Estos son los tucumanos que están detrás de los videojuegos

Los desarrolladores de videojuegos pueden pasar miles de horas y hasta meses frente a una computadora. “Formatean” sus cerebros para trabajar entre el arte, el entretenimiento y la programación de software. Transitan haciendo equilibrio entre estos tres elementos para llegar al resultado que los apasiona y desvela: el juego.

El de desarrollar videojuegos es uno de los tantos oficios inaugurados por la llegada de nuevas tecnologías y que escapan a los cánones de los que entendemos como trabajos convencionales. Uno de sus referentes en Tucumán es Hernán “Maco” Pacheco, ilustrador y animador: “es un trabajo muy bello porque tu obra la completa y la transforma el jugador; él es el que modifica la historia según su habilidad”, sostiene.

Desde su nacimiento en los años 50, los videojuegos se fueron complejizando cada vez más hasta requerir en su desarrollo a profesionales de las más diversas disciplinas: ilustradores, animadores, músicos y programadores, entre otros. “En ese sentido, la actividad se parece un poco al cine –compara Francisco Sanchís, de Indio Games-, aunque hay una diferencia elemental: la película es una obra terminada, mientras que un videojuego es un software que puede ser actualizado constantemente”. Las actualizaciones de los videojuegos son, de hecho, una exigencia permanente de los usuarios de este formato denominados “gamers”. “Para un ‘gamer’, un videojuego es lo que para un cinéfilo una película –explica Pacheco -; ellos exigen más que diversión: el juego debe tener una buena historia, buenos gráficos y un desarrollo fluido”.

Damián Caro, licenciado en artes y animador integrante del estudio TMO Games, agrega: “diseñar un juego es tener en cuenta todas las variables posibles en ese dispositivo de entretenimiento y combinarlas para obtener un resultado que represente un reto atractivo y no resulte tedioso. En definitiva es hacer que la percepción del jugador sean sensaciones sumamente disfrutables”.

Los videojuegos han dejado de ser sólo herramientas de entretenimiento. Cada vez se incorpora más el uso de estas aplicaciones en otras áreas, por ejemplo educación o publicidad. Además, las técnicas y tecnologías desarrolladas en los juegos se utilizan también en otras áreas de la ciencia: “impulsan la creación de nuevas tecnologías que terminan aplicándose a otros campos –ilustra Pacheco-, es el caso de la realidad virtual, que nace a partir de los juegos y hoy se utiliza para simular recorridos arquitectónicos o en el entrenamiento para el manejo de aeronaves, entre otros”.

Aunque reconocen que no es fácil “vivir” de la actividad, los apasionados de esta industria no sólo trabajan en desarrollos locales sino que también realizan trabajos para otros países. Es el caso de TMO Games, que además de desarrollar sus propios juegos, hace gráficas y animaciones para estudios de videojuegos de la India. Tucma Games, por su parte, crea juegos para una empresa publicitaria de Ecuador y para otra de Miami. “A través de agencias de otros países hemos realizado videojuegos publicitarios para empresas como Coca Cola, Avon o Goodyear”, cuenta Franco Nieto, ingeniero en Sistemas y desarrollador de Tucma Games.

Todos estos profesionales coinciden en que el secreto para lograr un buen producto está en trabajar en el juego que a uno mismo lo divertiría pero sin dejar de pensar en el usuario. Pacheco lo explica: “el jugador tiene que sortear obstáculos. Eso puede causarle gracia, enojo e incluso frustración, pero más allá de todo siempre gana. Ahí está la mejor de las sensaciones que es la sensación del éxito, la sensación de la superación personal”.