afortunadamente sus vidas están a salvo”, señaló un oficial de la fuerza.
La caída
De acuerdo con las primeras conjeturas acerca de cómo sucedió el accidente, el ómnibus se desbarrancó de un puente luego de que un neumático estallara tras caer en un bache de la ruta 34. Después de esto el chofer perdió el control del colectivo, que terminó cayendo al pedregoso cauce seco del arroyo Balboa.
El chofer y otros 42 gendarmes murieron al ser aplastados por el colectivo. Entre las víctimas fatales había dos tucumanos; Enzo Costilla, que era oriundo de Simoca, y Claudio Gómez, que provenía de la localidad de Los Pereyra.
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