12 Diciembre 2015
FELIZ. Monroy tiene la confianza por las nubes tras ganar el torneo de “Pigu”. la gaceta / foto de inés quinteros orio (archivo)
Si bien ayer no brilló, tampoco desentonó y se mantiene como uno de los grandes protagonistas a llevarse el título del “25° Gran Premio Memorial Guillermo Daniel Ibáñez” en el ventoso campo de Acantilados, de Mar del Plata. O sea, Jorge Monroy sigue haciendo de las suyas, después del envión que lo llevó a quedarse con el “III Andrés Romero Invitational” hace una semana, en Jockey Club.
El hijo de “Rudy” comenzó encendido en “La Feliz”, pero ayer las condiciones no fueron las mejores y debió luchar para no caer en el clasificador.
Finalmente, y luego de una jornada intensa, Jorge presentó una tarjeta de 71 golpes (-1), para un total de 141 (-3) que lo ubican en el último escalón de un podio que parcialmente domina el bonaerense Nicolás Sedler, que no detiene su avance triunfal. El líder cerró el viernes, el día del corte clasificatorio, con una vuelta 67 (-5) que lo apuntaló hasta la cima en soledad, con 137 impactos (-7).
Pero volviendo a la faena de Monroy, podría decirse que un águila lo salvó de la vuelta sobre par. Salvo en el hoyo 9, en el que se despidió con bogey, al resto de los hoyos de la ida los superó con par. Y en la vuelta, bajó el 12, pero automáticamente penó en el 13. Sin embargo, en el 15 el tucumano sacó un as de la galera y se fue con un águila, que le alcanzó para mantenerse bajo par de campo para el día.
Monroy no fue el único “tucu” en superar el corte. También lo consiguió César Costilla, aunque quedó lejos de los primeros planos del certamen correspondiente al Tour Argentino de Profesionales de Golf. “Sapo” completó los iniciales 36 hoyos del evento con un total de 148 impactos (+4), números que le otorgan un lugar en el casillero 18 de 29 clasificados al fin de semana.
Andrés Romero, por su parte, sigue sin encontrarse en un campo de golf. Quedó lejos de la chance de acceder a la definición del torneo; se despidió demasiado rápido. Marcos Monteros y Arnaldo Fernández corrieron con la misma suerte que “Pigu”.
• En representación de la Asociación Argentina de Golf (AAG), el tucumano Martín Contini y Gastón Romero lideran la Copa Guillermo Armas (se juega por equipos), en Uruguay, con 292 golpes, tras dos jornadas de acción.
El hijo de “Rudy” comenzó encendido en “La Feliz”, pero ayer las condiciones no fueron las mejores y debió luchar para no caer en el clasificador.
Finalmente, y luego de una jornada intensa, Jorge presentó una tarjeta de 71 golpes (-1), para un total de 141 (-3) que lo ubican en el último escalón de un podio que parcialmente domina el bonaerense Nicolás Sedler, que no detiene su avance triunfal. El líder cerró el viernes, el día del corte clasificatorio, con una vuelta 67 (-5) que lo apuntaló hasta la cima en soledad, con 137 impactos (-7).
Pero volviendo a la faena de Monroy, podría decirse que un águila lo salvó de la vuelta sobre par. Salvo en el hoyo 9, en el que se despidió con bogey, al resto de los hoyos de la ida los superó con par. Y en la vuelta, bajó el 12, pero automáticamente penó en el 13. Sin embargo, en el 15 el tucumano sacó un as de la galera y se fue con un águila, que le alcanzó para mantenerse bajo par de campo para el día.
Monroy no fue el único “tucu” en superar el corte. También lo consiguió César Costilla, aunque quedó lejos de los primeros planos del certamen correspondiente al Tour Argentino de Profesionales de Golf. “Sapo” completó los iniciales 36 hoyos del evento con un total de 148 impactos (+4), números que le otorgan un lugar en el casillero 18 de 29 clasificados al fin de semana.
Andrés Romero, por su parte, sigue sin encontrarse en un campo de golf. Quedó lejos de la chance de acceder a la definición del torneo; se despidió demasiado rápido. Marcos Monteros y Arnaldo Fernández corrieron con la misma suerte que “Pigu”.
• En representación de la Asociación Argentina de Golf (AAG), el tucumano Martín Contini y Gastón Romero lideran la Copa Guillermo Armas (se juega por equipos), en Uruguay, con 292 golpes, tras dos jornadas de acción.